La canción de Mani Blay

Por Miguel Luis Sancho.

La canción de Mani Blay de Jordi Sierra y Fabra. Madrid, Editorial Bruño , Paralelo Cero Nº 70,  2011.  202 pp., 8.50 euros. A partir de 13 años.

Mani Blay es una estrella de la música, un ídolo para miles de adolescentes, la última leyenda del gran circo del rock. En las calles de Barcelona, una fans enloquecida acaba de atentar contra su vida. Siete disparos, que le han conducido hasta el quirófano de urgencias de un hospital. Allí, en medio del desconcierto, un enfermero roba su camisa ensangrentada, como si se tratase de una valiosa joya o de una reliquia religiosa. El final de John Lennon parece repetirse. Otro mártir está a punto de ingresar en la Historia sagrada del Rock.

Este hecho truculento desata la locura colectiva. Seguidores, periodistas, familiares, disc-jockeys, coleccionistas,… Todos quedan conmocionados por la impactante noticia, mientras que el cantante se debate agónicamente entre la vida y la muerte.

El libro se encuentra dividido en tres estrofas y una coda, imitando la estructura de una composición musical. De hecho, como ocurre en varios lugares de la novela, el autor incluye la letra de algunas de las canciones del ídolo de masas. Este recurso le sirve para dar vos a Mani Blay, para mostrar su fondo romántico, puro e indestructible. Lástima que no se trate de un libro transmedia, ya que la novela podía haber incluido, una banda sonora, incluso vídeos musicales del cantante. Se hubiera conseguido una obra mucho más vanguardista y moderna.

Además, la novela nos invita a reflexionar sobre el disparatado mundo de la música, sobre el delirante circo del rock, tan comercial y absurdo, clonado hasta ser “solo forma, no fondo”.  Con este libro,  Sierra y Fabra defiende la necesidad de volver a “la pureza del primitivo empuje”, al talento creativo, a la música llena de contenido, a la verdadera “joya” espiritual, tan necesaria sobre todo en la adolescencia.

Como un gran mago de la narración, el autor urde una inteligente red entre los personajes, dando lugar a numerosas y variadas subtramas, que se desarrollan con coherencia y naturalidad a lo largo de toda la obra. En general, los personajes están bien caracterizados, aunque quizás puedan parecer un poco tópicos a un lector adulto: la fans enloquecida, el coleccionista, el crítico musical, la novia del músico, su manager… Cabe destacar las escenas de conjunto, como la final del libro, donde el autor mueve a los personajes con una soltura admirable, como si se tratara de una cuidada coreografía.

Con su estilo directo y afilado como un estilete, el autor no da tregua al lector desde el arranque, sumergiéndole en una trama emocionante y llena de suspense. La brevedad de los capítulos,  la utilización de frases cortas y  el empleo de diálogos vivos favorece la rápida lectura de la obra, que no ofrecerá ninguna dificultad al lector juvenil al que va dirigida.

La única crítica posible de esta nueva versión del libro es que se trata de una novela más de “Jordi”, que no va más allá, que se repite algunos de sus temas preferidos, muchas de sus técnicas narrativas… Sin embargo, la novela presenta una impecable factura y posee interés en sí misma.

Al que firma esta reseña, todavía le queda mucho que aprender de  La canción de Mani Blay.

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