Lollapalooza Chile: El primero de los que vendrán (2 de 2)

Por Marianne Rippes.

Partimos temprano con Francisca Valenzuela, joven cantautora chilena que recientemente presentó su segundo disco ‘Buen Soldado’. Tuvo muy buena conexión con el público, cantó sus clásicos éxitos y los últimos singles del nuevo álbum y, como otras veces que la había visto en vivo, logró que todos cantaran y se movieran al ritmo de sus letras poperas, incluyéndome, por supuesto. Justo después fue el turno de Los Bunkers, así que corrimos al escenario de al lado, bajo un sol inclemente que nos dio en plena cara durante todo el show, pero que no impidió que saltáramos y coreáramos todas las canciones hasta quedar exhaustas. Mención especial a la aparición estelar del cantautor Manuel García, junto a quien cantaron ‘La era está pariendo un corazón’, de su último disco tributo a Silvio Rodríguez ‘Sueño con Serpientes’, y su ya clásico ‘Llueve sobre la ciudad’, haciendo cantar a todo el público, con quienes también mantuvieron una muy buena sintonía.

 

Luego de Los Bunkers vino el tiempo de hidratarse y almorzar, y debido a la imposibilidad de salir del recinto de buenas a primeras, fue necesario comer adentro, asumiendo los altos precios de los locales instalados. Una vez satisfechas, nos dirigimos a la cúpula del Movistar Arena, un recinto cerrado dentro del parque, que se ubicaba detrás de los escenarios principales, y donde se presentaban los artistas de música electrónica. Íbamos con la intención de capear un poco el calor sofocante de afuera, pero de un momento a otro nos encontramos en medio de una fiesta techno al mando del DJ francés Joachim Garraud. No se nada de música electrónica, pero la fiesta es fiesta, y si hay música, hay que bailar. Y eso fue exactamente lo que hicimos durante toda la presentación de Garraud, quien tuvo una sintonía excelente con el público, haciendo que disfrutáramos el show aún más.

 

Al terminar decidimos ir a pasear un poco más por el Parque, mientras de fondo sonaba The National. Empezaba a ponerse el sol y el recinto estaba repleto. Hombres y mujeres vestidos con sus tenidas más estilosas se paseaban, conversaban sentados en el pasto, comían, fumaban o simplemente disfrutaban la música. Así estuvimos un buen rato, hasta que nos separamos. Dos de mis amigas volvieron a la Cúpula para Empire of the sun, mientras yo y otra amiga íbamos a uno de los escenarios principales para ver a Deftones. Había escuchado muy pocas canciones de ellos, por desgracia, pero eso no fue impedimento para apreciar la potencia del concierto y el desplante en el escenario de la banda, que incluyó un acercamiento directo del vocalista con el público, al subirse a la reja de contención y quedar sostenido sólo por los fans de la primera fila. Sin duda, el show con más fuerza de ese primer día.

 

Finalmente, y cuando ya había anochecido, fue el turno del plato fuerte: The Killers. Su show duró menos de lo estipulado, y en lo personal, me dejó con gusto a poco en cuanto a la comunicación con el público, lo que no significó que no cantara todas las canciones que me sabía, además de captar un par de videos como hice con los otros grupos. Finalizado el concierto, no quedó más que partir. Cruzamos el Parque para llegar a al entrada, y de ahí, al Metro. La estación estaba repleta, así que preferimos caminar y tomar un bus. Un par de arreglos y llegué a mi casa, con las piernas y brazos adoloridos, la garganta resentida, la ropa oliendo a humo, la cámara repleta de fotos, y una sonrisa de oreja a oreja, satisfecha totalmente con lo que fue el primero de todos los conciertos que sin duda vendrán después.

Primera parte, aquí.

 

Fotos vía | Marianne Rippes

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