El lado opuesto al viento, de Abel Santos

Mi relectura de El lado opuesto al viento, de Abel Santos
Por Felipe Sérvulo

 
Cuando por segunda vez he cogido en mis manos El lado opuesto al viento, he apreciado emociones que no sentí la primera vez que leí este poemario. Tal vez sea porque todos vamos deprisa, muy deprisa. El mundo se acelera y nosotros con él, extraviando emociones que pasan para siempre.
 
La primera percepción, en esta relectura, ha sido la cercanía. El libro está plagado de amigos próximos. De mitos de este, a menudo, desabrido mundo de la lírica.
 
Los libros de poesía hay que leerlos muchas veces y cada lectura es diferente. Me ha ocurrido con el poemario de Abel Santos, que se torna poliédrico por momentos, pero nunca pierde lo más importante que debe tener un poeta: la sinceridad. Y lo hace desde la claridad expositiva y la luminosidad de imágenes, lejos del culturalismo sin sentido que impera en muchos ámbitos seudopoéticos.
 
Abel escribe desde la autenticidad de sus vivencias y se le entiende lo que nos ofrece (lo que es de agradecer). A menudo emociona y siempre elabora un discurso coherente.
 
Nos hace partícipes de sus amores, de sus dudas, de sus fracaso, de su soledad y, también, de sus ganas de vivir.
 
De su esperanza en el mañana. Ese espacio ideal a donde nos lleva con sus versos y volvemos un poco más sabios.
 
Nos da pistas por donde marchará su devenir cuando cita a Pedro Salinas: «Hablar del poeta es hablar de algo incierto / que no sabe exactamente / dónde está ni dónde debe estar. / ¿Cuál es el sitio en un ‘libro de los estados’ del poeta?».
 
Y ¿cuál es el sitio de Abel Santos? La respuesta es fácil: Abel es poeta, ¿para qué más? Tiene ese don que generosamente otorga la genética y él cultiva con cariño. A veces con dudas, pero siempre limpio. En su libro no hay nada trivial y trata con soltura el verso libre, como algo consustancial con su forma de ver el mundo, en su percepción de la vida.
 

 
Además cita a autores que todos llevamos en nuestro acervo cultural y sentimental: Bécquer, Benedetti, Bukowski, Rilke… Y le dedica versos a su compañera Azahara, de poético y evocador nombre de reminiscencias árabes; también a su padre, lo que le hace más cercano a nuestras propias historias. Y es que la poesía si no conmueve, no tiene razón de ser.
 
Abel, autor, Noemí, prologuista y Amalia, editora, presentes en el poemario, personas cercanas, entrañables amigas; amigos que nos llevan a ese estadio donde sueños y afecto, son la misma sustancia. Ellas y él, poetas, señalan el camino y nos iluminan.
 
El lado opuesto al viento
Abel Santos
94 páginas
Parnass, 2010
ISBN: 978-84-15007-25-8
 
http://abelsantospoesia.blogspot.com
 

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