David de San Andrés (antes David González)

Por Juan Carlos Vicente.

Nunca me ha gustado la poesía ornamental. En realidad nunca me ha gustado la literatura ornamental, preciosista, sensiblera. A David de San Andrés (antes David González) tampoco. En su caso tal vez no se reduzca a una mera cuestión de gustos, quizá la vida, la puta vida, le ha hecho pasar por ciertos infiernos en los que el poema no es un acto literario, el poema se transforma en una necesidad de mantener la cordura frente a un mundo hostil e inevitable.

 

Experiencias como los tres años que estuvo en prisión, la marginalidad de ciertos barrios obreros, y una enfermedad crónica como la diabetes, han forjado en él el verso a fuego que, en última instancia, es una cicatriz más en la piel sobre la que nos tenemos que responsabilizar.

 

Tanto en sus poemas (El día en que Peter Pan empezó a envejecer. La Fragua de metáforas, Loser. Bartleby Editores, El demonio te coma las orejas. Asociación Crecida) como en sus relatos (El debut del chico tatuado (Relatos completos 1998-2009). Azotes Caligráficos & Universitat Politècnica de València), nos encontramos con la cara menos amable de la existencia, pero también con una ternura que rápido conecta con el lector, haciéndole de guía y de compañero en ese viaje por el lado salvaje o sórdido que sale de las propias tripas del autor.

 

-Siempre se te ha colgado el sambenito del realismo sucio, luego el de poesía de la conciencia, y finalmente el de poesía de no ficción ¿a día de hoy aún son necesarias alguna de estas etiquetas para que un lector se haga una idea de lo que escribes?

Para un lector que conozca en profundidad mi escritura no creo que esas etiquetas sean necesarias. Ahora bien, dada la desidia o el desconocimiento de determinados críticos y periodistas, al lector que se acerque por primera vez a mi literatura he de decirle que, para bien o para mal, lo que yo escribo es “Poesía de No Ficción”, o por decirlo de otro modo: todo lo que escribo me ha sucedido a mí o lo presenciado de primera mano. El sambenito de “Realismo sucio” no se puede aplicar a mi literatura porque como todo el mundo debería saber a estas alturas se podría definir como “ficción autobiográfica”, es decir: de cinco palabras, cuatro mentiras…pero se aplica a mi obra sobre todo porque compartimos temática, en especial una temática escabrosa, sobre el lado más jodido de la vida… Lo mismo con la “poesía de la conciencia”: comparto con sus presupuestos muchos puntos en común: la denuncia social, la aspiración por una sociedad con menos desigualdades sociales, etcétera…

 

-La autobiografía engloba toda tu obra, tanto en poemas como en relatos, ¿hay una regresión dolorosa a la hora de escribir?

Sí, en mi caso existe dicha regresión dolorosa. Escribir es sufrir, sobre todo cuando se escribe sobre ciertas historias en las que uno no sale bien parado. Pero después de ese dolor al profundizar en la propia e imperfecta naturaleza propia, es como si uno se librase, al fin, de un peso ya inaguantable, o por decirlo de otro modo: es como si al confesar por escrito y públicamente los propios errores y defectos uno recibiera la absolución por parte de sus lectores y por parte de la propia conciencia. Mi abuelo siempre decía: “Dios es la conciencia de cada cuál”.

 

-¿Crees que la poesía debe ser un arma de denuncia social?

Ha de ser un arma de denuncia social, sí, pero no solo eso, y en mi opinión uno ha de tener mucho cuidado en que ese poema de denuncia social no caiga en el simple panfleto. La sociedad no avanza gracias a los avances tecnológicos o científicos o no solo gracias a ellos, sino también gracias a los escritores que denuncian, haciendo arte, las imperfecciones de dichos avances. La sociedad avanza gracias a la belleza de la verdad.

 

-Además de tu faceta como escritor, tienes una dilatada experiencia como editor, sobre todo de antologías. ¿Cómo es el estar al otro lado?

Pues es cojonudo, la verdad. Uno descubre cantidad de poetas y uno aprende un montón de la poesía de cada uno de ellos. En el caso de las antologías, bueno, yo las tomo como una forma de dar a conocer poetas a l@s que considero que tienen algo que decir y que lo dicen de otra forma. Y por supuesto, siempre espero que alguien coordine más antologías en las que por razón de espacio no han tenido cabida otros poetas en las que yo coordino.

 

-¿Cómo ves el panorama literario actual? ¿El aumento de iniciativas editoriales es algo positivo o por el contrario se es menos selectivo con los libros a publicar?

El panorama literario actual, sobre todo el oficial, y en especial en poesía, da verdadera pena. Hay una determinada corriente poética, la mal llamada “de la experiencia”, que lleva 30 años al frente del cotarro e, independientemente, de la valía poética de algunos de sus representantes, esto no es positivo para la poesía en general… Ahora bien, hay una poesía, llamémosla contracultural o subversiva, en la que, a mi juicio, se encuentran hoy por hoy los poetas que realmente amplían la temática poética, poetas, además, muy buenos, como no sé, Gsus Bonilla, José Ángel Barrueco, Karmelo Iribarren, Ana Pérez Cañamares, Cristina Morano o Lucía Fraga, por citar solo alguno de ell@s.
El aumento de iniciativas editoriales me parece algo positivo. Por ejemplo, en poesía, editoriales como Bartleby Editores, Ediciones de Baile del Sol o una de las más recientes: Editorial Origami, son de las que más apuestan por otro tipo de poesía, más cercana a nuestro tiempo y a los problemas a los que se enfrenta una sociedad que, a mi juicio, ha perdido el rumbo o dicho de otro modo: una sociedad a la que se le ha ido la olla.
Pero es en narrativa donde gracias a editoriales como Minúscula (que está reeditando todos los relatos de Varlam Shalámov), Ediciones Escalera (con la edición de libros claves de la Beat Generation o del gran Hubert Selby Jr) o no sé, Sajalín Editores (con la edición de las novelas de Edward Bunker o Dan Fante), se están dando a conocer grandes narradores…
Tampoco hay que olvidarse de las ediciones digitales, como las que lleva a cabo la revista Groenlandia…

 

-Has escrito mucha poesía y también relato, ¿podremos leer algún día una novela tuya?

Escribir una novela es mi asignatura pendiente. Dispongo de demasiada información que narrar y hasta hace muy poco no había encontrado la estructura narrativa para plasmarla sobre el papel. Y también he de reconocer que soy un tanto perezoso…

-A día de hoy. ¿En qué momento de tu vida como poeta y narrador te encuentras?

Creativamente hablando, me encuentro en uno de mis mejores momentos. Hay unos cuantos proyectos que, en teoría, tienen que ver la luz en el último trimestre de este año. Aparte, en lo que va de año mi obra ha sido incluida en, si no me equivoco, unas 7 antologías… Ahora bien, económicamente hablando, atravieso mi peor momento, el peor en los 18 años desde que edité mi primer libro… Pero no me quejo: mientras tenga algo que narrar o poetizar, y lo tengo, y mucho, me doy por satisfecho… Lo otro ya no depende de mí…

-BIBLIOGRAFÍA.

-(2011). El día en que Peter Pan empezó a envejecer. La Fragua de metáforas.
-(2010). El debut del chico tatuado (Relatos completos 1998-2009). Azotes Caligráficos & Universitat Politècnica de València, Valencia.
-(2009). El amor ya no es contemporáneo [Poemas y relatos 1997-2004] &
El amor sigue sin ser contemporáneo [Poemas escogidos 2005-2009]. Ediciones de Baile del Sol.
-(2009). Loser. Bartleby Editores.
-(2008). El demonio te coma las orejas [1997-2008]. Glayíu Editorial.
-(2008). En las tierras de Goliat. Ediciones Baile del Sol.
-(2007). Algo que declarar. Poesía de no ficción. Bartleby Editores.
-(2006). Reza lo que sepas. Editorial Eclipsados.
-(2005). El amor ya no es contemporáneo (Poemas y relatos 1997-2004). Ediciones Baile del Sol.
-(2004). Anda, hombre, levántate de ti. Bartleby Editores.
-(2002). La carretera roja. C.E.L.Y.A.
-(2001). Sembrando hogueras. Bartleby Editores.
-(2001). Con los pies en el suelo. Ediciones imperdonables, Árbol de Poe.
-(2000). Sparrings. Línea de Fuego.
-(2000). Los mundos marginados (Poemas de la cárcel). Ediciones Mañana es arte.
-(1998). Ley de vida. DVD Ediciones.
-(1997). El demonio te coma las orejas. Asociación Crecida.
-(1995). Nebraska no sirve para nada. Peña Tú.
-(1993). Ojo de buey, cuchillo y tijera. Edición de autor.

One thought on “David de San Andrés (antes David González)

  • el 1 septiembre, 2011 a las 9:19 pm
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    Por favor, ¿pero es que nadie va a desenmascarar de una vez a este tipejo?. Se repite hasta la saciedad:
    «Ahora bien, económicamente hablando, atravieso mi peor momento, el peor en los 18 años desde que edité mi primer libro… Pero no me quejo: mientras tenga algo que narrar o poetizar, y lo tengo, y mucho, me doy por satisfecho… Lo otro ya no depende de mí…»…¿Sabéis de quien depende?, economicamente hablando, me refiero, de mujeres que le quieren, como su madre que mensualmente le pasa, según pueda, 300 o 400 euros; como con la que aún convive, Angeles Mendivil, antigua amante y ahora quien parece pone el dinero para la comida; como la alemana Dagmar (lo siento, no recuerdo el apellido), de la que por supuesto fue amante- acompañante a cambio de dinero o de estupidas como la que está escribiendo estas líneas que, ademas de sus agresiones verbales y físicas (todos mis compañeros del lugar en el que trabajo presenciaron una noche la llegada de la policia para que yo pudiese acceder a mi coche), le pagó durante cinco largos y eternos meses todos los pufos que tenía (¡Me debes cerca de 2.500 euros!), todos sus caprichos…¿y sabéis qué es lo que más rabia me da?…que me convertí en una mujer maltratada y no lo supe hasta que logré salir del círculo vicioso en el que me había metido, aislándome de todos aquellos que me quieren ( típica táctica del maltratador). Ahora estoy llena de deudas, supongo que jamás recuperaré los objetos de mi propiedad que aún permanecen en su casa…pero me he dado cuenta del hombre que es David González: un chapero, un chulo de putas, un macarra. Por favor, acceder a este enlace. http://www.lne.es/cultura/2011/06/13/realidad-agua/1087023.html…a mí casi me cuesta ser estrangulada por este pseudopoeta porque ¡oh, Dios mio!, la crítica no era positiva…¡claro, como no se la había hecho el amiguín de turno!

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