Los preliminares de la pintura

 
Por Alberto Peñalver Menéndez
 

  No sólo Goya
  Museo del Prado
  (Paseo del Prado, s/n, Madrid)
  Comisario: Jose Manuel Matilla
  Del 5 de Mayo al 31 de Julio (Prorrogada hasta el 28 de Agosto)

 

El dibujo a papel es siempre errático y apresurado: los trazos se atropellan entre ellos en un baturrillo de manchurrones y lineas torpes que más se parecen a los estertores de un principiante que a la la paciencia meditada de un óleo. Cualquiera puede bocetar cuatro rayas mediocres, pero muy pocos consiguen alcanzar la perfección de un buen cuadro. Y pese a todo ello, el público prefiere la torpeza púber del boceto. El dibujo es algo así como una pintura sin disfraz, un niño recién nacido. La ingenuidad de las primeras fases de la obra de arte le acerca más a la idea original que prendió chispa en el artista que a las últimas etapas, sin duda más sublimes pero menos frescas.

 

La exposición No sólo Goya representa el esfuerzo de la pinacoteca madrileña por ahondar en ese primer momento de la creación artística. La muestra presenta las últimas adquisiciones del departamento del Gabinete de dibujos y estampas del Museo del Prado entre los años 1997 y 2011. La colección se vertebra en torno a seis ejes: dibujos del siglo XVI al XIX, obras de Goya, la colección personal de la familia Madrazo, la colección Cervelló, los álbumes de dibujo y las fotografías – una nueva incorporación al Gabinete del Prado.

 

 

“Sólo la voluntad me sobra”

 

Quizás sea Goya el primer maestro que tuvo al boceto como medio de expresión autónomo y privilegiado. La colección goyesca, uno de los núcleos centrales de la política del museo, ha sido ampliada en los últimos años con sus primeras estampas en Sanlúcar o con sus últimos dibujos en Burdeos: entre ellos, toros mariposa, retratos panfilones de conde o hermosas muchachas que resignan su belleza a la escoba, su pan de cada día. Entre las joyas adquiridas también destacan una serie de misivas dirigidas a Martín Zapater, comerciante aragonés y amigo íntimo del pintor. La última de estas cartas resume el anhelo creativo de un anciano de 80 cuyas mermadas facultades fisicas no le impiden seguir experimentando: “Agradézcame usted mucho estas malas letras, porque ni vista ni pulso ni pluma ni tintero, todo me falta, y sólo la voluntad me sobra”.

 

No sólo Goya

 

Pero no todo son caprichos o desastres de la guerra. La actividad del museo se ha dirigido también hacia la compra de esbozos de otros pintores españoles como Alonso Cano, Ribera, Pacheco, Murillo o Fortuny, entre otros. Una selección de las colecciones Madrazo y Cervelló nos muestran los entresijos de la creación artística a través de aguados, grabados y cuadernos de dibujos que estas dos familias fueron coleccionando y dibujando mismo a lo largo de décadas.

 

Además de los dibujos, la fotografía se exhibe por primera vez en la colección del Gabinete. Fuente de inspiración para artistas durante los dos últimos siglos, la exposición incluye reproducciones comerciales de finales del siglo XIX de pinturas del museo, las fotografías de detalles de piezas del Prado realizadas por Tomás Harris o las instantáneas de la arquitectura interna y externa del edificio. Los documentos fotográficos permiten recorrer la historia de la institución madrileña al mismo tiempo a través de los ojos de un turista, un historiador y un artista.

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