Vender libros en los tiempos de Internet

Por Johari Gautier Carmona


Vender libros no es nada fácil, sobre todo en un país como España en el que se publican más de 80.000 referencias anuales y donde el precio de un libro puede equivaler a tres o cuatro entradas de cine. Hacerse un espacio en las estanterías de las grandes librerías o destacar en los suplementos literarios es un lujo que no está alcance de todas las editoriales. Por eso, la mayoría de ellas han visto desde muy temprano una oportunidad en las redes sociales ––Facebook, Twitter y otras más especializadas–– para exponer todo su catálogo, promocionar la perla rara o llegar directamente a una audiencia.

 

Internet tiene esa virtud de favorecer el desarrollo de comunidades. Permite un diálogo en dos direcciones que aporta interés para el lector curioso que desea indagar en temas concretos o simplemente se siente atraído por géneros que no suelen venderse en grandes volúmenes (ensayo, poesía, etc…).

 

Comunicar continuamente y distinguirse de los demás se ha convertido en la prioridad en las redes sociales. Las estrategias son numerosas, pero suelen responder a un criterio importante: el tamaño de la editorial. En este reportaje analizamos cuáles son las políticas de distintas editoriales y destacamos sus ventajas y limitaciones.

 

El discurso de las grandes editoriales

Estar presente en la mayoría de las librerías y gestionar ediciones voluminosas da una seguridad que acaba repercutiéndose en el discurso en las redes sociales. Editoriales como Mondadori o Planeta se caracterizan por publicar mensajes minimalistas y neutrales con un claro fin promocional. La primera opta por publicar extractos de obras recientes y la segunda se decanta por enumerar las entrevistas publicadas en los grandes medios de comunicación o vídeos que dan una idea de la última obra de un autor famoso.

 

Las editoriales Seix Barral o Alfaguara también persiguen esta política de comunicación en un solo sentido aunque, en sus páginas, dejan un espacio para que los usuarios publiquen todo tipo de mensajes (que tienen que ver o no con su negocio). También aprovechan las redes para difundir las bases de los últimos concursos literarios o algunas noticias de orden extraordinario.

 

Con estas estrategias comunicativas, las páginas de Facebook o Twitter se convierten en simples blogs de información en los que cada entrada tiene su “me gusta” pero relativamente pocos comentarios. El frío se combina con la sobriedad. La interacción es imperceptible y el discurso a menudo repetitivo. Por lo tanto, se aplica el alejamiento de una administración de masas.

 

La creatividad de las pequeñas editoriales

Frente a los discursos preestablecidos y la influencia de los colosos, los pequeños editores deben mostrar su lado más creativo y animado, generar un discurso interesante y convencer de que existen obras más interesantes que las que se encuentran en la estantería de la librería más cercana.

 

A menudo la personalidad del dueño de la editorial se presenta como el elemento diferenciador. Es el caso de Ediciones Irreverentes y su fundador Miguel Ángel de Rus quien, con su desparpajo y experiencia, ha transformado su página en un espacio de entretenimiento y de opinión (con un periódico regularmente actualizado, programas en la radio o comentarios polémicos sobre la actualidad). Aquí se impone un estilo dialogante y entretenido que invita al pensamiento crítico.

 

Duomo Ediciones opta por un estilo más tranquilo en el que se interactúa con el usuario pero no sólo sobre temas literarios. También se dan recomendaciones musicales o sugerencias sobre productos tecnológicos (como teléfonos móviles) que generan interés y permiten un diálogo ameno y abierto.

 

También destaca la editorial Baile del Sol por su apuesta multicultural y sus comentarios enriquecedores. Su página consiste esencialmente en un vínculo entre el blog de la editorial y la red social, pero cada uno de los posts representa un aporte de información importante para la comunidad.

 

Finalmente, debemos destacar la labor comunicativa de Tropo Editores que, además de exponer un amplio catálogo, se esfuerza en crear un espacio ameno en el que la reflexión se entremezcla con la ironía y la fantasía. Aquí prevalece la alternancia de citas famosas con observaciones pertinentes sobre la actualidad o preguntas diversas. Los usuarios participan con ideas o sugerencias interesantes.

 

Así pues, las estrategias de las pequeñas editoriales en las redes sociales son mucho más creativas y flexibles que las grandes. Su prioridad se centra en la creación de una comunidad interactiva y de espacios de opinión. Sin lugar a duda, la web 2.0 ofrece posibilidades para desmarcarse y hacer que el duelo entre David y Goliat sea más interesante…

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