XVII Salón del Manga (FICOMIC)

Por José A.Cartán.
 

El pasado 1 de noviembre se puso punto y final al XVII Salón del Manga de Barcelona, evento que se prolongó durante cuatro extensos y provechosos días. En la edición de este año se pudo comprobar, una vez más, que el manga no es efímero éxito de una moda, ya que más de 65.000 personas se adentraron en el enigmático mundo nipón con más ganas que nunca.

 

Este año los protagonistas del salón fueron los samuráis, que vinieron de la mano del mangaka Hiroshi Hirata, considerado uno de los maestros japoneses dentro del género jidai-geki (historias que tienen como marco el Japón feudal y cuyos protagonistas son samuráis). Los asistentes que fueron hasta L’Hospitalet de Llobregat también pudieron disfrutar de la presencia de otros insignes invitados como el grupo musical coreano JYJ, la autora Kazue Kato o el célebre traductor español Carlos Rubio, que ha trasladado a la lengua de Cervantes obras tan importantes como Kokoro de Natsume Soseki u obras clásicas como el Heike Monogatari.

 

A lo largo de estas jornadas se realizaron un gran número de actividades lúdicas cuyo destinatario no podía ser otro que el gremio otaku. Todos ellos tuvieron la oportunidad de disfrazarse de algún personaje de manga o anime para participar en el concurso de  cosplay, cantar algún opening de sus series favoritas para el de karaoke o crear sus propios dibujos para el de historietas. No obstante, no sólo el aspecto más frívolo se tuvo en cuenta durante esta edición, sino que también se hizo especial hincapié en el interés que despierta la sociedad y la cultura nipona en occidente. Este acercamiento vino dado gracias a las exposiciones que pudieron verse en el Salón y que acercaron al público temas tan dispares como la importancia del kimono en la vida japonesa o la figura del samurai en la sociedad y en el arte japonés.

 

Asimismo, también hubo tiempo para la conferencia y el debate. Varios expertos fueron los invitados para charlar con los asistentes sobre la obra de Jiro Taniguchi y Yoshihiro Tatsumi, dos de los más importantes mangakas de la actualidad y que en nuestro país han tenido una enorme acogida, tanto de público como de crítica.

 

Se ha podido comprobar, de nuevo, que la admiración que despierta Japón en nuestra sociedad no es sólo la efervescencia del manga y el anime. Cada vez hay más interés, por parte de los jóvenes, en adentrarse en las costumbres de  la sociedad nipona, así como en su misteriosa e inagotable cultura milenaria.

 

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