Entrevista a Celia Santos

“Siempre hay un faro encendido para todos. Siempre”.

 

Por Carmen Fernández Etreros.

 

En estos primeros días del año 2012 entrevistamos a la escritora Celia Santos que nos ha sorprendido con su álbum ilustrado El faro de los corazones extraviados editado por Toro Mítico que cuenta con las geniales ilustraciones de Sonia Sanz Escudero. Un libro sobre el amor, sobre los corazones dolidos y extraviados en el que la autora deja siempre una puerta abierta a la esperanza.

 

P. Se acaba de publicar tu primer álbum, ¿de dónde nace El faro de los corazones extraviados?

 

R. Pues nace del corazón, realmente. Un faro es una imagen muy evocadora y todos necesitamos alguna vez encontrar una luz a la que dirigirnos. Algunos no dejan nunca de buscarla, pero ese faro aparece cuando uno menos lo espera. Yo no lo buscaba y lo encontré, aquí está, convertido en libro, un maravilloso libro.

 

P. ¿Cómo se curan los corazones extraviados? ¿Hay algún remedio mágico?

 

R. Bueno, la niña de mi cuento dice que el mejor remedio es la alegría y el amor. Y yo estoy de acuerdo. Pero la niña de mi cuento utiliza otros remedios mágicos, como la lectura, la fantasía, la música… En cualquier caso, un corazón extraviado estará curado en el momento que no se sienta perdido y sepa cuál es su lugar en el mundo.

P. ¿Crees que a pesar de los problemas y errores siempre queda la esperanza de que las cosas cambien?

 

R. Siempre. La esperanza mueve el mundo, hace que sigamos adelante, que no nos rindamos. Sin esperanza no hay vida, como se suele decir. Siempre hay un faro encendido para todos. Siempre.

 

P. ¿Qué importancia crees que tiene la ilustración en un álbum infantil y concretamente en ‘El faro de los corazones extraviados’?

 

R.Las ilustraciones son importantísimas. En el caso de “El faro de los corazones extraviados”, Sonia Sanz ha sabido captar la esencia de la historia. En sus dibujos se puede ver la esencia del cuento. Eso es vital y lo que da un resultado como este.

 

P. De pequeña, ¿eras una niña lectora? ¿Qué lecturas crees que te han podido influir como escritora de libros para niños?

 

R. Pues mira, yo era una gran lectora de comics, de los tebeos de toda la vida, pero además de producto nacional. Mortadelo era de mis favoritos, los devoraba. Zipi y Zape, Carpanta… Ya entrada en la adolescencia, Esther y su mundo… Yo quería ser ella. También recuerdo que en mi casa había un libro, no recuerdo el título ni la editorial, sólo que tenía las tapas verdes y era una recopilación de cuentos infantiles, casi todos de hadas y duendes. Y sobre todo, recuerdo Los Cuentos de la Selva, de Horacio Quiroga. Fue mi primer libro “de adultos”. Ese ejemplar sí que lo conservo. Creo que siempre me he negado a matar a la niña que llevo dentro, por eso ahora escribo para los niños, creo que es importante llenar sus vidas de fantasía, porque es lo que les toca, es la única obligación que tienen en la vida, jugar y crear fantasía.

 

P. ¿Qué crees que pueden encontrar los lectores en este “faro de los corazones extraviados”?

 

R. La editorial sostiene que se trata de un texto para los niños de cualquier edad, y creo que es una buena manera de definirlo. Los niños lo interpretan de un modo y los mayores de otro. Y ambas lecturas son compatibles y válidas, porque en definitiva se trata de una parábola, impregnada de poesía. Creo que es una historia rica en valores mostrados de un modo natural y sencillo: tolerancia, ternura, respeto, superación, generosidad, ilusión… Eso es lo que ofrezco a los lectores con mi historia, que lo haya conseguido o no ya depende de la opinión de cada uno.

 

P. ¿Tienes pensado escribir otro álbum infantil?

 

R. Por supuesto. Ver la cara de los niños cuando se lo lees o cuando lo miran, es impagable, todo un lujo. Sí, quiero seguir con los álbumes infantiles, me siento cómodo en ese género, a pesar de que es un público muy exigente, porque no mienten nunca.

 

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