El nuevo cómic de humor (de autor)

 Por Valentín Vañó.

 

 

UNO. El dibujante como ‘eje’ de actividad

 

No existía hace doce meses, pero en el principio de su segundo año de vida, ¡Caramba! Cómics parece gozar de una reputación de marca y presencia viral muy destacadas en el discreto ambiente del cómic independiente nacional. ¿Cómo ha ocurrido? Para evaluar este protagonismo creciente conviene entender que el principal responsable de esta micro-editorial, Manuel Bartual, es desde hace quince años, ejemplo paradigmático de eje creativo; es decir, esa tipología de personaje que se mete en todo clase de fregados, hace llamadas, involucra a gente, se pone plazos y, habitualmente, los cumple. Todo el mundo le conoce en el mundillo del cómic. Desde sus inicios con el colectivo 7 Monos, Bartual se ha caracterizado por saber calibrar cuándo toca lanzar el envite que haga trabajar a la gente, y cuándo es el momento de dejar reposar sobre los propios hombros la responsabilidad del proyecto. En ¡Caramba!, están confiando en él veteranos de alta cualificación como Manel Fontdevila o Javier Olivares, renovadores del post-humor gráfico como Paco Alcázar o Alberto González Vázquez, y jóvenes talentos deseosos de partir la pana: Laura Pacheco o Néstor F., entre otros.

 

 

DOS. Huele a espíritu fanzinero

 

Manuel Bartual (Valencia, 1979) es colaborador de El Jueves, donde realiza la serie ‘Sexorama’, y diseñador gráfico, responsable de la producción editorial de la mayoría de títulos de Astiberri. Y hace un año, tras visitar la zona de fanzines del Salón del Cómic de Angoulême (Francia), se le encendió una gran bombilla sobre la cabeza. Desde su posición de profesional, y con la complicidad logística de Alba Diethelm, decidió revisitar ese espacio mental de incertidumbre y libertad del dibujante que trabaja y colabora con los amigos por puro placer.

 

Quería recuperar en cierto modo el espíritu fanzinero de cuando empecé a publicar mis primeros tebeos hace quince años”, nos cuenta, “juntarme con unos cuantos amigos para preparar entre todos un tebeo, y ya de paso divertirnos haciéndolo”. En su empeño, y sin hacer bandera ni subrayar su militancia, también ha movido ficha en otro tema importante, en plena reconversión de la industria editorial: gracias a no trabajar con distribuidoras y operar vía online, ¡Caramba! ofrece a los autores el 50% de los beneficios por ventas, una vez cubiertos los costes de producción.

 

Internet ha sido fundamental en toda esta historia”, reconoce Bartual, “tenía la firme intención de mover el primer número de ¡Caramba! a través de este canal. Aunque también se lo ofrecimos a librerías, decidimos potenciar la venta a través de nuestra web utilizando las redes sociales para su promoción y la respuesta fue abrumadora. Días antes de sacarlo a la venta ya me rondaba la idea de darle continuidad al proyecto en caso de que funcionase, así que antes de agotar esos 1.000 ejemplares ya habíamos decidido dar el salto y convertirnos en editorial, un proyecto tras el que estamos tan sólo dos personas: Alba Diethelm y yo”.

 

 

TRES. Síntesis de humor gráfico y militancia estética

 

Ante la emergencia de ¡Caramba!, cabe la pregunta: ¿Puede casar el humor con lo indie, con la cultura alternativa? ¿Se ha vuelto cool, de repente, el chiste gráfico? De la fusión de lo nuevo y lo viejo, lo popular y lo sofisticadamente contemporáneo, surge la muy poderosa personalidad de los tebeos de ¡Caramba! En ese nombre de la editorial y título del fanzine hay un regusto a cierto tebeo de humor español clásico, el de Bruguera, que se prolonga orgánicamente con la colaboración militante de Bartual y otros de sus autores en El Jueves, pero que enlaza, en la materia objetual de sus libros, con algunas tendencias de la autoedición gráfica más rompedora. La labor ideológica de colectivos como los británicos Nobrow también está en el tacto de estos tebeos muy físicos, de estos “objetos que se adecuan a lo que pide la obra y al mismo tiempo debería dar gusto tener en las manos”.

 

En un mundo que cada vez tira más hacia lo digital, creo firmemente que la apuesta por el papel ha de ir en este sentido”, reflexiona el propio Bartual. “Los nuestros son libros y tebeos de humor, pero también de autor. Humor de autor. Un tipo de humor que no está condicionado por ninguna premisa ni imposición editorial, que no responde a ningún modelo industrial concreto, trabajos en los que cada autor ha tenido libertad completa para desarrollar su obra. Muchos de los autores a los que publicamos o vamos a publicar los hemos conocido a través de sus webs y sus blogs, son gente que aprovecha Internet para darse a conocer. En cierto modo tiene sentido que acaben publicando en ¡Caramba! porque la relación que tenemos nosotros con Internet es la misma”.

 

 

CUATRO. El año 2 de ¡Caramba!, en varios puntos

 

La industria de los sueños’. Novedad destacada del primer trimestre de 2012, el libro de Paco Alcázar publicado por ¡Caramba! ­–ya editaron juntos hace unos meses un juego de postales sobre música con el título de Miembros fugaces–, es la recopilación de las viñetas que Alcázar publica mensualmente en la revista Cinemanía. Este pequeño y grueso tomito contiene la versión más accesible y abiertamente humorística de un autor asociado con frecuencia a zonas estéticas no aptas para el gran público, por su tendencia a fusionar lo hilarante y lo turbio. En La industria de los sueños, Alcázar dibuja chistes sobre cine, actores y directores que pueden provocar la carcajada incluso en el cinéfilo menos informado.

 

Formatos cortos. En consonancia también con una línea editorial de Nobrow, entre las novedades de ¡Caramba! para los próximos meses destaca la inauguración de una colección de cómics de extensión reducida, de unas 24 páginas; una extravagancia considerando el grosor desmedido en todo tipo de publicaciones que ha impuesto la implantación de la novela gráfica. Dos serán los autores humorísticos que estrenarán título: Néstor F., con Infame, un autor novel y cortometrajista fogueado en el magma creativo de Internet; y un joven veterano asociado ineludiblemente desde hace años a El Jueves, Albert Monteys, que prepara Ser un hombre: cómo y por qué.

 

 La blogesfera del post-humor. Internet como reserva de títulos para ¡Caramba! tendrá en mayo dos lanzamientos destacados: por un lado, Humor cristiano, la recopilación de páginas y viñetas que Alberto González Vázquez ha ido publicando durante años en su blog Querido Antonio, con abundante material nuevo. El inteligente humor de González Vázquez, en sus cortos e historietas, suele abarcar cultura pop y reflexiones más o menos profundas, a veces con un reconocible rastro de melancolía. El hematocrítico del arte, por su parte, reunirá entradas de un popular blog donde el resorte de la ironía lo provoca la recontextualización de obras de arte clásicas.

  

El enrollado ’Caramba’ 2. A través del blog de la editorial, el twitter y demás proyección viral, Bartual y Diethelm estuvieron varias semanas generando expectación sobre el segundo número del fanzine ¡Caramba!, que tras ponerse a la venta se agotó en apenas 17 días. La dosis calculada de secretismo y expectación entre sus seguidores es otra muestra de un intuitivo saber hacer de marketing social totalmente inédito en el cómic español, que está dando sus frutos. ¡Caramba! 2 es, conceptual y materialmente, una tira humorística: un espectacular rollo gráfico de cinco larguísimos metros, donde se dan cita esos amigos que están dispuestos a sentarse delante del tablero solo con que Bartual lo pida: Max, Puño, David Sánchez, Pepo Pérez, Juaco Vizuete, Carlos de Diego o Jorge Parras, entre otros muchos.

 

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