No seas libre

 

Por Facundo Calbó.

Dejemos de lado la buena voluntad y las buenas intenciones. No digamos cómo nos gustaría que sean las cosas, sino cómo son. Digamos lo que es. Lo que es, es que uno ha nacido en una fecha, a una hora y a un día, que tiene un padre y una madre, un nombre y un país. Eso es inamovible, es nuestra columna vertebral, nos define y nos dice quienes somos. Cambiad por un instante la figura de vuestro padre, imaginad que en nada se parece al que conocéis; ahora pensar si vuestra vida hubiera sido la misma. Radicalmente no. Alterar como un juego vuestra nacionalidad, ¿de haber nacido en Zimbawe sería yo el mismo?

 

Este tetragrama innato (día de nacimiento, lugar, nombre y padres) a modo de gen nos estrecha el cerco de la libertad en un altísimo porcentaje. Se irá reproduciendo ese condimento primordial, copiándose a sí mismo una y otra vez, siempre incapaz de salirse de sus propios márgenes. Extraño será que mute pues el eco no transforma nada.

 

A partir de aquí, y desde el día uno, cada acto cometido (voluntario o no, propio o ajeno) nos estará marcando. Como si talláramos una piedra de mármol, en donde lo fácil es cortar pero lo imposible es que vuelva lo quitado. Todo hecho nos delimita, si nos dieron de mamar o no, si nos chupamos el dedo, si nos vacunaron, si empezamos a andar demasiado tarde, si dijimos nuestra primera palabra con dos años, si fuimos a la guardería con tres, si padecimos varicela con cuatro, etc.

 

Entonces, lo relevante de la vida es salvar las posibilidades. Tus posibilidades son las que son, éstas que tienes delante de ti. Deberás elegir de entre ellas la que mejor hombre te haga, al hacerlo se abrirán ante ti nuevas oportunidades a la vez que perderás otras muchas. Pero no lo olvides, desde el principio tus posibilidades fueron pocas, y cada día irán siendo menos. O, mejor dicho, son las que son. Ser libre aquí no es hacer lo que uno quiera independientemente de lo que los demás opinen, sino que libre es el que hace lo mejor con aquello que le ha tocado.

 

Dejemos de pensar que ser libre es hacer lo que uno quiera, ajeno de las consecuencias; tirar a la basura el cliché de que ser libre es no dejarse mandar por nadie. Ya no eres libre en este sentido, recuerda el tetragrama, sálvalo. Crece y hazte mejor enfrentándote a lo que la vida te ha obligado a vivir. Saber que no te queda nada de importancia si cuando haces algo no te preguntas: ¿es esto lo mejor para mí? ¿es esto lo mejor para mis padres? ¿es esto lo mejor para la época en que vivo? ¿es esto lo mejor para mi país? Los jóvenes de bajo espíritu son aquellos que se quieren emancipar de todo, son aquellos incapaces de preguntarse por su país o por su época. Son de bajo espíritu porque nunca hacen lo que tienen que hacer, sino lo que quieren, lo que les da la gana (mayormente el vago), y todo escudado en la libertad y en ser uno mismo. En conclusión, no seas libre si serlo es esto que dicen.

 

En cualquier caso hoy se han dado dos noticias, una buena y una mala. La mala es que la libertad no es eso que nos gusta soñar, la buena es que hemos aprendido algo realmente importante.

 

No hay más hombre libre que aquel que salva su alma si ésta está en guerra, por lo mismo que no habrá hombre más libre que aquel que va a la guerra cuando su país está en ella.

 

Ser libre por hacer lo que se tiene que hacer.

 

 


2 thoughts on “No seas libre

  • el 27 abril, 2012 a las 6:02 pm
    Permalink

    «Lo que hay que hacer» es una triste condición formal, más inconcreta aún que el imperativo categórico desde mi punto de vista. Si la rellenas materialmente con la guerra, por ejemplo, entonces pienso yo que lo que «hay que hacer» no es más que lo que los valores heredados dictan hacer, puesto que raras veces los intereses que mueven a la guerra son los del soldado.

    Respuesta
  • el 29 mayo, 2012 a las 2:06 pm
    Permalink

    Nepf4, concordo. Ate9 cirdoseno o computador em sala de aula fatil, principalmente porque uso o Google docs para fazer minhas anotae7f5es de aula (nada que um caderninho e uma caneta ne3o resolvam), mas realmente, e0s vezes ate9 involuntariamente, estar online durante a aula dispersa.Ontem, depois da aula, eu e um grupo de amigos ficamos por mais de 30 minutos conversando sobre boa parte do que vocea nos estimulou a pensar. Creio que todos adoraram o trabalho em grupo e a possibilidade de termos um contato mais pessoal, mais humano, olho no olho, sentindo as reae7f5es do que falamos.Abs!

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *