“… Ya Know”, Joey Ramone. Los mitos nunca mueren

 

 

Por Kepa Arbizu.

Pocas cosas nuevas a estas alturas se pueden decir sobre los Ramones, un grupo que ha superado el contexto musical para convertirse en un auténtico icono social y que probablemente tuvieron en su integrante Joey (fallecido el 15 de abril del 2.001) su exponente más sensible.

En estos casos (la desaparición de mitos del rock) se suele poner en funcionamiento la maquinaria de marketing consistente en recurrir a todo tipo de grabaciones para ponerlas en el mercado. Al margen de las consideraciones morales sobre esta carrera por sacar provecho del luctuoso hecho, en lo estrictamente artístico habitualmente suele carecer de demasiado interés por sí mismo, salvo para el coleccionismo de los fans más acérrimos. Una máxima de la que, por el momento, el “ramone” está consiguiendo escapar.

“…Ya Know”, coletilla que siempre utilizaba el músico, es el nombre de un disco que recoge algunas grabaciones inéditas del de Nueva York en las que habría estado trabajando desde los inicios de su carrera hasta su muerte. Estilísticamente y como idea en general, es una continuación de su anterior “Don’t worry about me”, su primer trabajo póstumo. Sin embargo hay una diferencia obvia, y es que el actual carece de una unidad preestablecida, es decir, se trata de una recopilación de una serie de temas (sus bocetos en ocasiones para ser más exactos) que aparecieron fortuitamente y a los que se estuvieron dando vueltas hasta el resultado que ahora ve la luz.

En ese cometido de dar forma definitiva y completar los bosquejos de Joey han tomado parte un número muy elevado de personas. Su propio hermano, Mickey Leigh, el ex The Plasmatics Jean Beauvoir  y los productores Ed Stasium (estos dos últimos ya colaboradores en el pasado con The Ramones) y Joe Blaney son los principales ejecutores del proyecto, al que se han sumado músicos como Steven Van Zandt (de la E Street Band), Joan Jett,  Lenny Kaye (guitarrista de Patti Smith Group), el batería Richie Ramone, o miembros de Cheap Trick, The Dictators o Smithereens. Un trabajo colectivo que puede ser visto como un homenaje de muchos (todos sería imposible) de aquellos que de una manera u otra se han visto influenciados por la revolución musical que supusieron los de Queens.

El adelanto que anunció la existencia de este álbum fue “Rock ‘n’ roll is the answer”, una ya habitual en su banda reflexión de la música como escapatoria de una vida gris, coescrita junto al que fuera guitarrista de The Plasmatics Richie Stotts y sostenida a base de fuertes guitarrazos de puro hard rock (desde Alice Cooper hasta AC/DC pasean por el tema) y de un adictivo estribillo. Igual de contundente se mostrará en otras canciones como la rockera y épica “New York City”, convertida en un homenaje a la ciudad estadounidense; la sobresaliente muestra de punk directo que son “Going nowhere fast” o “Seven days of gloom”; en la  rock and rollera y arrolladora, y por lo tanto inevitablemente ramoniana, “I couldn’t sleep” o la genial “What did I do to deserve you?”, donde se mezcla el espíritu melódico habitual del cantante con un tono de rock americano.

Ese lado más romántico y nostálgico que siempre ha estado presente de alguna manera en la carrera de la banda se hace notar en “Eyes of green” y sobre todo en la evocadora “Party line”, con ese aroma a pop “bubblegum” incrementado por la utilización de las voces femeninas y una amplia instrumentación. Incluso habrá momentos para la acústica (no será la única) “Waiting for the railroad”, algo no muy habitual en la idiosincrasia del grupo pero que sumado a la libertad con la que está cantada da un resultado brillante.

No hay que obviar, y como suele pasar en este tipo de discos donde se abre el baúl de las canciones perdidas, que hay algunas composiciones totalmente prescindibles, como las nuevas versiones de los temas “Merry Christmas (I don’t want to fight tonight)” o “Life’s a gas”que no van mucho más allá de presentarlas principalmente en un ritmo más pausado que las originales. “Make me tremble” o “Cabin fever”, ésta  con un sonido saturado y pretendidamente moderno, no aportan tampoco gran cosa.

La publicación de “…Ya Know”, 22 de mayo, coincide casi en el tiempo con el 61 aniversario del nacimiento de Joey Ramone (tres días antes), y por lo tanto es fácil deducir el carácter de homenaje que en él se esconde. No hay que ver en este hecho una intención únicamente nostálgica, el disco contiene como mínimo media docena de canciones que muestran la mejor cara del neoyorquino y las características que han hecho de él uno de los músicos esenciales en el rock, por lo que debe servir también para celebrar su talento, del que ya no podremos tener nuevos frutos en el presente pero sí disfrutar haciendo caso de aquellos versos del poeta, “la belleza siempre subsiste en el recuerdo”, en este caso en sus composiciones.

 

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