Dibujos y acuarelas de Carlos Brihuega

Por Inmaculada Real López.

 

Carlos Brihuega Gorrochategui

Casa de Cantabria

Calle Pío Baroja 10, Madrid.

Hasta el 30 de octubre.

 

La Casa de Cantabria abre sus puertas para acoger una muestra monográfica del artista madrileño Carlos Brihuega. La exposición muestra una selección de la extensa actividad que como pintor y dibujante creó al margen de su labor como cartelista. Se trata de la producción artística que llevó a cabo en la intimidad, siendo ahora expuesta y sacada a la luz para dar a conocer la genialidad  de este artista.

 

 Carlos Brihuega ha sido reconocido por su trabajo como pintor publicitario de los grandes carteles que coronaban los prestigiosos cines de la capital. Así, trabajó para cines como Rialto, Coliseum, Pompeya, Amaya, para Capitol realizó carteles de películas como “Casi un ángel”, “Sospecha” o “El asunto del día”; y para los cines Callao ilustró “Luna Nueva”.

 

El resultado de esos magníficos y grandiosos carteles tenía su trabajo previo en el taller del artista y su equipo, ubicado en la calle Pizarro, y previamente en la calle la Luna. Se han conservado fotografías del interior de los mismos, así como durante el proceso de ejecución de los carteles, gracias al interés de la prensa que documentó en más de una ocasión el proceso de trabajo, convirtiéndose hoy en un interesante testimonio. En el periódico Informaciones, se fotografió a Carlos Brihuega elaborando el cartel para la película “El último cuplé”, también en Suplemento de España, o en Ya.

 

Conocedor de diferentes técnicas, trabajó tanto el óleo, como la acuarela. Sin embargo, por esta última sintió mayor sensibilidad, abarcando una parte importante de su producción artística. Frente a los resultados vaporosos que consigue en sus composiciones con este procedimiento, su obra gráfica fue mucho más descriptiva y minuciosa. El uso de diferentes técnicas: lápiz, carboncillo, pluma o bolígrafo, refleja la habilidad compositiva de Carlos Brihuega. Incluso muchas de sus obras elaboradas en pluma fueron iluminadas años posteriores como en “La confesión”.

 

Desde el punto de vista temático entre las obras realizadas en acuarela se encuentran los bodegones, pero predominan principalmente escenas de interiores de la casa del propio artista, “Mi rincón”, o “Mi mujer en la cocina”. Otras son de carácter más rural, “Luisa en la cocina de la casa del pueblo”, pero en todas ellas evoca sensaciones agradables y de bienestar.

 

El carácter más agridulce y crítico del artista se refleja en sus obras gráficas, “Viejos besándose” y “Brujas” es un guiño directo hacia lo grotesco y la fealdad.  Sin embargo, de este estilo detallista se sirvió para representar tipos sociales como “Novio de los años 40”, “La alcahueta”, “La churrera”, o escenas de taberna como “La partida”, se convierten en un interesante testimonio social de este periodo. El sentido más crítico de su obra está centrado en temas dedicados a la iglesia, como “El reverendo olvida su misa”, que sirvió para ilustrar la obra Las tres misas de Alphonse Daudet.

 

Al margen de su producción, sintió una gran preocupación por la conservación de su propia obra. Conocedor de los riesgos de deterioro, buscó diferentes métodos para garantizar una mayor perdurabilidad, aplicando diversos barnices impermeabilizando el papel y  consiguiendo una mayor resistencia.

 

La obra que hoy se muestra, y que se puede comprar a un precio asequible, participó en varias exposiciones colectivas celebradas en el Círculo de Bellas Artes entre 1948 y 1955. También obtuvo diferentes reconocimientos en los Salones de Otoño organizados por la Asociación Nacional de Pintores y Escultores, consiguiendo las siguientes medallas en la categoría de acuarela, la tercera medalla en 1967, la segunda en 1968 y la primera en 1969.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *