La Historia del mundo en 100 objetos

 

Por Ricardo Martínez.

 

Neis MacGregor: La Historia del mundo en 100 objetos

Debate, Madrid, 2012    800pp.           43,90euros

 

 El autor de este precioso libro (tanto por la información aportada como por las imágenes que acompañan al texto) es historiador del arte por formación, y, después de dirigir la National Gallery de Londres, es el actual director del Museo Británico. Dado, que, además, es un brillante transmisor de conocimiento, creo que estamos ante avales suficientes para recomendar la lectura-consulta de un libro que expone, de una manera sencilla y a la vez enjundiosa, la Historia del mundo, esto es, la Historia de las culturas que han definido, con el tiempo, nuestra condición racional.

 

El secreto de su contenido es elegir un objeto (sea cual fuere y de la época que fuere) y explicar su historia propia y su significado cultural, pues ha sido considerado representativo en la vida del hombre. De ahí que podamos encontrarnos, por ejemplo, con una preciosa miniatura que recoge bajo el epígrafe “Galeón mecánico procedente de Augsburgo, Alemania, 1585 d.C.” y podemos leer, a modo de comentario: “Nuestro galeón no cruzó nada más turbulento o más peligroso que una principesca mesa de comedor europea, pero es una reproducción sumamente fidedigna de aquellos grandes navíos oceánicos europeos; el tipo de barco que España envió contra Inglaterra en la Armada Invencible de 1588” Y aún pasa a matizar: “es un barco muy importante de la guerra naval, puesto que fue de los primeros en disponer de troneras con compuertas expresamente construidas cerca de la línea de flotación” Por último, y a fin de justificar su elección dentro de los cien considerados representativos, se nos dice: “Estos barcos eran muy importantes, eran los símbolos más potentes de la época; el equivalente del transbordador espacial”.

 

Con un carácter similar en importancia podríamos señalar también El Buda sedente de Gandhara (estatua de piedra, procedente de Pakistán, 100-300 d.C.), “una de las más antiguas que se conocen; probablemente data del siglo III d.C.” Y a continuación podemos leer: “Buda fue un personaje histórico real, de modo que no era un dios (…) La primera evocación de la presencia de Buda está grabada en monumentos circulares llamados ‘estupas’ (…) El culto a las huellas es un importante elemento en la India todavía hoy; éstas aluden a una persona que ya no está, pero que ha dejado su rastro en la Tierra (…) Así pues, había símbolos que penetraban poco apoco en el mundo artístico y que de hecho abrieron el camino a la imagen física de Buda”

 

Digamos que la información recogida en este voluminoso libro viene dispuesta en grandes apartados que, en progresión cronológica, resultan muy alusivos: ‘Lo que nos convirtió en humanos’ (200000-9000 a.C), ‘Las primeras ciudades y Estados’ (4000-2000 a.C.), ‘Placeres antiguos, especias modernas’ (1-500 a.C.), ‘Peregrinos, invasores y comerciantes’ (88-1300 a.C.) Y así hasta llegar hasta’ El mundo de nuestra invención’.

 

Un libro precioso de ver, y sumamente gratificante e instructivo en la lectura.

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