La vida secreta de los edificios

Por Ricardo Martínez.

 

Edward Hollis: La vida secreta de los edificios

Ediciones Siruela, Madrid, 2012. 396pp. 11,95 euros

 

PORTADA-LIBRO-SPB0195361-MAXEn lo que hace a la historia del hombre diríase que existen, cuando menos, dos formulaciones (no tanto secretos implícitos, si bien el edificio, cada edificio, encierra por sí un secreto, aunque solo fuere la vida del que lo habita, de un modo real o imaginario): el uno como vivienda propia, esto es, para guarecerse de las inclemencias del clima o de los otros agentes externos. El otro sería la función ceremonial o institucional, ya sea con carácter civil o religioso; esto es, el edificio como representación.

 

Si, tal como promete el libro, de lo que se nos habla es de ‘la vida secreta’, la seducción lectora aumenta en razón no sólo ya del propio interés intrínseco, sino del principio de aventura que le anima.

 

Y así es, entendiendo por secreto aquello no obvio, no evidente; o bien no explicado todavía: “La Alhambra que exploró el emperador Carlos V era para él un laberinto de placeres tan exóticos e incomprensibles como para su nueva esposa. Karel e Isabel no se conocían antes de casarse ni hablaban la misma lengua (…) Aunque amaba a su esposa, Karel echaba de menos la cómoda informalidad y familiaridad de sus amantes: amigas de la infancia o mujeres a su servicio con las que podría tener encuentros detrás de una cortina o en un jardín” Y continúa el texto “encontró  entonces un nuevo tipo de amante en la Alhambra misma, cuyos exóticos encantos e íntima sensualidad lo hechizaban” Describe luego la naturaleza de tales amantes, pero es mejor no desvelar secreto tan sutil.

 

El libro, escrito con una sólida erudición que se nos transmite de una forma muy cuidada y amena, se ocupa, además, de otros edificios (doce más) singulares, entre otros: La basílica de San Marcos de Venecia, El Partenón de Atenas, La catedral de Gloucester o el Muro de Berlín.

 

Un viaje, arquitectónico y literario, a todas luces emocionante, instructivo, embriagador. Un viaje como habría de ser todo viaje: hacia el conocimiento, hacia la imaginación.

 

 

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