José-Carlos Mainer, sobre Falange y literatura

 

Ernesto Giménez Caballero, Rafael Sánchez Mazas, Dionisio Ridruejo, Eugenio d’Ors, Agustín de Foxá, Gonzalo Torrente Ballester, Álvaro Cunqueiro, Rafael García Serrano, Víctor de la Serna, Luys Santa Marina, Luis Felipe Vivanco y algunos autores más conformaron un grupo de escritores afines al movimiento falangista que vincularon parte de su obra a dicha doctrina ideológica, y publicaron al amparo del régimen. 

 

Falange y literatura, de José-Carlos Mainer.
Falange y literatura, de José-Carlos Mainer.

Actualidad editorial:

El profesor y catedrático emérito de Literatura Española por la Universidad de Zaragoza, José-Carlos Mainer ha recuperado Falange y literatura (RBA Ediciones, 2013), libro que ya publicó en 1971, para desarrollar una nueva redacción mucho más extensa y ampliar la que entonces fue escasa bibliografía; al tiempo que satisface el interés de muchos lectores y estudiosos en torno a la literatura de los vencedores de la guerra civil. También se reúne una selección antológica de los libros más representativos publicados por esos autores. “En el 71 muchos me criticaron y otros me alabaron por hacer este libro. Y han sido muchas las veces que me han pedido revisarlo, pero hasta ahora no me he decidido a hacerlo. Ahora, este es un libro diferente y a la vez es el mismo, pero con una reflexión sobre el tema mucho mayor, es un texto más maduro y matizado, sobre todo si tenemos en cuenta que en aquel momento yo era mucho más joven. Si antes el libro resultó impertinente, ahora quizá sea más sardónico”, comenta el autor.

 

Mainer selecciona los autores y hace una revisión de su obra de una manera concienzuda y seria. “El enfoque no es sociológico sino más bien de historia de las ideas, de análisis literario y valoración de la obra; también he aprovechado para en un tratamiento casi psicológico, contar la vida de los autores estudiados”. Los textos que reúne esta antología constituyen un estimulante acercamiento a la producción literaria de los escritores falangistas, que fueron pieza fundamental  para los conflictos intelectuales de la España que surgió a partir de los años treinta. “En esa línea este libro es un deseo de explicar por qué la gente se hacía fascista (cuando se realizó la primera edición no se podía decir esta palabra), qué miedos, sueños y deseos encubrían el hecho de hacerse falangista”.

 

Autores que configuraron un lenguaje literario diferente, y que a través de sus trabajos pretendían rebelarse tanto contra la izquierda como contra la derecha más arcaica. Algunos ocuparon un lugar importante en la historia de la literatura española, pero otros quedaron sumidos en el olvido. “En ningún momento formaron un grupo homogéneo, cada uno siguió su propio camino; salvo algunos casos muy concretos y especiales, la mayoría fueron francotiradores dentro de la literatura”. Políticos, escritores, periodistas o altos cargos de la administración que durante el fascismo no sufrieron excesiva censura, y tampoco estuvieron estigmatizados por el régimen. Realmente, no fue hasta los años sesenta que los perdedores de la guerra ganaron la batalla de la cultura.

 

El Mainer historiador reconoce que este, como libro de historia que es, puede llegar ser un ejercicio de memoria histórica, aunque no sabe si contribuirá de forma definitiva a la misma. De hecho, el término como tal no suele ser de su agrado. Además, completa el autor, “este es un análisis del falangismo hecho desde la izquierda para destacar el trabajo de algunos escritores que no deberían dejarse de lado”. A nivel personal, y con independencia de que algunas de sus obras fuesen totalmente fascistas, destaca el trabajo de Ridruejo o de Sánchez Mazas. La introducción, como “historia literaria de una vocación política”, aúna los dos intereses que definen el libro: literatura y política, acotando sobre todo el tramo comprendido entre 1920 y 1956 (esbozos del partido y primeras deserciones importantes del movimiento).

 

Falange y literatura. Antología.  José-Carlos Mainer.  RBA Ediciones, 2013.  700 páginas.

 

Por Benito Garrido.

 

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