Entrevista a Javier Krahe: “Con ideas no escribo, escribo con frases”

 

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Por Kepa Arbizu.

Javier Krahe es una de las voces más irónicas y personales que tiene el panorama español. Con su peculiar estilo, una mezcla de casi todos los palos musicales conocidos pero convertidos en uno propio y plenamente identificativo, llega su nuevo disco, “Las diez de últimas”, y lo hace cargado de canciones en las que predominan las historias de amoríos, que en realidad nunca son sólo eso. Acompañado de sus habituales, e inseparables, músicos (López de Guereña, Prittwitz o Fernando Anguita) estamos ante una nueva muestra de su calidad e ingenio compositivo.

 

El título de este nuevo disco es “Las Diez de últimas”. ¿Hay que entenderlo como el anuncio de un final o, utilizando el lenguaje del tute, como una mano ganadora?

Una mano ganadora (risas), bueno, la última baza.

¿En algún momento de tu carrera has tenido la sensación de que ya habías dicho todo lo que tenías que decir?

He tenido con frecuencia esa sensación, luego me empiezan a venir más canciones y sigo. No digo al principio, los diez primeros años, pero luego cada vez que grababa un disco pensaba, no tengo nada que decir. Y mira, resulta que éste es ya el catorce.

¿Y cuál es el detonante o la espita que enciende la inspiración?

Generalmente es una frase, o bien que la oigo o bien que me viene a la cabeza, me gusta y  me pongo a darle vueltas: para que quede bien tendrá que llevar algo que la anuncie o cómo tiene que continuar para estar justificada. Parto de muy pocas palabras, nunca  tengo un argumento pensado. Por ejemplo en este último disco de pronto pensé “nunca llegué a Tombuctú”, y no sabía qué iba a contar pero elucubrando, tanteando, escribiendo, tachando… al final sale una y luego otra…

Un efecto de bola de nieve…

Sí.. podría llamarse así.

krahe nterior 1En unos tiempos en los que muchos optan por hablar de la situación política-social actual, tu nuevo álbum está dedicado casi exclusivamente a las relaciones con las mujeres.

Y casi todos los míos, de diez canciones ocho hablan de eso. Y me parece natural, porque escribir sobre los efectos de una crisis económica, habrá su manera de hacerlo bien incluso que quepa el humor también, pero en principio me parece muy árido, supongo que mi cabeza no quiere detenerse en eso. Creo que se puede escribir una canción de una pareja que no encuentra un piso para estar juntos y de ahí pueden salir los problemas o la felicidad de la pareja, luego el mundo hostil que les rodea, pero como ahí sólo hay una idea… yo con ideas no escribo, escribo con frases.

En muchos momentos esas historias dan la sensación de estar presentadas como el último reducto o única escapatoria frente a todo lo que nos rodea.

En canción sí, en la realidad lo extendería a los afectos personales, no solo de mujeres sino de amigos, familia. Son el ultimo reducto, sí.

La religión es un tema constante en tu discografía, esta vez en  “Fuera de la grey” hablas sobre ella  pero también haces mención  a la penosa situación relacionada con la denuncia contra tu  video “Cómo cocinar a un cristo” ¿Es una canción escrita desde un sentimiento de  rabia?

Sí, bueno, rabia matizada por la ironía. La empecé unos días antes del juicio, luego cuando fui absuelto la continué. Por ejemplo esa expresión, “fuera de la grey”, me vino a la cabeza antes que lo que  iba a  contar.

En ella hablas de todo lo que te ha hecho alejarte de la religión , en definitiva la consideras un enemigo de la libertad.

Por supuesto, ya de entrada el Señor no es  mi pastor, yo no soy un cordero. Lo encuentro inadmisible. Al que le guste serlo que lo sea, pero a mí no me ha sido dado eso, me ha sido dado todo lo contrario. Pero qué es esto de seguir un manual que mira, casualmente siempre lo han hecho hombres: la Biblia lo han escrito hombres, el Corán lo han escrito hombres, todas la doctrinas la han escrito hombres, no hay inspiración divina ni qué gaitas. Puedo tolerar cosas que me interesen de esos hombres pero no una cosa que haya que cumplir ni que creer, por supuesto.

En el tema “¿Por qué no?” asistimos a su propia modificación o matización según va avanzando. ¿ Es un ejemplo de cómo es el trabajo que sigues para dar forma definitiva a una canción o era una broma?

Era sólo una broma, comprenderás que empieza diciendo “en tu sonrisa brilla  una espátula”, ¡hombre por Dios, eso es imposible de decir!. Quería jugar con mis músicos, de hecho la canción, como se ve en la grabación, es un ensayo. La íbamos a grabar mejor cantada, tocada con sus instrumentos, sus silbidos, pero al oír, que ni siquiera la oí yo me lo dijo el técnico de sonido, un ensayo de la grabación así quedaba bien. Es un poco chiste.

En “Décimas con aguarrás” llevas los famosos versos acerca del sabio de Calderón de la Barca a tu terreno, teniendo en cuenta además el título de la canción con la palabra “décimas”, ¿es una influencia en tu manera de escribir la poesía clásica a la hora del ritmo y la musicalidad?

Sí, la verdad es que tenía ganas de escribir décimas, hay una enorme cantidad de canciones, sobre todo sudamericanas, que utilizan las décimas. Aquí también pero de allí hay más ejemplos, del estilo del Martín Fierro argentino, el folklore venezolano, mexicano. Es una forma métrica que tiene su atractivo y que se canta muy fácilmente.

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En esas estructuras encuentras un ritmo y una musicalidad…

Sí, si, claro que tienen ritmo y una musicalidad, es que casi sale solo.

Cuando se escuchan canciones escritas en primera persona uno tiende a entenderlas como autobiográficas. ¿Hay mucho de tu vida en tus composiciones o más de tus personajes?

Más bien de un personaje que se llama como yo, pero que en canciones es un personaje. Hay que tener en cuenta que, en este disco no, pero tengo canciones donde ese personaje es deleznable, y sin embargo lo canto también en primera persona , como por ejemplo en “Dónde se habrá metido esta mujer” o cuando digo “Las memorias de Adriano te las compra Rita”. Mi personaje puede incorporar cosas que yo no. En mi lenguaje común no utilizo tacos pero en las canciones de vez en cuando meto alguno, él puede decirlos, yo no. Así que no es autobiográfico, por supuesto, por ejemplo “Décimas con aguarrás” empieza “canturreaba un suicida”, yo no soy nada suicida pero no me cuesta ningún trabajo comprenderlo.

 En “Los siete pecados capitales” hace años cantabas “me aburre la hormiguita y la abejita y el panal”. Este nuevo disco lo acompañas del libro “El derecho a la pereza” de Paul Lafargue. ¿A la larga de lo que se trata es de reflexionar sobre la supuesta supremacía moral que se le adjudica al trabajo?

Eso lo explica bastante bien Lafargue, y por supuesto estoy de acuerdo con él. El trabajo es alienante, lo que él entendía por trabajo, y lo que entiendo yo. Me dicen, pero tú haces canciones y eso será trabajo, lo dudo, no es un trabajo, como tampoco creo que lo sea un científico que esté investigando unos virus, a lo mejor si lo es para un ayudante suyo, pero él está interesadísimo por eso, aunque esté remunerado. El trabajo es prestar tu actividad al servicio de otro o a un salario, eso puede ser desde picar en la mina, ser contable o estar en una cadena de montaje de automóviles, que a lo mejor es necesario hacerlo, pero no veo porqué tiene que ocupar prácticamente la vida entera de una persona con la cantidad de máquinas y ordenadores que hay. Debería estar reducidísimo, ser lo máximo cuatro horas diarias y hasta los 45 años,  luego te jubilas y ya tienes tiempo para tu ocio, que es lo que se ha traducido por pereza, porque Lafargue utiliza “paresse” , hoy en día se referiría a ocio, si no es  porque el ocio también es ahora un negocio…

Javier_Krahe_in_concertHay que tener en cuenta también el desarrollo de la persona…

Claro, es que el trabajo, tal y como yo lo entiendo, impide el desarrollo de la persona: el intelectual, espiritual y anímico en general. Pero bueno, iría mas lejos, yo aceptaría que alguien dijera: yo prefiero estar aquí sentado y contemplando, también eso es un enriquecimiento.

A pesar de que da la sensación desde fuera que tienes un estilo muy definido a la hora de escribir canciones y basadas en ciertas estructuras, ¿tienes eso que se suele llamar terror al papel en blanco?

Sí, ciertamente lo tengo y de hecho cuando me pongo en ello pienso que ojalá me llame alguien por teléfono y me interrumpa (risas) y no tenga que estar delante del papel en blanco.

Esas dificultades primeras para encontrar una frase con la que empezar que decíamos antes…

El caso es que cuando esa frase me viene a la cabeza, afortunadamente de vez en cuando me viene, me excita y me puede tener entretenidísimo días y días, o meses, y eso también me gusta, pero se me plantean tantas cosas que lo hago con gozo y sufrimiento a la vez.

¿Con el paso del tiempo uno no descubre métodos o argucias para superar ese miedo?

Sí… algunas, por ejemplo fumarme un canuto (risas), digo, si esto me divierte pues  adelante, si no lo fumo qué voy a decir que no esté dicho y preferiría abandonar.

Es inevitable no hablar de los episodios de censura que has vivido, como el más obvio de “Cuervo Ingenuo” o los problemas legales con la difusión del video “Como cocinar a un cristo”. ¿Cuál es el principal sentimiento que se apodera de uno cuando sufre hechos como estos?

Pues el bochorno, de vergüenza ajena ante lo que sucede. Cómo es posible que haya un aparato legal al servicio de esta imbecilidad que es juzgarme, y cómo es posible que sin aparato legal te prohíban aparecer en televisión cantando una canción simplemente porque a un señor le molesta. Y por cierto, que jamás ese recorte a la libertad de expresión se la ha atribuido el PSOE, no tienen memoria de lo que han hecho. Aunque hayan pasado muchos años desde el 86 jamás han hecho un examen de conciencia y me dan vergüenza ajena.

¿A la larga esas situaciones crean algún tipo de autocensura?

No. La autocensura sólo es ante ciertas desgracias humanas, de eso no quiero hablar porque ahí  hay gente sufriendo detrás. Hice una canción que nunca la canté y la rompí tal y como la terminé. Hablaba de una explosión de grisú en una mina y le sacaba punta bastante humorística, por ejemplo decía como si murieron  por no estar en el paro y dije que eso no lo iba a cantar.

Tras más de 30 años en la música, si echaras un vistazo hacia atrás, ¿cambiarías muchas cosas de las que has escrito o el modo en que las has escrito?

El modo en cómo las he escrito sí, creo que hay canciones que las tenia que haber hecho contando lo mismo pero mejor, pero es una reflexión que me viene a la cabeza, lo podía haber hecho de esta otra manera, y ya está. A los diez minutos me olvido y lo que está  hecho, hecho está.

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Habitualmente  los homenajes a músicos suelen hacerse cuando ya se están retirados, sin embargo tú has tenido ya alguno como aquel “…Y todo es vanidad” ¿Cómo se lleva ser homenajeado a la vez que se mantiene una carrera en activo?

Yo no quería que me hicieran ningún disco homenaje, lo hicieron ocultándomelo, cuando yo me enteré llevaban ya grabadas 16 canciones y no era cosa de parar aquello. De todas formas simultáneamente era una demostración de cariño y tampoco se pueden rechazar estas cosas. Ya dos años  antes me lo propusieron  y dije que para nada. En este caso lo hicieron a ocultas y se lo agradezco, pero claro, cuando me lo hicieron tenia canciones para hacer un disco mío y sí retrasé la grabación, creo que sería “Querencias y extravíos”. Pero luego seguí con otro, y otro.. y no me afectó el homenaje, decidí no morirme, claro.

Siguiendo con ese disco homenaje, al margen de intérpretes cercanos a ti estilísticamente había algunos provenientes  de escenas en principio alejadas como el caso de Rosendo o Julián Hernández de Siniestro Total. Para muchos músicos el mayor reconocimiento es tener seguidores fuera de sus  barreras estilísticas. ¿Opinas igual y tienes la sensación de haber logrado eso?

De haberlo logrado sí pero no sé qué sensación me da. Me resulta curioso. El caso de Julián Hernández es distinto, tenemos trato personal, no muy frecuente porque él vive en Galicia y yo aquí, pero a Rosendo le había visto una vez en la vida, había tomado una caña en un bar cuando Leño. Eso lo atribuyo a que somos madrileños un tanto  singulares pero los dos muy madrileños… digo yo… Posteriormente me lo encontré, le di las gracias y me dijo que se lo había pasado muy bien grabándolo.

Después de mis conciertos suelo charlar con la gente y han venido raperos y gente que pensaba que para nada les interesaba yo. Bueno, pues no sé, me parece una curiosidad.

Para alguien que vive prácticamente en continua gira como es tu caso, ¿hasta qué punto se notan ciertas restricciones que se están realizando en cuanto a los horarios, permisos para actuar en directo e incluso el cierre de salas?

Es una pena. Hay cierres claramente atribuibles a las crisis, hay otros que no, pero cada vez que cierran un sitio donde he actuado, o sin haberlo hecho, sí que lo veo bastante penoso. Sigue habiendo muchos sitios para cantar afortunadamente. Lo de los horarios sí los están adelantando, se están haciendo más europeos.

Al final parece que existe un miedo a que la gente se reúna para escuchar música.

Si, pero tampoco es fácil para las autoridades llevar acabo el cierre de las salas, también hay una lucha por parte del mundo de la noche, como la asociación La Noche en Vivo, y son bastante activos para mantener las cosas y van saliendo adelante, hay que ganárselo con esfuerzo todo.

 

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