Friends, más que una serie

Por M.J.     Friends, la serie que marcó la historia de la televisión y la madre de las sitcoms a las que ahora estamos acostumbrados. Claro que antes de ella ya había comedias televisivas, estaba Frasier o Seinfeld por ejemplo. Pero esas series tenían una cosa en común: giraban entorno a un personaje en concreto. Friends es una comedia de situación de amigos dónde no hay un protagonista; hay seis: Monica, Ross, Chandler, Rachel, Phoebe y Joey. Y la serie trata de ellos, sin más ni menos. Y este es, precisamente, lo que hace única y original a Friends. Cuando en los años 90 Marta Kauffman y David Crane fueron a una productora con esta idea se rieron de ellos y les preguntaron “¿y no sucede nada más?” No, solo eso. Seis amigos reunidos en su bar favorito, hablando de nada. Pero ahí estaba la magia. En los personajes, en estos amigos que día tras día nos hacían reír, pero también llorar. Son muchas las series que me han gustado e incluso marcado, pero si unos personajes han superado el límite entre ficción y realidad son los de Friends. Y eso, amigos, es prácticamente imposible. Este es el secreto de por qué aguantó diez temporadas sin decaer y por qué nunca dejamos de reír o de llorar. Porque los personajes, al contrario de lo que estamos acostumbrados en las sitcoms, evolucionaron.

Rachel pasó de ser una pija inútil a convertirse en una mujer independiente, Chandler se enamoró y superó su miedo al comprimiso…Los actores hicieron suyos a unos personajes que probablemente,-para su desgracia, no abandonarán jamás. Hasta tal punto que los guionistas, cuando no estaban seguros de un chiste o una réplica, le preguntaban al actor si su personaje diría o haría eso. Y este, precisamente este es el secreto de Friends. Puedes tener una buena serie basándote en personajes arquetipos y tramas espectaculares, pero seguramente no aguantará el mismo nivel, ni de audiencia ni de calidad, durante más de una o dos temporadas. En cambio, puedes partir de un detonante tan fácil como una chica que escapa de su propia boda y aguantar diez temporadas. Diez temporadas, que a la vez, han sido un perfecto reflejo de los cambios que experimentaba la sociedad. Friends empieza en los 90 y termina en el 2000 sin que se le noten los años. Continuamente se va renovando, y sus personajes continuamente van evolucionando.

Pero Friends terminó, y otras series han intentado seguir con su legado. Su hijo más evidente es How I Met your mother, una serie híbrido entre sitcom y single camera, que nació con una interesante premisa: un padre explicando a sus hijos como conoció a su madre. Pero que a lo largo de las temporadas más apoya la opinión de una servidora: Nunca dejará de ser una “mala” copia de Friends, con un humor más corrosivo. Y aunque empezó siendo una digna heredera, al cabo de unas cinco temporadas sus personajes nos aburren y todo, absolutamente todo, gira alrededor de Barney. Y lo mismo sucede con otra de las hijas de Friends: The Big Bang Theory: A medida que pasan los capítulos, Sheldon adquiere más y más importancia. De hecho, todo apunta a que el formato de sitcom, definitivamente se está agotando. Por suerte, siempre podemos poner un dvd e irnos a tomar un café al Central Perk con nuestros amigos. Para reír un rato, para emocionarnos.

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