Una alocada parodia del pijo en un país dominado por pijos

Por Horacio Otheguy Riveira

“Sólo Fabiolo Glam Slam” es un divertido espectáculo unipersonal, ideal para despatarrarse y añorarlo cuando acaba.

 

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Performance en una terraza: un actor con muchos recursos.

Ante todo un actor con buena formación, que hace de todo un poco y todo lo hace bien, a pesar de que protagoniza y dirige una función deshilvanada, con un guión desdibujado, y una tendencia a provocar a los espectadores innecesaria, que no le va en absoluto.

 Pero este Sólo Fabiolo Glam Slam, merita a través de sus aciertos y también de sus flojeras, prometiendo un futuro de mejores espectáculos dando continuidad a un personaje muy atractivo con muchas posibilidades, que hace reír no más llega a escena y escuchamos la voz del presidente de España: arquetipo de un gobierno dominado por pijos que viven en una galaxia parecida destruyéndolo todo en su beneficio. No es que esta función se proponga una lección histórico-política, pero sin duda es una llamada de atención «bufonesca» a la absurda y a ratos terrorífica situación de la España de hoy.

 Tuve la mala suerte de ver una función en la que los aspectos técnicos de luces y sonido funcionaron fatal, pero Rafael Maza y su Fabiolo no sólo no se acobardaron sino que resistieron el temporal ante un público tan agradecido que algunos estaban a punto de caer redondos con ataque de risa imparable.

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 Y es que el acierto mayor está siempre presente: un desfile de barbaridades pijas en boca de un pijo tenista que llena el escenario con la plasticidad de un actor hecho en la expresión corporal, que canta estupendamente (también en una parodia de Raphael incomparable), que imita muy bien a una buena galería de personajes de la barbarie nacional —el rey, Urdangarín (y su jardinero Evaristo), José María Aznar, Zapatero…—(empieza con Fernán Gómez al que rinde homenaje ¡confundiéndole con “la gran Concha Velasco”!: una escena que me hizo reír tanto que casi me ahogo)—.

 Y sorprende con un brote surrealista interpretando a un personaje africano fantástico, Mombasa, un tipo que le tiene miedo a la Guardia Civil

… porque en África no hay animales con tres cuernos…

 Y que irrumpe en este show de Fabiolo contando chistes con los que entretiene a los guardias civiles y a los espectadores hasta el epílogo con ocurrencias que no sabes si son buenas o malas, son de otra onda, inigualables; chistes protagonizados por varios ñus, luego por un solo ñu, por una gacela «que está muy buena», y un feroz rinoceronte director de un banco… provocando auténticos ataques de risa loca que sale de nuestra boca para festejar a un actor que promete más de lo que da pero al que vale la pena visitar porque su talento es grande y es mucho y a su lado se pasa muy bien, incluso cuando todo flaquea y parece derrapar: es la capacidad del buen cómico que en las peores circunstancias se reinicia como si fuera un ordenador, pero es un ser humano con sus limitaciones y una gran audacia: burlarse hasta el final del pijismo ignorante que impera en nuestro país de manera despiadada, y ayudarnos a reír para no llorar: una catarsis que el público agradece y que Rafael Maza corresponde con un cierre definitivamente divertido, tras el cual resulta excesiva la brevedad del show.

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 Si hay alguna duda, se trata de Fabiolo de la Mora y Leja que busca canguros en la sabana africana y descubre la Fontana de Trevi romana en Washington, que se lamenta de los parados, aunque reconoce que él tampoco trabaja “porque no lo necesito”, y que se sumerge en el gran absurdo nacional mientras hace unos malabares estupendos, cambia de registro a toda velocidad, ejerce de acróbata, y aspira a lo más grande, pero, eso sí, en cuanto hace el tonto más de la cuenta va y lo reconoce y se condena: “¡Qué pavo!”.

Sólo Fabiolo Glam Slam

 Una idea original de Rafael Maza con la colaboración de Alberto Gálvez, Fer Gallego y Marcos Chanca.

 Intérprete y director: Rafael Maza.

 Lugares y fechas: Teatro El Sol de York. Hasta el 4 de mayo-

Teatro Arlequín-Gran Vía. Los viernes del 30 de mayo al 29 de junio a las 0,45 horas. Y los domingos a las 20,30.

 

 

 

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