Palabras en la red

Por Elena Muñoz

Estamos en una sociedad de la comunicación, no hay duda. Los avances de los últimos quince años han conseguido que  la información se traslade del emisor al receptor a una velocidad inimaginable tan solo hace treinta años, en una secuencia más propia en ese tiempo de la ciencia ficción que de la realidad.

Y este fenómeno se extiende a todos los ámbitos: sociales, económicos, culturales, con el valor añadido de la aparición  de herramientas que facilitan el llevar a cabo estas tareas de una manera rápida y económica de la mano de la red de redes: Internet

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La literatura, por supuesto,  no ha quedado al margen. Pero no solo por el fenómeno del libro electrónico- un caso que daría per se  para otro artículo- sino por el afianzamiento de los denominados Social Media y entre ellos el blog. Y yo puedo contarlo, pues he sido cocinero antes que fraile, fui bloguera antes que escritora.

Con ocasión de la primera presentación de mi último libro «Mi vida en tacones» tuve ocasión de comentar la importancia que para mi ha tenido disponer de una plataforma para lanzar mi escritura como es mi blog- homónimo de esta mi última obra-, ya que creo que fue el trampolín para traspasar esa delgada línea que supuso poner a los ojos del lector  relatos,  poemas,  reflexiones, mi vida literaria en resumen.

 

Lo comencé tres años antes de publicar mi primera novela, y a lo largo de todo ese tiempo contacté con un variado grupo de personas que decían sentirse identificados con aquello que leían en sus líneas. Comentarios que dejaban como testimonio al pie de los artículos daban fe de ese contacto y al mismo tiempo me animaban, me empujaban a seguir escribiendo y, lo que para mi ha sido más positivo, a mostrarlo.

Posteriormente tanta era para mí la importancia de mi blog, que tuvo un papel de relevancia en mi primera novela, «Como el viento en la espalda».

Pero ¿por qué aconsejar a una persona que quiere dar a conocer su escritura crear un blog? Varias son las razones. Primero porque el usuario es el rey, nadie tiene que decirle al escritor lo que debe escribir –siempre que esté acorde con los contenidos permitidos por el servidor-; puede variar su contenido, su manera de contarlo, las ilustraciones que les acompañe, etc., sin pedir más cuentas que las que su imaginación le ponga. En segundo lugar, la facilidad de manejo tanto para el autor como para los usuarios: los programas auxiliares para la creación de blogs y su coste gratuito permiten presentar una interfaz atractiva y de fácil manejo. Y en tercer lugar, el que la distribución es inmediata gracias a la social media; facebook, twiter, correo electrónico, y permite en cuestión de segundos llegar con la palabra a cualquier lugar del mundo.

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Actualmente son miles y miles los blogs los que están subidos a Internet, y de muy variados contenidos. Pero no por esa “competencia” no siguen siendo muy interesantes para la literatura. No solo encontramos blogs de autores sino también de críticos y reseñadores en los que podemos hallar opiniones y perfiles de las últimas publicaciones, de los libros más señalados por especialistas y que de otra manera no podrían tener voz para el gran público por salirse de los circuitos de los medios de prensa de más comunes.

“Pon un blog en tu vida, escritor”, podría ser el tagline que cerrara este artículo.  Para mi, que me gusta predicar con el ejemplo, hubo un antes y un después de Mi vida en tacones, mi puerta a este maravilloso mundo que es la escritura.

La Red espera para seguir llenándose de palabras, las mías, las tuyas…

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