Vuelve «Matar a un ruiseñor», una secuela de éxito seguro

Escrito por María Bravo, @Labocadellibro

harper lee

La carrera literaria de un escritor puede ser extensa: novelas publicadas, firmas, presentaciones, etc. O, en ocasiones, puede que el plural pase al singular, y su fama la hayan alcanzado con un solo libro. Por ejemplo, tenemos el caso de J. D Salinger, con El guardián entre el centeno (1951), con hipersensibilidad a la prensa. Pese a que escribió más obras, se le conoce únicamente por esta, y quiso la fatalidad que además fuese la guía indispensable que todo asesino debía leer, como, por ejemplo, el que terminó con la vida de John Lennon. También tenemos el caso de Juan Rulfo, con Llano en llamas (1953) y su espectral Pedro Páramo (1955). Ante la insistencia de que le preguntasen cuándo iba a sacar su próxima novela, contestó que estaba corrigiendo el manuscrito, La cordillera, que jamás fue publicada. Pero ya daba lo mismo, su imaginación se había terminado. Emily Brontë, con Cumbres borrascosas (1847), llevada al cine dos veces, también constituye un clásico; Margaret Mitchel, con Lo que el viento se llevo (1936), ganadora del Pulitzer y coleccionista de diferentes óscares en su versión cinematográfica; o John Kennedy Toole, con La conjura de los necios (publicada por su madre en 1980), que pese a que también se publicó La Biblia de Neón, esta obra no fue tan conocida como las peripecias del joven Ignatius. Estos son solo algunos ejemplos de los escritores que se han hecho famosos con una novela.

Pero quien es noticia estos días es Nelle Harper, de 88 años de edad y autora de Matar a un ruiseñor (1960); una escritora que no concede entrevistas y suele estar alejada del sector mediático (de hecho, no habla con la prensa desde 1964). Sin embargo, cincuenta y cinco años más tarde, la editorial Harper Collins va a publicar, exactamente el 14 de julio, Go, set a watchman (Ve, aposta a un centinela, un título sacado del Libro de Isaías en el Antiguo Testamento), con 304 páginas, que corresponde a una secuela de la obra. En ella se narra la historia desde el punto de vista de la hija del protagonista, Scout, de adulta. Esta vive en Nueva York, y regresa a Maycomb para visitar a su padre, Atticus. La historia ya estaba escrita, su editor le animó a ello y después se guardó en un cajón. Ahora ha llegado el turno de sacarla a la luz.

No era consciente de que [el libro original] había sobrevivido, así que me sorprendí y me alegré cuando mi querida amiga y abogada, Tonja Carter, lo descubrió. Después de mucho pensar y muchas dudas, lo compartí con un puñado de personas en quienes confío y me complació escuchar que consideraban que valía la pena publicarlo. Me honra e impresiona que se publique ahora, después de tantos años.

Recordemos que Matar a un ruiseñor está ambientada en la ciudad de Alabama (EE.UU), y trata sobre la segregación racial en el sur de Estados Unidos. El problema se hace patente cuando el abogado Atticus Finch decide llevar el caso de un negro acusado de violar a una mujer blanca. La novela, rápidamente, recibió el premio Pulitzer y en 1962 fue llevada al cine con Gregory Peck en el papel de abogado. Los óscares y Globos de Oro se sucedieron y la novela y la película pasaron a la lista de clásicos indispensables.

Y ahora Harper vuelve a aparecer, no sabemos si cosechará el mismo éxito. Para quien ya esté modificando la agenda para ir a la librería y no quedarse sin el libro, que esté tranquilo, se editarán dos millones de ejemplares. El resto, seguro que viene solo.

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