500 noches para una crisis, ¿del 21 al 10?

Querido lector, te escribo (me permito el lujo de tutearte) mientras escucho el nuevo disco de Joaquín Sabina: “500 Noches para una Crisis”, grabado en directo en diversas actuaciones en Buenos Aires. No, no me lo he comprado y eso que salió el 3 de marzo. No, no me lo he descargado ilegalmente, no me tomes por un pirata cultural. Lo escucho desde Spotify.

 

Me temo que esta vez Sabina tendrá que conformarse con salir desde los limitados altavoces de mi ordenador portátil y no de mi cadena de música, que es lo que merece un grande como él… ¿Por qué? No puedo permitirme el lujo de pagar ese 21% de IVA que me pide el señor Wert por un disco o un dvd, y aunque pudiera lo más seguro es que me negase a pagarlo.

 

¡Pero cuidado! ¡Dicen que lo van a bajar al 10%! Qué curioso que esto ocurra en el año de carreras electorales continuas, ¿no te parece? Se presenta un año de devaluar al enemigo político, de decir que hizo mal tal o cual cosa, de reivindicar transparencia contra la corrupción en el partido contrario… Cuanto menos, curioso que ahora hagan caso al consumidor habitual de cultura que se ha visto abocado a recurrir, o bien a la descarga ilegal o, en el mejor de los casos, a los servidores de música gratis como el que me deleita ahora con esa voz hecha de humo y sabiduría, la voz de Sabina.

 

“Más de cien palabras, más de cien mentiras” como diría él. La verdad es que un lema que les vendría muy bien a más de uno, “no subiremos el IVA”, “la cultura no se toca”, “la educación y la sanidad, junto a las pensiones, son bienes intocables”… Subida del IVA, tanto general (del 16 al 21%) como cultural (un espectáculo pasó del 8 al 21%). Solo se mantuvo el IVA superreducido en el 4% (libros, periódicos…). Congelación de las pensiones. Recortes sanitarios que… Bueno, la sanidad y la educación son temas a tratar a parte.

 

No podemos permitir que este sea un país en el que salga más barato emborracharse que conseguir un disco o ir a un espectáculo. Pero además de encarecer los costes culturales, se censura cualquier tipo de reivindicación ciudadana al respecto, apaga y vámonos. Si no nos enseñan a opinar y a los que sabemos opinar, no nos dejan… Cuanto antes asumamos nuestra función de “amebas democráticas”, antes podremos decir eso de “y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido”.

 

Un artículo de opinión de Felipe Mateos, alias Kvothe134, y cuyo blog: http://blogs.culturamas.es/felipemateos/

¡Gracias por leer!

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