Silvia Marsó: El teatro me está dando los mejores personajes de mi vida

 

Por Yolanda Moreno

 

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Foto: Juan Mir.

Silvia Marsó es una consagrada actriz de teatro, cine y televisión. Serían muchas las líneas que escribir para repasar sus 35 años de trayectoria. Entre sus más recientes trabajos en cine se encuentran películas como Sólo Química (a estrenar el próximo 24 de julio) o Gente en sitios (2013). En la televisión ha interpretado numerosos personajes en series como Velvet, Gran Reserva: El origen, Gran Hotel, Ana y los 7 o Manos a la obra. En el ámbito teatral ha protagonizado las obras Casa de muñecas, de Henrik Ibsen y Yerma, de Federico García Lorca. Ahora, Silvia Marsó, bajo la piel de Amanda Wingfield, protagoniza El zoo de cristal, famosa obra autobiográfica del reconocido escritor norteamericano Tennessee Williams. Se trata de una versión adaptada por Eduardo Galán y dirigida por Francisco Vidal, que tras una extensa gira desde su estreno en octubre de 2014 regresa ahora a Madrid. Podrá verse en el Teatro Bellas Artes del 24 de junio al 26 de julio.

Para todos los que aún no han visto la obra, ¿cómo la defines? ¿Qué se van a encontrar quienes vayan a verla?

Es una obra que supuso el gran éxito del descubrimiento de Tennessee Williams. Está escrita magistralmente, contiene humor, tragedia, poesía, emoción, sorpresa. Es una magnífica obra que además nos acerca a una situación actual, puesto que está ambientada en la crisis del 29 de Estados Unidos, el crack del 29, y la falta de expectativas para los jóvenes. La preocupación de Amanda, la madre, y la falta de esperanza o de ver cumplidos los sueños, es algo que se está viviendo en nuestra sociedad en la actualidad.

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Foto: Juan Mir.

Tu personaje, Amanda Wingfield, es una madre difícil, ¿no?

Es una madre obsesionada por el futuro de sus hijos, enferma de nostalgia, con un pasado que perdió esplendoroso, que ha tenido que luchar sola para sacar adelante a su familia en una sociedad machista de principios del siglo XX. Y eso le ha provocado un carácter duro, fuerte, pero al mismo tiempo en contraposición tiene momentos en los que se quiebra y aparece la mujer herida. Por eso es un personaje muy contradictorio, pasa de la crueldad y la ira, a la ternura o a la ironía, en menos de un segundo.

¿Y te ha costado trabajar el personaje con tanto cambio de registro?

Sí, porque todo tiene que salir de su interior. No es un personaje que evolucione a través de las circunstancias externas, sino que todo el motor de lo que ocurre en esa casa está en ella, y es la que provoca los cambios del resto de los personajes. Es un personaje muy comprimido, con una gran dosis interior de matices.

¿Cómo estás viviendo ser protagonista de una famosa obra de Tennesse Williams?

Es mi primer contacto con Tennessee Williams profesionalmente, porque en las escuelas de interpretación siempre hemos hecho escenas de este autor. Es un autor que yo comparo con Lorca, porque son los dos últimos autores que he podido interpretar, con lo que me he podido encontrar. Yo creo que tienen un paralelismo y es la poesía mezclada con la profundidad del ser humano, con sus contradicciones. Son creadores de personajes de carne y hueso, llenos de espiritualidad, pero que también tienen un lado poético muy bello de interpretar. Y eso es lo que hace que para mí sean dos autores muy parecidos.

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Foto: Juan Mir.

La obra se estrenó en octubre de 2014, habéis hecho una gira y ahora regresa a Madrid. El equipo en general, ¿estáis satisfechos con los resultados que vais cosechando teatro tras teatro?

Sí, mucho, aunque hemos sufrido una baja en el trayecto, la de Andrea D’Odorico. Estamos llevando su última escenografía, y todos recordamos el día del estreno cuando salió a saludar. Fue la última vez que estuvo con nosotros y cada día de alguna manera le estamos rindiendo un homenaje.

En cuanto a la reacción del público, ¿cuál suele ser cuando va a veros?

Se ríe mucho, porque Eduardo Galán ha hecho una versión muy directa en la que se potencia el humor que ya existe en la obra original. Pero esa risa, que es muy constante en la obra, de repente se convierte en reflexión o en emoción. Yo creo que el público pasa por todos los estados de ánimos viendo la obra, y eso es muy interesante.

¿Y la obra desde su estreno ha evolucionado en algún sentido?

Todas las obras evolucionan porque el teatro es vivo, está vivo, es en directo, y el trabajo diario con los actores compañeros de reparto, que además en mi caso son magníficos: Alejandro Arestegui, Carlos García Cortázar, y Pilar Gil, que además ha sido ganadora del Premio Unión de Actores a la Mejor Actriz Revelación por esta función, por este trabajo de Laura. Verles en el escenario para mí es un lujo, porque están maravillosos, y nos estamos nutriendo unos a otros a diario.

En breve te podremos ver en la gran pantalla en la película Sólo Química, que se estrena este mes de julio, ¿qué nos puedes contar de tu presencia en ella?

Es una colaboración especial. Soy la mala, la dueña de la perfumería donde trabaja la protagonista, Ana Fernández, y es un personaje muy gracioso y simpático, pero es un papel pequeño. Se trata de una comedia romántica, que es un género que a mí no me suele gustar, pero creo que Alfonso Albacete ha hecho una película muy divertida, muy fresca, llena de guiños, en la que participamos un montón de actores haciendo papeles pequeños para apoyar esta película que es muy fresca y muy bonita.

Después de tantos años, ¿con qué te quedas? ¿Cine, teatro o televisión?

Los tres medios tienen sus ventajas, y hay que aprender a diferenciarlos a la hora de interpretar. No se puede hacer lo mismo en un plató de televisión, que en un rodaje de una película, que en un escenario en directo. Y los años me han ayudado a saber diferenciar esa forma de trabajo. Creo que es lo más difícil. Me gustan los tres medios y no quiero descartar ninguno. Pero sí destaco la diferencia entre uno y otro.

Respecto a tu futuro profesional, ¿seguirás apostando por el teatro, y por este tipo de teatro?

Siempre apostaré por el teatro, porque aunque vaya alternando televisión y cine, el teatro es lo que me está dando los mejores personajes de mi vida. Son personajes históricos que han hecho grandes actrices, que tengo la suerte de poder interpretar en escena, y luego me queda la satisfacción de pensar que hay una generación de jóvenes que la primera vez que han visto a estos personajes, los han visto por nosotros. Es acercar al público grandes autores que si han pasado la criba de los años o de los siglos, es porque tienen mucho que aportar al ser humano, y por eso están ahí.

Te refieres también a personajes como los interpretados en Yerma y Casa de Muñecas.

Sí, claro, son personajes que en las escuelas se estudian. Yo lo sé, tengo una suerte inmensa, y además por trabajar con estos estupendos directores, como Miguel Narros, Amelia Ochandiano en los últimos años, Francisco Vidal… Y en etapas anteriores con Adolfo Marsillach, Jaime Chávarri, Natalia Menéndez… La suerte es poder hacer grandes personajes y conocer a magníficos directores.

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Foto: Juan Mir.

¿Algún proyecto del que puedas hablar?

Aún no puedo adelantar nada de lo que tengo entre manos, porque está todo en el aire. Pero seguiré haciendo teatro, por supuesto, y tal vez me decante por un teatro más musical el próximo año.

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