El espíritu antiborgiano de la viuda de Borges

María Kodama, viuda de Borges
María Kodama, viuda de Borges

Por Alejandro Gamero (@alexsisifo)

   Basta con leer el relato de 1939 «Pierre Menard, autor del Quijote» para saber qué concepto tenía Borges del plagio. En él cuenta la historia de un poeta simbolista francés que, después de años de esfuerzo, consiguió escribir el mismo Quijote que Cervantes, exactamente igual pero sin copiarlo. Para ello Pierre Menard, además de leer y olvidar el libro de Cervantes, tuvo que volver a escribirlo punto por punto. Como dice Borges, el resultado es completamente igual que el original pero superior, «más sutil e infinitamente más rico». Casi podría decirse que es incluso más verdadero que el original. Para el escritor que estaba obsesionado con los espejos, que rehizo el final del Martín Fierro y que se atrevió a inventar lo kafkiano antes del nacimiento de Kafka la literatura es, ante todo, reescritura, una continua e incesante conversación entre textos y autores.

   Tristemente María Kodama, la que fuera secretaria personal de Borges y años más tarde se casara con el escritor, para convertirse en su viuda tras su muerte, no comparte su punto de vista sobre la literatura. Celosa protectora de la obra de Borges, Kodama se ha visto envuelta en varias querellas y denuncias contra editoriales y autores con el objetivo de proteger la obra del escritor de difusiones y de usos no autorizados. Ya en 2007 presentó una querella por difamación contra el periodista y literato francés Pierre Assouline, que, después de que la viuda paralizara la edición en francés de una selección de obras de las obras de su marido, la acusó de manipular su testamento para disponer de sus obras a su antojo.

Agustín Fernández Mallo
Agustín Fernández Mallo

   En 2011 Kodama volvió a la carga y consiguió que se retirara de las librerías El hacedor (de Borges). Remake de Agustín Fernández Mallo. Aunque casi toda la obra era original, tanto el prólogo como el epílogo del escritor español reproducían los del argentino con ciertas modificaciones. Alfaguara aclaró en su día que, muy a su pesar, el libro era retirado de forma voluntaria para evitar acciones jurídicas de Kodama pero en el mismo comunicado hacía patente la incongruencia de cargar contra un libro que no era sino un homenaje al escritor que introdujo en la literatura la innovación de utilizar procedimientos paródicos sobre sus propias influencias, sobre los autores que admiraba y se sentía influido, que era precisamente lo que Fernández Mallo trataba de hacer con Borges a través de su libro. «Borges fue el primero en usar las mismas técnicas de apropiación y reescritura que yo», enfatizaba Fernández Mallo.

Pablo Katchadjian
Pablo Katchadjian

  Recientemente ha vuelto a surgir la polémica en torno a los derechos de autor de Borges. Kodama ha vuelto a querellarse con un autor por plagiar, supuestamente, la obra de Borges. Esta vez ha sido el argentino Pablo Katchadjian con su obra El Aleph engordado. En 2009 Katchadjian publicó su libro El Aleph engordado como parte de una trilogía en la que se proponía revisar algunos de los textos canónicos de la literatura argentina. Después de reordenar alfabéticamente el intocable Martín Fierro decidió reescribir una de las obras más emblemáticas de Borges, El Aleph. A las 4.000 palabras del texto original, que mantuvo intactas, Katchadjian añadió otras 5.600 palabras, entrecruzándolas. Más que de plagio, entonces, habría que hablar de intertextualidad, uno de los mecanismos literarios preferidos de Borges.

   El libro ha pasado bastante desapercibido desde su publicación en 2009, ya que la edición, impresa en una minúscula editorial llamada Imprenta Argentina de Poesía, contaba con apenas doscientos ejemplares. Sin embargo, poco le importa a Kodama la escasa repercusión del experimento de Katchadjian, que lo considera como «una ofensa a la obra de Borges». A pesar de contar con el apoyo de intelectuales como César Aira o Beatriz Sarlo, y de grupos de Facebook, finalmente Katchadjian tendrá que indemnizar a la viuda de Borges con 80.000 pesos ‒7.500 euros‒.

Manuel Quaranta
Manuel Quaranta

   La situación ha llegado a unos límites tan absurdos que unos días después de que estallara la polémica con Katchadjian se supo la noticia de que el abogado de Kodama había mandado una carta al escritor Manuel Quaranta para que dejara de utilizar el nombre, la imagen y el estilo de Borges en Facebook, en referencia a algunas paráfrasis que habría hecho en su muro como «que otros se jacten de los posteos que han escrito / a mí me enorgullecen los que he leído». Poco después se supo que la supuesta carta era en realidad una falsicación hecha por el propio Quaranta, que no es la primera vez que hace una de estas bromas, quizá para denunciar públicamente lo descabellado de la actitud de Kodama, o simplemente para conseguir mayor notoriedad.

Kodama Trap
Kodama Trap

  Con la controversia todavía reciente, no han faltado lecturas en clave de parodia de estos acontecimientos. Así, el estudio Traviata Games ha lanzado un juego titulado Kodama Trap, en el que podemos ayudar a Kodama a detectar libros que violen los derechos de autor de Borges y hacerlos desaparecer. Con títulos como Hacedor de empanadas, Hervor de Buenos Aires, Ficciones obesas o el mencionado El Aleph engordado, la intención lúdica y cómica es más que evidente. Ya que no se puede reescribir la obra de Borges, por lo menos que no falte humor, que era otro de los elementos favoritos del escritor argentino.

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