Egon Soda, algo más que buenos músicos y productores

Por: Abel Farré

Egon Soda – 26 de Noviembre

A pesar de llevar ya un tercer disco bajo el brazo, Egon Soda aún parecen pasar un poco desapercibidos por el circuito musical y eso lo demuestra un Auditori de Barcelona aun por llenar. El proyecto de Ricky Falkner, gran músico y productor, amado por cualquier que sienta notas en su interior parece que no acaba de despegar, aunque tal vez cada uno de sus componentes los cuales ya están de vuelta de todo, no les parece importar y nos ofrecen un espectáculo compacto y lleno de buenas intenciones.

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Arrancaron con la solemne “El cielo es una costra” con la que se ponían en el bolsillo rápidamente a un público ansioso de ver calidad musical al son de buenos arreglos. Con “La recuperación” seguían subiendo hasta llegar a esa “Caliban&Co”, donde nos recordaba esas buenas letras de su inseparable compañero de viaje, Ferran Pontón, quien según parece la influencia de Walt Whitman le había marcado en los últimos años.

Le seguirían canciones como “Vals de pequeña mecánica”, “Papel pintado”, “La manada” y con tal repertorio a uno se le hacía difícil de catalogar que era lo que nos llevaban a escena. Porque Egon Soda es rock, folk, incluso soul, progresivo…; todo ello bañado con aires que van desde Love of Lesbian a Standstill a The New Raemon y es que entre tantas coincidencias y colaboraciones entre grupos, todo acaba saliendo por algún sitio.

El grupo se completa con Xavi Molero a la batería (Ivan Ferreiro, Love of Lesbian,..), Pablo Garrido a la guitarra, Ricky Lavado a la percusión (Standstill) e Charlie Bautista a los teclados, quien por ejemplo hace poco más de una semana acompañaba a Xoel López en la Sala Music Hall.
Así que cada una de aquellas canciones que van apareciendo te parecen familiares de principio a fin, porque cada una de ellas arranca algo de joyas pasadas. Desde la bonita “Cosas que no son como deberían ser “hasta esa “Escuela de libre enseñanza” con letra de Iván Ferreiro.

Pero las sorpresas aun estarían por llegar, Ricky se paraba para presentar un ídolo y amigo al momento que oíamos la presencia de Enric Montefusco, estandarte de la mayor pérdida musical de este año, Standstill. Con él mismo se arrancaban con “Roble Inverso” y más de uno se estremecía al oír de nuevo esa voz que esperamos no dejar de escuchar durante mucho tiempo.

El fin de fiesta se convertiría en una reunión de amigo, mejor dicho “Reunión de pastores”, en donde aparecían en escena Marti Perarnau (Mucho) o Gonçal Planas, responsable de la creación de otra de esas grandes bandas musicales que es Mi Capitan.

Para finalizar, solo cabía espacio para esa “Nueva Internacional”, en donde ya todo el mundo de pié cantaría para que se fueran arriba los de abajo… porque como dicen ellos mismos “Dadnos precipicios (y os daremos alas)”.

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