The Funamviolistas: un éxito que aúna teatro gestual y comedia musical

Por Sara Zambrana

 

1. funamviolistas

 

Suite para tres instrumentos perdidos […] El papel que cae de sus manos es como un callejón sin salida. Todo se acaba. ¿Para qué sirvo? ¿Qué voy a hacer? La oración del parado. Pero conocerse es el puerto de inicio de una travesía. Viaje de encuentro musical. En realidad… humano. Sinfonías y tangos; enfados, celos y complicidades. Risas. En fin, las cosas de la amistad […] Un viaje de la música al teatro. Remontando el fracaso en compañía. Agarradas al clavo ardiendo de la creación.

 

De este modo se presenta en el programa de mano el trío femenino The  Funamviolistas que estrenó este miércoles 16 en las Naves del Español de Matadero Madrid, con mucha ilusión y gran ovación por parte del público. Los nervios se notaban, esos nervios tan característicos del estreno, del primer pase en la capital, en la siempre difícil Madrid donde, sin embargo, llenaron la sala y recibieron entusiastas aplausos a lo largo de toda la representación.

 Abrió fuego Mayte Olmedilla, seguida de Lila Horovitz y Ana Hernández, tres jóvenes músicas que coinciden en una plaza cualquiera donde caen abatidas tras conocer sus respectivos despidos pero, al ser conscientes de que su soledad y abatimiento podrían ser compartidos, empiezan a conocerse y atisbar el potencial artístico que tendrían juntas: feliz cruce de caminos.

Así comienza un divertido espectáculo protagonizado por Marie, Libertad y Sofía, o lo que es lo mismo, canto, contrabajo, viola y violín, también con interesantes coreografías y una magnífica gestualidad; acertada actualización de ese género nacido en París hace más de dos siglos y que después se extendería por toda Europa, conocido en el ámbito español como el “teatro de variedades”.

Reinterpretación formidable de un género olvidado, aislado o mediocremente retomado;  comedia musical y teatro gestual de calidad en este caso, y que explica los más de dos años en escena de The Funamviolistas, sumando premios y reconocimientos.

“Y todo sin una sola palabra” comentaba su director, Rafael Ruiz, quien apostó decididamente por este proyecto innovador y lo hizo realidad. De hecho, Ruiz reconoció su talento y supo aprovechar todos estos componentes reales por lo que la obra tiene mucho de autobiográfico: las tres componentes también fueron despedidas, se conocieron y se plantearon formar su propia orquesta o compañía, alejadas de la tantas veces excesiva rigurosidad del Conservatorio –con cierto aire de hartazgo orquestal–, animadas ante la adversidad. Como sus personajes, entendieron que era el momento de arriesgar y se adentraron en la aventura, en la experimentación.

No tenemos nada y no perdemos nada. Decidimos construir

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En este nuevo camino no solo descubren que no están solas sino que hallarán el espíritu de superación que une a los seres humanos ante la adversidad y el verdadero valor de la amistad. Una historia de argumento muy actual y a la vez atemporal, sobre todo en lo que se refiere al mundo del arte en general, de la música en particular y del género femenino para concretar aún más: la precariedad laboral y la necesidad de reinventarse.

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Sofía, formada en una oprimente rectitud y en el lado más conservador de la música, irá descubriendo lo mucho que le puede aportar soltarse, reírse de su seriedad y dejarse llevar por Marie, su antítesis, una mujer liberal, algo atolondrada y descarada, que se niega a seguir convencionalismos sociales pero que esconde una triste historia de abandono amoroso; ambas intentan ganarse en más de una ocasión el beneplácito de la argentina Libertad, la más madura, segura y seductora —fascinante en su solo—. Ellas tres llenan el escenario en sus diferentes narraciones musicales en las que el espectador se siente partícipe —a través de multitud de guiños y miradas de complicidad—: composiciones e imágenes fluidas y poéticas cargadas de humor, elegancia y un fuerte carácter cinematográfico. De hecho, se hace totalmente explícito en una de las más divertidas escenas, cuando versionan el tema Mr  Sandman de The Chordettes frente al televisor.

En este sentido, otro de los aspectos más destacados del espectáculo es que todos los arreglos musicales son de la compañía y sus componentes; incluyendo desde música clásica y ópera con piezas de Mozart, Vivaldi, Offenbach, Massenet, o el romántico E. Grieg, hasta jazz, tangos, música popular y bandas sonoras con H. Mancini, S. Umebayashi, B. Charest, M. Rodríguez, N. Rota y su genial Viva la Pappa o el tema principal del bandoneonista por excelencia, A. Piazzolla.

Con el cada vez más popular sistema de crowdfunding o micromecenazgo —con creciente desarrollo en el mundo entero—, estas artistas han sido capaces de lograr un apoyo importante: nada menos que 113 mecenas. Premios importantes y reclamos internacionales avalan un futuro de resonancias cada vez más espléndidas.

 

FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA

Director: Rafael Ruiz

Intérpretes: Ana Hernández (violín), Lila Horovitz (contrabajo) y Mayte Olmedilla (viola)

Vestuario: Maite Agorreta y Natalia Alonso

Escenografía: Marcos Carazo

Iluminación: Nuria Henríquez y Miguel Ruz Velasco

Sonido: Sergio Casanova y Enrique González

Producción: The Funamviolistas

Naves del Español-Matadero. Sala Max Aub. Desde el 16 de diciembre 2015 al 10 de enero 2016.

En LOS TEATROS LUCHANA 2016 prorrogado a enero-febrero-marzo 2017.

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