Vida de vidas, una historia no académica de la biografía

Por Pedro Pujante.

CRISTIAN CRUSAT

PÁGINAS DE ESPUMA, 2015

CRUSAT.jpgXLa literatura es la puesta en escena de una realidad. La escenificación de un sutil juego de existencias que emanan de lo improbable, que se contemplan en el espejo de la vida pero que por su propia condición están enmarcadas dentro de las fronteras de su propio universo de ficción, digamos que ‘al otro lado’.

Esta frontera entre verdad y ficción, no obstante, ha sido a menudo socavada. Autores como Sterne o Cervantes ya se incluyeron en sus propias creaciones poniendo en tela de juicio aquella estricta y al parecer inamovible frontera entre la realidad y la literatura. Pero sería Marcel Schwob quien inventara el género del que este ensayo se ocupa: la vida imaginaria. Un cruce de caminos entre la biografía real y el relato. Recordemos la gran obra del autor francés: Vidas imaginarias. En este libro de relatos semibiográficos Schwob inaugura una nueva forma de escribir ficción. Reescribir la historia de unos personajes, más o menos conocidos, de tal modo que la ficción ocupe casi el mismo espacio que los datos biográficos.

En este genial ensayo, Cristian Crusat (1983) elabora una historia de la literatura en la que sitúa la mencionada obra de Schwob como eje. Borges en su Historia universal de la infamia llevó a cabo el mismo procedimiento. Y también Rodolfo Wilcock en el formidable y genial catálogo de excéntricos, que va más allá de la realidad, titulado La sinagoga de los iconoclastas.

La biografía imaginaria es un proyecto de escritura fronteriza, un juego literario en el que conviven las experiencias de una biografía al uso con los atisbos ficcionales del universo creativo del autor. En este sentido el concepto de historia no académica de la literatura, planteado por Francisco García Jurado nos muestra cómo autores conscientes de la Historia de la literatura se entremezclasen con la creación literaria.

Crusat hace un previo acercamiento teórico, centrándose en las vanguardias francesas de las que Marcel Schwob es un rara avis pero de sólida formación clásica. En sus célebres Vidas imaginarias, desarrolla su teoría literaria y estética, entrelazando la biografía con el arte y la historia, o lo que es lo mismo, consiguiendo que la línea del tiempo real se confunda con ese no-tiempo que transcurre en el relato, en el interior de la ficción. En su contextualización hace un estudio de las fuentes biográficas en los clásicos: Diógenes Laercio, Aubrey o De Quincey, quien biografió los últimos días de Kant en un relato intimista y poco académico.

La última parte del ensayo se ocupa de la tradición hispanoamericana. En este capítulo encontramos al ya mencionado Borges; a Alfonso Reyes o Wilcock, autor de La sinagoga de los iconoclastas; y por supuesto a Bolaño, cubierta_CRUSATcuya obra La literatura nazi en América constituye un claro ejemplo de biografismo mistificado de gran intensidad, en el que prima el juego, la inventiva y el planteamiento literario-ficcional.

Esta Vidas de vidas es un ensayo peculiar, interesante y de gran valor académico. Además de la gran profusión de datos y el trabajo de investigación que en él subyace, aporta una visión novedosa y fascinante de la historia de la literatura y arroja luz sobre algunos autores que el canon ha mantenido en silencio. Además, el tema de la falsa biografía es quizá uno de esos campos poco transitados por lo que podemos afirmar que Crusat, además de ser un excelente filólogo, de prosa clara y pensamiento agudo, demuestra tener una vocación rompedora y una mirada original.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *