Sobre no ser neutral

Por Arnau Palou

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Sobre no ser neutral ¿Frente a los conflictos que nos rodean se puede ser neutral? ¿No posicionarse implica posicionarse? Estos interrogantes van dirigidos a la mente del espectador en Fusells, una pieza de teatro que cumple una función social. La obra se posiciona a favor de la no neutralidad. Sin embargo, conduce a la reflexión. Abre un diálogo siempre actual sobre la pasividad individual en un contexto de conflicto político. La acción se desarrolla en una casa costeña durante la guerra civil española. En esta adaptación no es la madre, sino la hermana mayor quien representa el papel proteccionista de esta familia de clase trabajadora.
La polarización de opiniones, canalizada a través de dos personajes contrapuestos, da una intensidad vibrante al relato, mientras que la acción constante mantiene la frecuencia energética a buen ritmo. El primo que llega del frente para llevarse unos fusiles escondidos es el guerrero de la trama. Jaume Madaula destaca representando a este personaje. La hermana, interpretada con tablas por Cristina Arenas, es la pacifista y neutral.
Quim Àvila habita el hermano pequeño con ganas de entrar en combate. Georgina Latre es polifacética, haciendo el papel de Manuela y el de la señora Pérez, cada una con una corporalidad propia. Jordi Llovet representa al clérigo de manera orgánica. Es un cobarde de sabias palabras que, al lado de la hermana mayor, actúa como fuerza antagonista frente a los deseos del primo guerrero.
Pasan las escenas y sigues dentro del mismo debate conectado gracias a la fuerte interpretación escénica. Algún detalle de vestuario y otro de musical te sacan de la magia en alguna ocasión. Pero el conflicto continua. La naturalidad de los gestos más el ímpetu de las discusiones inyecta verosimilitud a la experiencia. Los fusiles toman protagonismo y vuelves a la guerra.
Bertold Brecht, autor de la obra, fue un dramaturgo alemán nacido a finales del siglo XIX. Revolucionó el teatro sacudiendo las consciencias del espectador. Se dirigía a un público activo y reflexivo, alejándose de un entretenimiento meramente emocional. Buscaba un sentido político para sus obras; una lucha dialéctica entre ideas, a través de su nuevo teatro épico. Imaginaba historias en forma de denuncia. En 1933 molestó hasta tal punto a la autoridad que se vio forzado a huir de su país, gobernado en aquel entonces por Hitler. Una historia con ciertos paralelismos a la vivida por los Títeres desde Abajo, hace pocos días en Madrid.
 
 
Fusells está programada hasta medianos de marzo en el Almeria Teatre. Dirigida por Daniel J. Meyer y con un elenco de lujo nos presentan una versión renovada a nivel dramatúrgico y estético. La han producido Descartable Teatre, una compañía joven, con espíritu crítico, que apuesta “por un lenguaje directo multidisciplinario”.
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