«Tres días de agosto», nuevo trabajo de Jordi Sierra i Fabra

«Miquel salió de la habitación con los ecos de la burlona palabra «inspector» revoloteando por su cabeza. ¿Inspector? A partir de enero del 39 ya no, y había llovido mucho desde entonces, aunque se había metido en suficientes problemas tras su regreso a Barcelona en julio del 47, tres años antes, volviendo a sus mejores días de policía por mucho que fuese obligado por las circunstancias, como si atrajera los líos».

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Tres días de agosto, de Jordi Sierra i Fabra.

Actualidad editorial:

Jordi Sierra i Fabra vuelve al panorama narrativo con Tres días de agosto (Editorial Plaza & Janés), un nuevo y trepidante caso del ex inspector Miquel Mascarell, la séptima de la serie que cuenta ya con un fiel grupo de seguidores tanto en castellano como en catalán, en la que además de la historia policiaca, describe con maestría el telón de fondo de la guerra civil. Tres días de agosto vuelve a mostrar la oscuridad de la España de la posguerra, pero también el dolor de aquellos bombardeos que, en marzo de 1938, asolaron a la población civil marcando el camino de su derrota.

«Sí, Patro merecía todo lo que hiciera por ella. Todo y más. Los ocho años y medio de esclavitud en el Valle de los Caídos, trabajando en aquel maldito mausoleo, siempre con el miedo de que se cumpliera la sentencia y lo fusilaran, estaban siendo compensados por aquel renacer, su segunda vida, su última oportunidad».

La mañana del 23 de agosto de 1950, Miquel Mascarell, inspector de policía jubilado, y su joven esposa Patro se preparan para ir a la playa. Ella baja un instante a la calle, a la mercería que es de su propiedad para dar algunas instrucciones a su empleada, pero ya no regresa. Miquel la espera un rato, y extrañado baja a preguntar. La portera le da una carta que le han entregado para él y le cuenta que a Patro la abordó en la acera un hombre bajo y fornido, con ojos juntos, que la tomó del brazo. Ambos se metieron en un coche viejo y destartalado, que al arrancar dejó una nube de humo negro en la calle.

En la carta, un anónimo escrito a máquina, le indican que tiene tres días para averiguar quién fue el verdadero asesino de Indalecio Martínez, un combatiente republicano que estaba de permiso en Barcelona en el momento de su muerte. El 17 de marzo de 1938 caminaba por la Gran Vía cuando hubo un bombardeo. Indalecio apareció muerto con signos de que había sido asesinado. Fue acusado del asesinato Ignasi Camprubí, uno de los mejores amigos de Indalecio. El joven padecía del corazón y murió de un ataque al tercer día de estar detenido. En la carta le conminaban a que en los tres días siguientes descubriera quién fue el verdadero asesino de Indalecio, para limpiar el buen nombre de Ignasi, si es que quería volver a ver a su mujer.

«No pudo terminar su explicación. Un niño entró en el portal y se detuvo frente a ellos. Tendría unos diez u once años y cara de pilluelo, ojos chispeantes, cabello casi al cero. Vestía unos pantalones cortos con tirantes y una camisa que necesitaba un lavado urgente. Llevaba un sobre en la mano».

El caso que no concluyó, debido a una intempestiva enfermedad, y que resolvió otro inspector demasiado rápidamente causando la muerte de un inocente, se remonta a los crueles bombardeos de marzo de 1938 sobre la ciudad. Bombardeos que, después de Guernica, fueron los más sanguinarios y salvajes de la guerra. La bomba que hizo saltar por los aires la esquina de la Gran Vía con la calle de Balmes es el detonante para la novela. Allí apareció el cadáver de un soldado que no murió por la explosión, sino asesinado. ¿Por quién? ¿Por qué? Además, en plena investigación, descubrirá algo que va a cambiarle la vida. Algo que atañe a Patro. Algo que le hará sudar por algo más que por el calor.

Jordi Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) es uno de los autores más leídos y populares del panorama literario español y, con once millones de libros vendidos y casi cuarenta premios literarios a ambos lados del Atlántico, uno de los más sorprendentes por la versatilidad de su obra, que aborda todos los géneros. Viajero impenitente, circunstancia que nutre buena parte de su extensa producción, y comprometido con la realidad, ha creado la Fundación Jordi Sierra i Fabra en España y la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra en Colombia, para impulsar la lectura y ayudar a jóvenes escritores en sus primeros pasos.

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Tres días de agosto.  Jordi Sierra i Fabra.  Editorial Plaza & Janés, 2016.  304 páginas.  16,90 €

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