Frustración versus aceptación

Por Fco. Javier Clavero Champsaur.

“No existe gratificación alguna para los sentimientos frustrados”

Philip Pulman

Javier-Clavero-ChampsaurLa aceptación propia y de extraños es lo que buscamos en todo lo que hacemos, y en lo que escribimos es una máxima que aunque muchos nieguen es moneda de cambio. No en vano parece demostrado que el ser humano se mueve principalmente por dos emociones: el amor –lo busca— y el temor –trata de evitarlo a toda costa—. El resto podrían englobarse en ambos dos. Sin entrar en disquisiciones, sí podríamos decir que buscando la aceptación es seguro que en algún momento nos cruzaremos con la frustración.

Pensemos que es una moneda con dos caras y que nadie dice la cantidad de veces que puede uno tirarla y al margen de la práctica, el talento y la habilidad de hacerlo, existe un componente de fortuna que no podemos controlar –como la vida misma—. Luego entonces sería conveniente por un lado aprender a tirar cada vez mejor y con más precisión esa moneda para que la cara vista fuera: “Aceptación”, es decir nos ocupemos y preocupemos de escribir cada día más y mejor –Frecuencia e impacto— y cuando la vista nos muestra la temida “frustración” aprendamos a manejarla como una enseñanza, una zancadilla que la costumbre puede darte elementos para seguir trabajando.

Un partido no ganado nunca es una liga perdida, ni una batalla determina la victoria final. Tal vez sea un momento perfecto para resetearse, para parar, analizar, mejorar y por supuesto continuar. Y no tratemos de ocultar emociones y sentimientos bajo la alfombra –que no se trata de eso— la cuestión es reconocerlos y en ocasiones ir delante para frenar el carro del entusiasmo y que no nos atropelle y otras empujándolo para que no se detenga.

No en vano esta tarea nuestra de escribir es a veces gratificante, a veces frustrante –que no lo digo yo, lo he escuchado decenas de veces— porque las cosas no siempre son como nos gustaría que fueran para dedicarnos a nuestra pasión. Pensemos que lo escrito cobra fuerza, vida y un lugar propio y merecido cuando lo hacemos, sean las circunstancias que sean, porque queremos hacerlo y lo realizamos con lo que tenemos a mano, sin pedir más, nos ponemos a la tarea y en muchas ocasiones salen textos inesperados, sorprendentes y que si nuestros lectores supieran la situación en que han sido gestados se echarían las manos a la cabeza.

No existe un lugar para afincar el taller de la imaginación, porque este, simplemente está en nuestra mente y cuando esta sabe lo que quiere, poco le importa el ruido, e calor, el frio, el poco tiempo, que estemos en el metro, en un bar o sea de madrugada… sabes lo que quieres y vas a por ello sabiendo que siempre habrá por el camino aceptación y frustración, que no importa, que todas ellas son parte del gran puzle de la vida y siempre habrá piezas que nos gusten más y otras menos, que aporten a nuestra existencia o no depende enteramente de nuestra actitud ante ellas..

Por otro lado la frustración puede llegar a convertirse en una válvula de seguridad que nos haga mantener los pies en el suelo y nos ayude a superarnos, de tal manera que si siempre todo es “perfecto” puede –tal vez— convertirse en una zona de confort que nos impida seguir creciendo hacia la excelencia. Fundir la frustración y la aceptación en una, con seguridad es una tarea compleja, sin embargo nos brinda una perspectiva novedosa de aquello que nos gusta con lo que no nos acomoda para sacar una enseñanza y seguir avanzando.

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