Mujeres que llevan de calle a los hombres en una fabulosa comedia de Shakespeare

Por Horacio Otheguy Riveira

Estos «Trabajos de amor perdidos» conforman la mejor de las comedias «femeninas» de Shakespeare (léase «Sueño de una noche de verano» y «Como gustéis», ambas representadas en Madrid recientemente) porque abunda en detalles en un entorno de mayor síntesis dramática, personajes mejor delineados, y ricos elementos atemporales.

Si las obras mencionadas resultan apasionantes por los muchos temas que tratan, estos «Trabajos de amor perdidos» se centran en la eterna adolescencia de un grupo de hombres rendidos ante una cohorte de damas que con muy poco seducen lo suficiente para convertirse en el centro de una sociedad que quiere ser machista pero no puede.

Es una licencia poética del escritor, sin duda, pero se la juega entero por ellas y para ellas hasta caer a los pies de ellas… y esta versión de José Padilla (adaptador de La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde, y autor de Haz clic aquí) consigue un dinamismo permanente, una agilidad en los diálogos muy bien ajustados, donde menos es más, y la puesta en escena se deja llevar por un elenco superdotado, una labor de equipo encomiable, más aún si tenemos en cuenta que el formidable reparto está forjado con nombres estelares con destacados papeles protagónicos a sus espaldas.

Muy recomendable para los amantes de los clásicos y para los que le tienen miedo y no se atreven a probarlos: es puro teatro, alta comedia que da pena que se termine, y encima, como la cereza de una gran tarta que hemos devorado, se nos despide cantando, que es como una última fiesta después de dos horas muy divertidas. Te olvidas del tiempo original (finales del siglo XVI) y de las peculiaridades históricas para quedarte con un postre esencial: hombres y mujeres en busca del infinito placer de amar y ser amado contra toda clase de prejuicios, de los de clase social y de los de cualquier clase de idiota.

 

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De izquierda a derecha: Lucía Quintana, Alicia Garau, Alejandra Mayo, Montse Díez, y Luis Patiño, su seguro servidor: todos marcando envolvente estilo en cada gesto, cada tono.

 

Trabajos de Amor Perdidos (Love´s Labour´s Lost) es una de las comedias que William Shakespeare escribió en sus primeros años, hacia el 1595. Narra la historia del Rey de Navarra y tres de sus caballeros, quienes deciden recluirse en el castillo del Rey durante tres años para dedicarse a la erudición y el estudio, evitando el contacto femenino durante ese tiempo. La llegada al castillo de la Princesa de Francia y tres de sus damas quebrará la firme determinación de los caballeros, dando lugar a la confrontación entre los votos de mantenerse en abstinencia, y la seducción que supone la ruptura del juramento para dejarse llevar por las atracciones del amor.

 

Se trata de un texto que Shakespeare situó en el Reino de Navarra para
hablar de la lucha entre la erudición y los instintos, entre lo intelectual y lo
atávico, entre la civilización y la naturaleza.

 

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De pie: Javier Collado. De rodillas, de izquierda a derecha: José Ramón Iglesias, Julio Hidalgo, Sergio Moral: una de las escenas más conseguidas, al demostrar la futilidad masculina como un juego de niños que quieren ser hombres.

 

Un valioso trabajo coral en el que intérpretes como Lucía Quintana, Montse Díez, Luis Patiño y Javier Collado se entregan a fondo en un empeño emocionante en plan mosqueteros: todos para uno (la función) y uno para todos. Sin esa predisposición a marginar egos para volcarse en la labor de conjunto nada podría hacer esta Compañía de por sí con grandes éxitos de la mano de Shakespeare, avalados nada menos que por el Globe Theatre.

Como mero recordatorio de otros trabajos estelares por parte de los mencionados integrantes del óptimo elenco, he aquí los últimos títulos de sus admirables trayectorias: Montse Díez (La punta del iceberg, Entre Marta y Lope), Lucía Quintana (Maribel y la extraña familia, Los hermanos Karamázov), Luis Patiño (El triángulo azul, Drácula) y Javier Collado (Calígula, La puta enamorada).

Por su parte, el vestuario diseñado por Andrew Edwards aporta una sugestiva sensualidad a los personajes femeninos, dueños absolutos de los encantos que arman de coraje a los impávidos «hombrecitos» y los desarman a golpe de buen humor y promesas de placeres… sin siquiera mostrarles un hombro desnudo.

Preciosa representación con un Shakespeare que se toma libertades de nuestro tiempo para ir al verdadero corazón del asunto principal entre hombres y mujeres, más allá de los límites del tiempo.

[NOTA: para los amantes del musical, una espléndida versión escrita, protagonizada y dirigida por Kenneth Branagh en el año 2000: Love’s Labour’s Lost].

 

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Adaptación: José Padilla

Dirección: Tim Hoare-Rodrigo Arribas

Intérpretes: Javier Collado, Montse Díez, Jesús Fuente, Alicia Garau, Julio Hidalgo, José Ramón Iglesias, Alejandra Mayo, Sergio Moral, Raquel Nogueira, Lucía Quintana, Luis Patiño, Pablo Vázquez

Diseño de escenografía y vestuario: Andrew D. Edwards

Diseño de iluminación: Alberto Yagüe

Composición musical: Xavier Díaz-Latorre

Teatro Cofidis-Alcázar hasta el 11 de septiembre

 

 

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