La era post-internet: retrato de una sociedad enfermiza entre lo virtual y lo real

Por Mónica Boixeda Möller

 

Juan Carlos Martel trae al Teatre Lliure de Barcelona L’Inframón (El inframundo) de la estadounidense Jennifer Haley que despierta el debate sobre los límites de la libertad individual y los peligros de un futuro al que nos dirigimos irremediablemente donde la tecnología se convierte en el terreno de expiación de nuestros pecados más inconfesables.

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Un thriller de ciencia ficción que dibuja dos mundos: uno real y otro virtual, con la peculiaridad de que el virtual admite todo tipo de comportamientos. Es el inframundo, con todas las connotaciones de origen mitológico que este término conlleva (1).

La detective Morris (Mar Ulldemolins) interroga al Señor Sims (Andreu Benito) sobre los crímenes cometidos en ese otro mundo paralelo al real, sospechosamente parecido a lo que ahora conocemos como Internet. Con la ayuda de la confesión del profesor Doyle (Joan Carreras) se irá trazando una historia inquietante de juegos de identidades, deseos oscuros y corrupciones varias que cuestionan algunos de los pilares básicos de la sociedad actual y su potencial enfermizo.

En el inframundo no hay leyes, ni moral ni ética. Todo vale y ningún acto tiene consecuencias. La pregunta aquí es inevitable: ¿es eso la libertad? un lugar en el que cada uno pueda llevar a cabo sus deseos más íntimos, perversos e inconfesables sin miedo no solo a ser juzgado sino a sentir remordimientos de conciencia. La conciencia desaparece porque va ligada a la moral y en este «territorio» la moral no tiene cabida. Así que el libre albedrío adquiere las formas más retorcidas y siniestras, llevando al extremo el lado más oscuro de la imaginación humana.

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Un mundo virtual creado a imagen y semejanza del mundo real, donde cada uno construye una identidad nueva bajo un aspecto diferente al de su vida habitual. Aquí cada uno decide quién es, lejos de los condicionamientos sociales, culturales e incluso históricos que le han sido impuestos en el mundo real. Visto así, parece que estamos en un lugar muy apetecible en tanto en cuanto supone una versión mejorada de la realidad en la que, además, uno tiene el control absoluto de las circunstancias que en el mundo real le fueron dadas sin más, sin consultar. Ya puedes ser quien tú quieras y hacer lo que tú quieras. Suena bien. Sin embargo, este mundo sin ley (incluso las leyes de la naturaleza quedan excluidas) abre las puertas a los vicios y obsesiones más reprobables de los seres humanos.

Cinco personajes bastan para dar forma a un texto que, a pesar de ser especialmente denso y cargado de referencias abstractas, deviene entretenido gracias a una interpretación que se adivina trabajada desde la comprensión más intrínseca de cada papel. En este punto es preciso destacar necesariamente la aportación de las pequeñas Carla Schilt/Gala Marqués, actrices de corta edad que nada tienen que envidiar a sus compañeros adultos de reparto y que dan vida a Iris (en días alternos), uno de los personajes clave de la obra y también uno de los más complejos y arriesgados.

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L’Inframón obliga al espectador a hacerse diversas preguntas sobre el presente que estamos viviendo y el futuro no demasiado lejano al que nos encaminamos. La tensión se instala en la sala desde que Andreu Benito pronuncia la primera frase de un thriller que incomoda al público a diferentes niveles. La imaginación se convierte en el cómplice necesario para completar las ausencias que no pueden ser representadas en escena, siempre apoyada por una iluminación, sonido, vestuario y escenografía perfectamente entregados a la construcción de un contexto de ciencia ficción que en ocasiones roza tanto el realismo que asusta.

Teatro del bueno, arte con todas las letras, entendiendo el arte como arma para estimular el pensamiento a partir de las emociones, sean estas agradables o perturbadoras.

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(1) A instancias de la Mitología Griega, tal como se denomina al conjunto de creencias y leyendas que sostenían los antiguos griegos, el inframundo, es el término que designa a los diferentes reinos ubicados debajo de la tierra, o en su defecto, más allá del horizonte, en los cuales los griegos creían. Si le buscamos un concepto equivalente a estos tiempos sería lo que popularmente denominamos más allá, donde se cree que van las almas de los muertos. (Definicion ABC http://www.definicionabc.com/historia/inframundo.php).

linframon_cartell_0Traducción: Neus Bonilla

Interpretación: Andreu Benito, Joan Carreras, Gala Marqués/Carla Schilt, Víctor Pi y Mar Ulldemolins

Escenografía y vestuario: Alejandro Andújar

Diseño de iluminación: David Bofarull

Diseño de sonido: Damien Bazin

Vídeo: Joan Rodon

Una coproducción del Grec 2016 Festival de Barcelona i el Teatre Lliure. Grec 2016

En el Teatre Lliure de Gràcia, del 21 de septiembre al 16 de octubre

 

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