Dos novelas semillas de grandes historias

Por Sonia Rico.

En la literatura, como en la vida, las historias se repiten. Hay temas universales sobre los que leemos una y otra vez, que nos conmueven, que nos hacen reflexionar porque en realidad son temas importantes. En la literatura tenemos varios ejemplos y hoy vamos a ver dos de ellos a los que a veces no se les hace justicia, ya que fueron primeras novelas inspiradoras de otras, de películas, de cómics…

Carmilla es una novela escrita por Sheridan Le Fanu en 1872. En ella la protagonista, Laura, una joven que vive con su padre en un castillo en Estiria (Austria) narra cómo cambia su vida cuando conoce a Carmilla, una mujer hermosa que resulta ser un vampiro. Además Le Fanu trata un tabú para la época al mostrar un comportamiento amoroso entre dos mujeres. Esta historia se enmarca dentro del terror gótico así como en lo erótico, que se relaciona con los vampiros, aunque aquí es de carácter lésbico.

Carmilla fue una de las primeras historias de vampiros y precursora de muchas obras exitosas como por ejemplo de Drácula de Bram Stocker. Y encontramos que casi todos los relatos de  vampiros posteriores tiene una estructura similar a Carmilla: empiezan con un “ataque”, pasan a “muerte-resurrección” (del vampiro) y finalmente la “caza-destrucción” de la criatura perseguida.

Le Fanu se basó en una guapa Condesa Elisabeth Báthory (la condesa sangrienta) para crear a Carmilla. Esto lo sabemos por la descripción física que hace del personaje, por tratar el tema del lesbianismo, la  aparición de gatos, ya que se decía que en el castillo de la condesa habitaba un ejército de gatos diabólicos, por ejemplo.

Frankenstein de Mary Shelley, publicada en 1818 y enmarcada también dentro de la novela gótica. Esta explora temas cómo la moral científica y la creación y destrucción de vida.

Creo que la gestación de esta novela es bastante conocida: fue durante el verano de 1816, conocido como el año sin verano. Mary y su marido Percy Shelley visitaron a su amigo Lord Byron en Suiza. Después de leer una antología de historias de fantasmas, Byron retó a Shelley y a su médico personal, Polidori, a que escribiera cada uno una historia de terror. A raíz de esto Mary Shelley concibió una idea que fue el germen de la que es considerada la primera historia moderna de ciencia ficción.

La novela cuenta la historia de Victor Frankenstein, un estudiante de medicina obsesionado por conocer los secretos del cielo y la tierra y su afán por desentrañar la misteriosa alma del hombre; así, Víctor, acabará creando un cuerpo a partir de  la unión de partes de distintos cadáveres diseccionados.

Como sabemos el “jugar a ser Dios” es un tema recurrente en otras obras y ha dado lugar a la creación de otras obras, películas, incluso obras plásticas, y es fuente inagotable de debate, más ahora con la clonación.

No dejéis de buscar y leer estas dos grandes novelas de referencia. Seguro que os sorprederán.

Estos temas nos siguen pareciendo interesantes, nos resultan atractivos todavía. Quizás sea una buena ocasión para a cercarse a ambas novelas y para tratar de encontrar su germen ¿ no os parece?

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