'Los cinco y yo', nuevo trabajo de Antonio Orejudo

«En 1968, que fue nuestro primer año escolar, los colegios españoles eran ya lugares desbordados de chavales, más parecidos a junglas que a jardines de infancia. Matricular a los niños en la escuela, que hasta entonces había sido un mero trámite, se convirtió con los nuevos tiempos en un quebradero de cabeza. Para poder atender la demanda de todas las familias del barrio, el colegio Montserrat tuvo que abrir nuevas aulas en sótanos y locales cercanos porque en el edificio principal no cabía más gente».

Actualidad editorial:

El último trabajo del escritor madrileño Antonio Orejudo se titula Los Cinco y yo (Editorial Tusquets) y es una novela muy original, que unas veces se disfraza de memorias de infancia y otras de inquietante ficción de denuncia para pasar de la anécdota a la sátira y de ésta a una teoría personal de la narración. Orejudo rinde homenaje y al mismo tiempo ajusta cuentas con su generación, la de los nacidos en el boom demográfico de los años sesenta, que no tuvo ningún protagonismo en la transición de la dictadura a la democracia.

«Para mi madre la desgracia siempre ha sido más probable que el golpe de suerte. A la gente humilde se le inculca esta idea quizás para que renuncie a tener aspiraciones o para que, si las tiene, no pida explicaciones cuando se frustran. Porque podría descubrir que su mala suerte no es fatalidad, sino que está provocada por otros hombres que se benefician de su desgracia. Pero es una hipótesis. Alguna vez he querido escribir un ensayo incendiario sobre esto, pero al final, como no me salía perfecto, lo he dejado».

Toni siente que es un escritor que no escribe y un profesor que no enseña. Creció leyendo las aventuras de Los Cinco escritas por Enid Blyton, unos libros que le proporcionaban lo que la España de los años previos e inmediatamente posteriores a la muerte de Franco era incapaz de ofrecerle: diversión sin vigilancia, libertad de movimientos y cerveza de jengibre, es decir, el mundo sin límites que requería la intensidad vital de su transición a la adolescencia. A lo largo de esta novela, aquellos personajes a los que Toni tanto envidió de niño parecen convertirse en seres de carne y hueso como él, que sufre el proceso inverso y termina siendo lo que siempre deseó, uno más de ellos.

«Antes de invertir en un valor puedo estar meses estudiando informes y rastreando el estado de la empresa. Pelotazo es una palabra que siempre he odiado. Desconfiaba de los pelotazos literarios, y desconfío ahora de los pelotazos financieros. Concibo la inversión activa como una ocupación semejante a la escritura. Las dos son actividades solitarias y apasionantes. Pero se gana más dinero con la primera».

Antonio Orejudo (Madrid, 1963) es doctor en filología hispánica y durante siete años fue profesor de literatura española en universidades norteamericanas. Ejerció investigador invitado en la de Ámsterdam y hoy es profesor titular en la Universidad de Almería. Ha escrito las novelas Fabulosas narraciones por historias (1996), Ventajas de viajar en tren (2000), Reconstrucción (2005) y Un momento de descanso (2011), que lo han convertido en uno de los escritores más originales y admirados de la literatura española contemporánea: “La esperanza blanca de la narrativa española” (César Casal, La Voz de Galicia). “Si Orejudo no es el mejor novelista que hay ahora mismo en España sí comprometo mi prestigio en afirmar que es –con mucho– el más interesante” (José María Moraga, Estado crítico).

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Los cinco y yo.  Antonio OrejudoEditorial Tusquets, 2017.  288 páginas.  18,50 €

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One thought on “'Los cinco y yo', nuevo trabajo de Antonio Orejudo

  • el 3 abril, 2017 a las 1:08 am
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    «Para mi madre la desgracia siempre ha sido más probable que el golpe de suerte. A la gente humilde se le inculca esta idea quizás para que renuncie a tener aspiraciones o para que, si las tiene, no pida explicaciones cuando se frustran. Porque podría descubrir que su mala suerte no es fatalidad, sino que está provocada por otros hombres que se benefician de su desgracia».
    Ignoro si este es el pensamiento de Orejudo, quiero creer que no, porque ese seria el pensamiento de un adolescente mal criado que no ha vivido nada. Nadie te inculca que la desgracia es más probable que la buena suerte: simplemente lo aprendes viviendo. Y eso de pedir explicaciones a otros de tus propios fracasos o de tu mala suerte me parece alucinante. Esto ya no es de un adolescente mal criado sino de un niño de 8 años. En fin, alguien que se mueve en estos parámetros «intelectuales» no puede escribir nada de interés.

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