Hoy viene a leer Graziella Moreno

Por el blog Adivina quién viene a leer.
Graziella Moreno Graupera (Barcelona, 1965) quería estudiar Periodismo pero por un error de cálculo empezó Derecho, que le gustó, sin dejar de escribir a ratos perdidos. Conoce las tripas de la administración de justicia desde 1991, año en que empezó a trabajar como funcionaria, y ya en 2002, como juez. Ha estado destinada en los juzgados de Amposta, Gavà, Martorell y Barcelona y se ha especializado en derecho penal.

Escribe relatos y artículos en revistas y diarios digitales. Publicó su primera novela en 2015, Juegos de maldad (editorial Grijalbo), que fue nominada a mejor novela negra de 2015 por el festival de Cubelles Noir y recibió una mención especial del jurado. En 2016 publicó El bosque de los inocentes (editorial Grijalbo), y en 2017, Flor seca (editorial Alrevés), continuación de los personajes de la primera.

 

-Graziella, eres una mujer polifacética: Juez, madre, escritora. Con la asombrosa capacidad de publicar un libro por año. ¿Cómo lo compaginas todo?

Si analizamos la cantidad de cosas que hacemos a lo largo de nuestra vida, seguro que nos sorprenderíamos. Intento aprovechar el tiempo al máximo, aunque haya días que el trabajo te deje poco espacio para escribir. Lo cierto es que cuando haces algo que te gusta y con lo que disfrutas mucho, encontrar el momento para ponerte con ello es mucho más sencillo.

¿Tu profesión te ayuda a inspirarte y a entender la mente de los criminales?

He trabajado en la administración de justicia en varios puestos y en la actualidad estoy especializada en derecho penal. Después de años de experiencia puedo decir que la mayor parte de las conductas que vemos en los tribunales tienen su origen en la sociedad que hemos creado entre todos. Hay muchos problemas sociales que degeneran en conductas delictivas, por lo que con más recursos por parte de los poderes públicos las estadísticas descenderían. Lo que me preocupa siempre es saber o al menos intentar entender el por qué, qué es lo que ha llevado a cada persona al momento en el que ahora se encuentra: tener que responder frente a un juez por sus actos. Siempre hay una historia detrás. Desde luego ello influye en mis novelas, que no dejan de ser un análisis de las motivaciones y conductas de las personas.

En tus novelas humanizas al mundo judicial. Los jueces dejan de ser héroes para transformarse en personas de a pie con problemas, amores y desengaños.  ¿Es una manera de mostrar al público que también los jueces son simples personas?

Una de mis motivaciones para escribir Juegos de maldad y su continuación, Flor seca, era romper los esteriotipos que existen sobre el sistema judicial español, muy diferente al anglosajón y me atrevería a decir bastante alejado de muchos países europeos. En novelas, series de televisión o películas, incluso españolas, se copian modelos americanos o se describe al juez de una forma que no es la real. El juez y demás integrantes de la justicia son hombres y mujeres con vidas propias y formas de ser que no tienen nada que ver con la profesión que ejercen.

¿Descríbenos tu manera de enfocar la historia. ¿Partes de hechos reales o son todos pura ficción?

En cada una de mis novelas intento reflexionar y hacer reflexionar al lector sobre varios temas. En Juegos de maldad, quería hablar sobre la maldad en todas sus formas, desde la más evidente, la de aquéllos que no dudan en buscar la propia satisfacción económica o personal sin límites, hasta el que se aprovecha del sistema en su beneficio. Todos mentimos, y puedo asegurar que los jueces no tenemos una bola de cristal o poderes especiales para saber quién dice la verdad. Los casos que aparecen en esta novela son reales y me interesaba sobre todo exponer al lector lo que supone a los profesionales enfrentarse a ellos.

En Flor seca retomo los personajes principales de la primera para desarrollar una trama sobre la corrupción, en este caso policial, y hablar sobre la tentación, de lo delgada que es la línea que separa el bien y el mal y que constantemente estamos bordeándola sin darnos cuenta. Dicen que nunca se acaba de conocer a una persona, pero yo planteo si estamos seguros de conocernos a nosotros mismos.

En El bosque de los inocentes hablo sobre la pederastia y la pornografía infantil, una realidad por desgracia con la que me encuentro diariamente. No es una novela que se detenga en detalles escabrosos, sino que expone esa realidad y de cómo se lleva a cabo la búsqueda de un niño desaparecido que destapa una trama de este tipo.

 

¿Eres de los que trabajan ajustándose a una escaleta bien perfilada o prefieres que tus personajes adquieran vida propia a medida que fluya la narración?

Para mí es esencial tener un guión lo más completo posible. Cuando me siento a escribir tengo que haber imaginado y meditado antes la trama. De todas formas siempre hay cambios, surgen nuevos personajes, escenas o se eliminan unos u otras. Pero tengo que tener claro de qué quiero hablar y cuál va a ser el desenlace.

Flor seca ha sido incluida en la lista de La Vanguardia para las diez novelas negras de Sant Jordi 2017. ¿Es la mejor novela de las tres publicadas?

Creo que eso deberán decidirlo los lectores…Es una novela en la que creo que he crecido como escritora y he disfrutado mucho con ella. Por el momento estoy recibiendo opiniones positivas, lo que agradezco profundamente.

Es una trama con mucha intriga que mantiene al lector muy pendiente hasta el final. En ella observamos muchas referencias a la mitología griega. Háblanos de ello.

Soy amante de mitos y leyendas de todas las culturas, en especial la griega y me apetecía mucho introducir un personaje obsesionado con los mitos. Muchas de nuestras instituciones se basan en los modelos griegos, incluso palabras que usamos con normalidad, tienen su origen en esta cultura y ha sido un placer introducir ello en la novela.

¿Actualmente estás escribiendo otra novela?

Sí, una trama totalmente distinta a las demás. Flor seca tendrá su continuación pero más adelante.

¿Has pensado en cambiar de registro o te vas a especializar en novela negra?

Por el momento mis novelas se incardinan en el género, pero tengo en la cabeza otras ideas que no lo son en absoluto.

 

Sabemos lo difícil que resulta publicar con una editorial hoy en día. ¿Qué les recomendarías a los escritores noveles?

Que no se rindan. Esto es una carrera de fondo y hay que luchar, incluso cuando ya has conseguido publicar. Hay que leer, leer y leer a los mejores y aprender de ellos, pulir tu prosa todo lo que puedas y mirarla con ojo crítico. Lo más importante es no perder la ilusión y batallar por lo que quieres.

Eres muy activa. Acabas de volver de Valencia Negra 2017, has sido entrevistada por Radio 4 y te vemos en muchas presentaciones. Te mueves sin cesar por las redes sociales. Sabemos que son pasos necesarios hoy en día para promocionar las obras.

Pertenezco a una generación que nos hemos encontrado con la era digital de golpe y nos vamos adaptando a la fuerza. Tengo que decir que no estaba en las redes sociales hasta que publiqué mi primera novela y ahora veo que son imprescindibles para darte a conocer. He ganado lectores con ellas y contactado con personas que de otra forma hubiera sido imposible. Como en todo, debe hacerse un buen uso y tampoco creer que vayan a ser tu salvación como escritor. Son un buen escaparate, pero tienes que darte a conocer personalmente, acudir a festivales, presentaciones, clubs de lectura, lo que conlleva mucho trabajo pero por otro lado es la mejor parte, el contacto con tus lectores y los compañeros de letras.

Ya sabes que tenemos una pregunta que hacemos a todos nuestros entrevistados: ¿Qué libro cambió tu vida?

Es una pregunta muy difícil de responder. Mi vida no ha cambiado por un libro, sino que ha cambiado por muchos. Puedo citar aquí los Cuentos de Edgar Allan Poe, que me acompañan desde la infancia y aún hoy, los releo con frecuencia.

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