Edward James: el ahijado de Eduardo VII

Por Silvia Pato (@SilviaP3)

El poeta, escultor, mecenas y coleccionista de arte, Edward Frank Willis James (1907-1984) es una de esas figuras del siglo XX tan fascinante como curiosa. Este millonario británico era hijo del magnate estadounidense William James y de la aristócrata Elizabeth Evelyn Forbes, amigos íntimos del rey Eduardo VII, que los visitaba con frecuencia. Tanto es así que las malas lenguas decían que Edward, a quien le pusieron tal nombre en su honor, era hijo del monarca. Sea como fuere lo cierto es que Eduardo VII fue su padrino cuando lo bautizaron, un detalle cuya excepcionalidad presagiaba la vida del artista, primo lejano del escritor Henry James.

Edward comenzó a escribir en la adolescencia sus primeros versos y, en 1922, ganó el Geoffrey Gunther Memorial Drawing Prize, otorgado por Eton. Cuatro años después ingresó en la Facultad de Bellas Artes de Oxford. Su amor por el surrealismo fue notorio en la década de los treinta, cuando escribió para la revista Minotaure algunos de sus poemas, así como su única novela: El jardinero que vio a Dios (The Gardener Who Saw God, 1937).

 

Salvador Dalí y Man Ray, fotografiados en 1934, en París, por Carl van Vechten

 

Por aquel entonces conoció a Salvador Dalí, a quien convirtió en uno de sus protegidos. Acordó pagarle alrededor de mil dólares mensuales por las obras que pintara, con la única condición de que creara menor cantidad, pero de mayor calidad. El trato entre ambos dio lugar a diversas anécdotas e incluso fueron juntos a conocer al psicoanalista Sigmund Freud, cuando este estaba exiliado en Londres, en 1939. Es entonces cuando Edward se convirtió en el principal patrocinador del surrealismo de la Exposición de Nueva York The World of Tomorrow, para la que Dalí diseñó el pabellón El sueño de Venus. Las desavenencias entre ambos marcaron el fin de su amistad. A estas alturas, Dalí ya no necesitaba a su mecenas.

Pero si hay un acontecimiento que marcó la vida de Edward fue la visita que realizó a México invitado por uno de sus amigos: el escritor Aldous Huxley. Este le había propuesto a él y a Erich Fromm pasar unos días de descanso en su casa de Cuernavaca. En aquel viaje Edward conoció al mexicano Plutarco Gastelúm Esquer, quien al saber de su debilidad por las orquídeas, le propuso recorrer la región de la Huasteca Potosina. Aquel territorio enamoró al artista, que llevaba algún tiempo buscando un lugar donde crear su propio jardín del Edén, en el que retirarse a escribir. Allí lo encontró, a orillas del río Santa María, en la localidad de Xilitla.

 

Las Pozas
Fuente: Wikimedia/By Rod Waddington fCC BY-SA 2.0

A partir de entonces comenzó a diseñar un fascinante paraje surrealista con extrañas arquitecturas, inmersas en la vegetación de la selva, que se convirtió en El Jardín Escultórico de Edward James, más conocido como Las Pozas. En la actualidad, todavía puede visitarse, atrae a miles de turistas cada año, y grupos musicales han grabado en él alguno de sus videos.

James vivió desde entonces en la casa conocida como El Castillo, en Las Pozas, diseñada por Plutarco Gastélum, aunque viajaba con frecuencia a Inglaterra. Siguió cultivando la amistad y el mecenazgo de otros artistas surrealistas como Leonora Carrington y René Magritte, quien lo retrató en varias pinturas, como La Reproduction Interdite y The Pleasure Principle: Portrait of Edward James. Aunque entre sus amistades también encontramos nombres como la diseñadora Coco Chanel; el fotógrafo Man Ray, de quien también fue mecenas; y el músico Stravinsky.

De nuevo fue a Aldous Huxley a quien confesó el deseo de crear una fundación para salvaguardar las artes europeas, y que ubicaría en su castillo de West Dean. En 1971, su sueño se hizo realidad y la Fundación Edward James terminó convirtiéndose en una de las escuelas de arte más importantes del mundo: el West Dean College. El mecenas falleció en Italia, en el año 1984, a causa de una trombosis. Sus restos reposan en West Dean.

 

Fuente: Wikimedia/By Chris Gunns, CC BY-SA 2.0

FUENTE: Revista Iberoamericana de las Ciencias Sociales y Humanísticas
MÁS INFORMACIÓN: El Mundo

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