Javier Sierra y el mito del grial en 'El fuego invisible', su flamante Premio Planeta

«A menudo subestimamos el poder de las palabras. Son éstas una herramienta tan cotidiana, tan inherente a la naturaleza humana, que apenas nos damos cuenta de que una sola de ellas puede alterar nuestro destino tanto como un terremoto, una guerra o una enfermedad. Al igual que sucede en esa clase de catástrofes, el efecto transformador de una voz resulta imposible de prever. En el curso de una vida es poco probable que nadie escape a su influencia. Por eso nos conviene estar preparados. En cualquier instante —hoy, mañana o el año que viene— una mera sucesión de letras pronunciadas en el momento oportuno transformará nuestra existencia para siempre».

Actualidad editorial:

Ya está en las librerías el flamante Premio Planeta de este año. El fuego invisible, de Javier Sierra, se presenta desde la editorial como un viaje de autodescubrimiento, una novela transmutadora, una historia sobre la chispa que da origen a la creatividad y su forma de manifestarse en la mente humana… El secreto más importante de la humanidad está a punto de ser revelado. Pero El fuego invisible no es una novela al uso, aunque sí claramente un trabajo de manufactura Sierra. Podríamos definirla como un trepidante thriller (toda la acción se desarrolla en apenas siete días) con claras alusiones al puro misterio con tintes policiacos. Pero el autor va mucho más allá. Sierra no se conforma con entretener al lector al tiempo que cuenta una historia bien hilvanada. Todas sus obras proponen profundos interrogantes y en ellas se percibe una exhaustiva investigación previa que desemboca en respuestas de gran calado espiritual. No sólo se aprende algo nuevo, sino que nos conduce hábilmente a realizarnos preguntas en torno a las grandes inquietudes de la humanidad y a cuestionarnos todo lo que hasta entonces creíamos saber sobre el tema. En esta ocasión, Javier Sierra se ha centrado en el grial, pero no sólo como objeto físico que pudo haber sido empleado por Jesús en la Última Cena, sino como una idea que conecta con la trascendencia y que permite comunicarse, en caso de caer en las manos adecuadas, con otros planos de la realidad.

«Me llamo David Salas y, aunque ahora quizá eso no importe demasiado, tengo treinta años recién cumplidos, me gusta el deporte y la sensación de que, con esfuerzo, puedo llegar a superar mis límites. Pertenezco al club de remo de mi universidad, uno de los más antiguos del mundo, y desciendo de una familia acomodada. Supongo, pues, que con estos dones debería estar satisfecho con mi vida. Sin embargo, ahora mismo, me siento algo confundido».

David Salas, prometedor lingüista del Trinity Collage de Dublín, se encuentra, después de aterrizar en Madrid para pasar sus vacaciones, con Victoria Goodman, una vieja amiga de sus abuelos y con su joven ayudante, una misteriosa historiadora del arte. Será durante la visita a la casa de Lady Goodman cuando le hablen de La Montaña Artificial, una especie de academia privada –y algo elitista–, inspirada en las antiguas “escuelas de misterios” griegas, en la que Victoria prepara a una serie de alumnos aventajados en diferentes materias sobre el sentido profundo de determinados textos literarios. En una de esas clases se propone analizar un texto clásico: Li contes del graal (El cuento del grial), escrito hacia 1180 por Chrétien de Troyes; una obra inacabada que generó una serie de interpretaciones, revisiones y hasta continuaciones por parte de otros autores. Pronto surgen dudas y posturas encontradas sobre lo que Troyes quiso decir al hablar del grial. En el fragor del debate Salas descubre la existencia de un tal Guillermo Solís, quien, al parecer, fue integrante del grupo hasta que falleció en extrañas circunstancias… Ese hecho trastocará sus planes y lo empujará a una sorprendente carrera por averiguar qué había sucedido con aquel alumno. Para su sorpresa, la clave parece esconderse en el mito del grial y su vinculación con España… Remotas iglesias románicas de los Pirineos, colecciones de arte en Barcelona, libros antiguos y extraños códigos en piedra se alinean en una trama llena de intriga que nos hará pensar sobre el origen de toda inspiración, literatura y arte verdaderos.

«Acaricié perplejo aquella cartulina vieja, la tarjeta de embarque y la reserva de hotel. Me invadió una extraña sensación. Acababa de caer en la cuenta de que el Primus calamus, y en especial su tercer volumen llamado Metametrica, era una extrañísima obra de la época de Calderón de la Barca llena de juegos de palabras, tipografías raras, enigmas, grabados de laberintos y equívocos a la altura de una mente como la de mi madre. Si en su época hubieran existido las fotos, seguro que su autor habría incluido una como ésa entre sus páginas. Para despistar».

Javier Sierra (Teruel, 1971) es un apasionado contador de historias. Su mirada se detiene siempre en los detalles ocultos, en los misterios que no hemos sido capaces de resolver, y los comparte tanto en su trabajo literario como en radio y televisión. Es autor de diez obras, seis de ellas novelas de gran éxito internacional. Sus títulos La cena secreta, La dama azul, El ángel perdido, El maestro del Prado o La pirámide inmortal se han publicado en más de cuarenta países y es uno de los pocos escritores españoles que han visto sus obras en lo más alto de las listas de libros más vendidos de Estados Unidos. La clave de su éxito pasa por investigar a fondo los arcanos que aborda y aplicarles la dosis justa de sentido común, imaginación y «visión trascendente». «Esa que nos convirtió en humanos en la noche de los tiempos y nos llevó a inventar el arte», asegura.

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El fuego invisible.  Javier Sierra.  Editorial Planeta, 2017.  304 páginas.  21,90 €

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