La máscara o la vida. De la autoficción a la antificción

Por Pedro Pujante.

Manuel Alberca es catedrático de Literatura Española y uno de los mayores teóricos en nuestro país que se ha ocupado de la autoficción y de los géneros autobiográficos. Quizá su obra más influyente y necesaria para entender el fenómeno de la autoficción sea El pacto ambiguo (2007). Ahora, da un paso más en su trayectoria y tras haber comenzado hace un tiempo a denotar cierto hastío por la novelística del yo publica este ensayo, riguroso, completo y ameno, titulado La máscara o la vida. De la autoficción a la antificción, en el que concluye, entre otras cosas, que el fenómeno autoficcional está más que agotado, ya que lo considera una moda pasajera dependiente de la autobiografía.

Alberca realiza un riguroso recorrido por períodos históricos del autobiografismo español que empieza en Unamuno y acaba en Javier Marías. Las etapas que distribuye en capítulos, se inician con la crisis de la autobiografía, y autores como Azorín, Unamuno o Valle-Inclán, avant la letrre de la autoficción que con su forma de escribir rompedora y experimental supusieron un balón de oxígeno para las letras patrias. Después, la Guerra Civil supone el hito más importante en la historia de España, y condicionará la literatura, la escritura autobiográfica. En capítulos dedicados a los “amnésicos” o a los “exiliados” construye un retrato preciso de este período, de algunos autores representativos y de las adversas condiciones que marcaron la autobiografía. En general, Alberca insiste en recordarnos que en España la tradición autobiográfica se ha visto “perjudicada” por una idiosincrasia marcada por el pudor cristiano y un exceso de moral mal entendida, que ha hecho que la intimidad se transforme en una suerte de tesoro del que los escritores peninsulares raras veces se han podido desprender.

El período más intenso y vibrante vendrá tras la muerte de Franco, con autores como Francisco Umbral o Javier Marías. Un período fecundo que va de 1975 a 1990, en el que se produce una verdadera “explosión autobiográfica”. Recordemos que el  motor de la ficción es en ocasiones la propia vida, así que no es extraño que la autoficción, como fórmula que toma prestada de la biografía elementos a su antojo para tratarlos, experimentar y jugar al despiste, se constituya uno de los géneros más asiduos para algunos autores. Umbral, siempre ficcionalizó en sus novelas con una vida inventada, en la que escondía más que contaba, en la que confeccionó un mundo propio a su medida, idealizado, mitificado y desprovisto de la sordidez que su propia realidad biográfica escondía. La obra umbraliana está construida en torno a un yo inventado, pero a pesar de su riqueza, peca, según Alberca, de un exceso de estilo y solipsismo. Respecto a las novelas de Javier Marías resulta comprometido afirmar que nos encontremos ante autoficciones propiamente dichas (Pozuelo Yvancos prefiere hablar de “Figuraciones del yo”), aunque sí que es cierto que en sus novelas introduce algunos datos autobiográficos, pero escamotea más que cuenta y hay más ficción que verdad.

Por último, Alberca dedica un capítulo a reflexionar sobre los motivos del éxito de la autoficción (producto de una época, recurso notable para hablar de uno mismo sin compromisos o el desafío que la ambigüedad del género aporta), y sobre todo realiza una defensa del relato autobiográfico, por su compromiso con la verdad, declarando la autoficción como un sarampión necesario para que el género autobiográfico alcanzase su madurez actual. Incluye algunos ejemplos de “antificción”, término tomado de Lejeune, quien alude a la falta de ficción que caracteriza a los escritos diarísticos. Aquí, hace un repaso breve a autores como Luis Landero o Marta Sanz o Luisgé Martín, por considerarlos autores contemporáneos que han desarrollado novedosos y originales discursos autobiográficos.

Aunque discrepemos de algunos de los planteamientos del profesor Alberca, como el agotamiento del género autoficcional o la supremacía o mayor dignidad del relato autobiográfico por su compromiso con la verdad y el “valor” de sus autores para contarlo todo, no cabe duda de que La máscara o la vida supone un libro esencial para comprender el devenir de la autoficción y la autobiografía en nuestro país, además de para entender las nuevas formas literarias. También es un libro imprescindible que ofrece una visión histórica de los mecanismos escriturales del yo, que Alberca analiza con solvencia, coherencia, exhaustividad y con una prosa amena y ágil.

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