Escondida en un mar de opiniones, especulaciones e información falsa, en la red se encuentra la mayor parte del conocimiento humano. Pero ¿por qué confiamos más en un libro, que en lo que podemos encontrar en línea? Uno de los principales problemas con los que nos enfrentamos al momento de navegar en internet, es el saber discernir entre aquella información que es fidedigna, confiable, y aquella que no lo es. La Stanford Encyclopedia of Philosophy (SEP) —una deliciosa compilación de entradas sobre filosofía y disciplinas relacionadas— es quizá uno de los sitios más valiosos e interesantes que hay, no sólo por la enorme variedad de temas que explora, sino también por su historia y su naturaleza única.

Nacido en 1995, este sitio creado por expertos del Centro de Estudios del Lenguaje y la Información de la Universidad de Standford inició con apenas dos entradas, y hoy ofrece alrededor de 1,500. Más de 20 años después, SEP ha logrado resolver uno de los problemas más esenciales del internet: la capacidad de proveer información rigurosa y confiable, de manera gratuita.

Comparada por académicos y editores con algunas de las más importantes enciclopedias impresas, la de Standford tiene una ventaja sobre éstas (y sobre cualquier libro en general): puede actualizarse constantemente. Además, quienes hacen esta base de información procuran que su lenguaje sea sencillo, para que cualquier persona pueda entenderlo, no sólo unos cuantos expertos en el tema.

Otras enormes enciclopedias en línea (i.e. Wikipedia) ofrecen una impresionante cantidad de información, sin embargo, por tratarse de datos proporcionados por sus usuarios, es imposible comprobar su precisión y veracidad. SEP encontró la manera de asegurar que la información que brinda es confiable a través de un amplio grupo de académicos y editores que invitan a expertos en cada tema a escribir las entradas; cada una de éstas es revisada periódicamente por su autor para ser actualizada en caso de necesitarlo. Finalmente, una gran parte de los usuarios de la enciclopedia son estudiantes de filosofía, quienes frecuentemente dan aviso a los editores y autores si encuentra algún error o información incompleta. El resto de los usuarios son invitados a hacer los mismo, aunque no sean académicos o estudiantes.

Uno de los detalles más admirables de este precioso compendio de conocimiento es que ninguno de los editores y escritores de sus entradas cobran dinero, algo que convierte a este sitio (que es mantenido por la Universidad de Standford y por contribuciones de bibliotecas académicas asociadas) en un ejemplo sin precedentes de lo esencial de la filosofía en su acepción más literal: el amor a la sabiduría. Además, este sitio permite a los académicos (cuyos textos, en general, sólo son leídos por un pequeño grupo de expertos en el tema) llegar a un público más amplio.

Desde sus entradas sobre los zombies, el feminismo, Dante Alighieri, hasta su artículo sobre la intuición, la existencia de este raro y precioso proyecto resulta profundamente esperanzadora; tal vez, el proceso de maduración de un sistema tan joven como el internet terminará por tomar la misma dirección, para terminar por ser aquel sueño (que el espíritu del enciclopedismo alguna vez encarnó) de compilar todo el conocimiento de la humanidad.