'Río revuelto', de Joan Didion

Río revuelto

Joan Didion

Traducción de Javier Calvo
Gatopardo
Barcelona, 2018
312 páginas
 
Por Ricardo Martínez Llorca / @rimllorca / Fuente: Tan alto el silencio

Sacrificada bajo adjetivos como costumbrista, esta joven novela de Joan Didion es un relato enmarcado en un estrato social en el que salirse del costumbrismo es una obsesión. La gente que pretende ser diferente por elegir mejor el momento de beber el mejor whisky está a la orden del día, siempre y cuando pueda permitirse el pagarlo. Si además la obra está ambientada en California, que en Estados Unidos equivale a los viajes al sur en Europa, en un sentido metafórico, y a los viajes al norte en un sentido práctico, el engaño del retrato de una sociedad está servido. Joan Didion escribió esta novela mientras redactaba pequeños párrafos para revistas de moda y para ello creó sus personajes y las situaciones a partir de lo que conocía con más inmediatez. De ahí ese resultado, la atmósfera que tendemos a confundir con el tema. Pero en realidad este es un libro sobre la farsa y el amor. En este libro se mete el escalpelo en la familia como farsa y en la búsqueda de la pareja como farsa. Pero no siempre es así. La gente quiere y es querida porque no cabe otra opción. Diferenciar la realidad y el deseo es una cuestión que Joan Didion trae a la novela desde el lugar donde habitualmente se ha estudiado: la poesía.

Nos ubica en un país que sale de una recesión. Las connotaciones inevitables son las de crear dos generaciones separadas: la que la vivió y la superó y la que se crio sin darse cuenta de que se estaba saliendo de una crisis. Para tal representación se centra en una familia que ha vivido, y ha vivido con un nivel de gasto alto, gracias a sus plantaciones de lúpulo. Ahora sabemos que puede tener fines fitoterapéuticos, ahora y en la época de los romanos, cuando utilizaban almohadas de lúpulo para combatir el insomnio. Pero estas plantaciones estaban destinadas a complementar la malta en la fermentación de la cerveza. Apenas tienen valor en la actualidad, o en la actualidad que se nos representa. La plantación es una metáfora de la transformación industrial. En resumen, el momento de transformación que se apodera de la novela tiene su escenario y sus años bien definidos, pero se pueden trasladar a otras épocas y otros lugares.

Como se puede hacer la consistencia de los principales actores, gente de la que dudamos mucho, de la que dudamos su consistencia como adultos o como adolescentes. En las clases altas también es difícil crecer y asumir que uno tiene que pasar de la juventud a lo otro. La juventud es le época de los sueños, de los viajes al sur o a California, del amor loco, y lo otro es la obligación social de integrarse, de crear la farsa de una familia que a lo largo de los veinte años que abarca la vida de sus miembros, los retratados en la novela, no terminan de dar el salto. Joan Didion nos descubre que lo que creíamos propio de una persona o una sociedad, lo es también de una familia. El final llegará antes de que haya tenido tiempo de tomar consistencia la actualidad, el “nosotros” tal y como somos, con nuestra forma de querer puesta a la vista. Con este material, Didion hubiera firmado una obra maestra de haber escrito la novela años más tarde. Ella misma reconoce que no terminan de encajar las piezas. Pero eso a nosotros no nos afecta. Es una buena novela y nos bastaría con no pensar en que nos enfrentamos a una de las grandes escritoras americanas de todos los tiempos para apreciarla como tal.

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