Emociones hispanoargentinas en una obra de carretera

Por Horacio Otheguy Riveira

El cine de carretera tiene referencias literarias abundantes, pero en el teatro es poco corriente, de allí la originalidad de «Olvidémonos de ser turistas», espectáculo escrito por el barcelonés Josep Maria Miró y dirigido por la porteña Gabriela Izcovich, un periplo altamente emocional a través de un muy interesante deambular de historias cruzadas impulsadas por un matrimonio español en crisis por territorios desconocidos de Argentina.

Muy buenos actores de ambos países ahora en el Español de Madrid con esta función estrenada con éxito en la Sala Beckett de Barcelona. Muy recomendable.

De izquierda a derecha: Eugenia Alonso, Esteban Meloni, Pablo Viña, Lina Lambert. Encuentros con buena dosis de intriga en parajes desolados.

 
El huésped le cuenta a la empleada del hotel que su esposa ha desaparecido. Ella le responde que no ha desaparecido «que le ha abandonado», y se fuma un relajante pitillo en la habitación donde está prohibido hacerlo.

El misterio prevalece en un contexto escénico despojado. Escasa escenografía, muy pocos aportes audiovisuales externos. Un matrimonio ya veterano no disfruta de la energía de las cataratas de Iguazú donde tres países abrazan sus fronteras: Brasil, Paraguay y Argentina, hasta que se dirigen a regiones de este último país, parajes desconocidos para la mayoría de nativos y muy poco explotados para turistas, con mención especial a una hermosa zona de la gran provincia de Córdoba, y luego marchan a Catamarca, con una sola mención a la célebre capital de Buenos Aires donde nos enteramos que alguien fue paseante de perros (tarea que en esta enorme ciudad suele llamar mucho la atención).

Los acentos peculiares de los personajes se deslizan con afán poético en un progresivo trayecto de ir hacia una dolorosa experiencia que se concreta al final de la función. En el camino, el dulce habla del matrimonio español residente en la capital de Cataluña es felizmente envuelto por maneras de hablar distintas entre sí, respetando las peculiaridades argentinas. No habla igual la «mucama» del hotel, avispada y culta como suele suceder en un país donde resulta fácil toparse con un albañil que lee a los clásicos griegos en el tren, que la posible prostituta o la buena mujer que acoge en su casa a refugiados, todas interpretadas por la misma actriz, una sobresaliente Eugenia Alonso, con transiciones bruscas realizadas con inusitada suavidad. Brusquedades de pesadilla en plena vigilia y elegancia sinuosa presentes en toda la puesta en escena; melodrama y tiernos lances de comedia en un viaje donde todos los seres que aparecen y desaparecen tienen una dosis muy alta de misterio.

Es este uno de los hallazgos de Josep Maria Miró, quien confronta la desolación del hombre que sale a buscar por ignotos territorios a su esposa desaparecida con un simpático y afectuoso conductor de autobús que le descubre la fascinante adicción a la yerba mate mientras le confiesa un insólito drama de suicidas en la ciudad de la que huyó, personaje interpretado brillantemente por Esteban Meloni, quien también tendrá ocasión de lucirse al interpretar a un cordobés algo delirante que hace honor a una región famosa por los avistamientos de OVNIs: un juego atractivo de ficción y realidad pues cuanto dice parecen fantasías de un desequilibrado, y sin embargo tiene base documental localizable en cualquier hemeroteca.

El arranque meramente turístico se va diluyendo para que Olvidémonos de ser turistas abra paso a una angustia que se despereza como un monstruo aletargado. Ninguna falsa apariencia va a resistirse al pleno conocimiento de un dolor cuyo contacto desespera y a la vez ilumina el impreciso futuro de los protagonistas a cargo de los veteranos del elenco: Pablo Viña y Lina Lambert, él asumiendo un desamparo que parece sobrevolar levemente el escenario, como si el mero hecho de andar le costara tanto como respirar. Lambert, por su parte, cuenta con apariciones fugaces hasta el desenlace en que las lágrimas se deslizan por su bello rostro con una ternura incomparable.

Gabriela Izcovich facilita el camino dosificando el humor y el drama con una dirección basada esencialmente en el trabajo actoral en medidas situaciones dramáticas y notables atmósferas, con especial dedicación a la musicalidad del habla tan diferente y tan bien entrelazada de los personajes.

Risas y lágrimas, caricatura de un mundo real, vivencia inquietante de quien se siente tan hundido que cualquier desconocido le viene bien para ser él mismo sin ataduras.

Dos mujeres unidas por la solidaridad de una y la desesperación de la otra. Dos actrices que miden sus fuerzas con exquisita precisión: nada se desborda ni se queda a medio camino. La representación entra de lleno en el verdadero conflicto de la historia.

OLVIDÉMONOS DE SER TURISTAS

Autor: Josep Maria Miró
Directora: Gabriela Izcovich
Intérpretes: Eugenia Alonso, Lina Lambert, Esteban Meloni, Pablo Viña
Escenografía: Enric Planas
Música original: Lucas Fridman
Iluminación: María Domènech
Vestuario: Albert Pascual
Caracterización: Coral Peña
Fotografía promocional: Kiku Piñol
Productora ejecutiva en Argentina: Silvina Silbergleit
Fotografía y audiovisuales: Mercè Rodríguez
Video promocional: Raquel Barrera
Ayudante de dirección: Daniela Feixas
Ayudante de escenografía (alumna de ELISAVA): Marta Georgia
Auxiliar de dirección (alumna en prácticas de la UPF): Catalina Camp
Una producción de Sala Beckett, Obrador Internacional de Dramaturgia, Teatro Español, Compañía Gabriela Izcovich
Teatro Español, Sala Margarita Xirgu, del 10 de mayo al 10 de junio.

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