“Pasión”: luminosa farsa trágica de García Calvo dirigida por Ester Bellver

Por Horacio Otheguy Riveira

IMPORTANTE! Recomiendo llegar a tiempo para ver la transformación de los intérpretes como si el escenario fuera un gran camerino. Esto empieza con el público acomodándose, quince minutos antes del comienzo de la función. Y tras el final, otro tanto, imprescindible esperar a que los acomodadores abran la cortina de salida, porque actores y actrices limpian su maquillaje y cambian su vestuario para volver a ser ellos mismos con un fondo musical encantador.

En medio de tan atractivos comienzo y final, una farsa circense, una comedia negra sumergida en la frontera entre el esperpento y el sainete para vivir las emociones de un circuito de pasión deportiva guiada por seres patéticos que lo manipulan todo: el que preside y sus ministros, los medios de comunicación… y la miseria moral que corroe la vida de la buena gente.

Todo con mucho color, mucha luz, mucha imaginación… y sin embargo con la delicadeza extrema de una dirección modélica que limita el desborde de ideas y emociones, logrando una notable contención dramática, suficiente para tomar distancia y que entre carcajadas y sonrisas entremos en el dolor de una sociedad enferma donde nada es lo que parece, excepto la inocencia de los que más sufren: el deportista ingenuo y su noviecita buena, dos paradigmas del drama social en la historia del teatro nacional, desde los años 20 de Carlos Arniches y los 30 de Miguel Mihura con sus Sombreros de copa, ambos padres de una visión dolorosa de lo cotidiano cimentada en una imperiosamente divertida necesidad de vivir.

Agustín García Calvo (Zamora, 1926-2011): “Jamás la falta de fe o el descreimiento han dicho una mentira o apretado el gatillo de un arma.“

Agustín García Calvo, hombre de realidades palpables y fantasías absolutas ha escrito una indagación surrealista sobre una realidad elefantiásica que todo lo devora sin piedad. El humor se sirve desde un texto sumamente ingenioso, entre palabras e imágenes que rompen esquemas con ambición de crear nuevos caminos estilísticos, y ante semejante libertad de lenguaje, Ester Bellver ha ideado un luminoso juego escénico donde el clásico “juego” de la creación teatral se desarrolla a la vista del público con brillante sentido del humor, forjando en el centro del escenario una pista circense donde crece lo poético entre el tenebroso bosque de los intereses de las instituciones. Lo grotesco y la belleza se funden en un espectáculo surgido como “proyecto de investigación”, pero que sus intérpretes transforman, día a día, en una experiencia en la que lo investigado logra convertirse en un espectáculo inolvidable.

 

VOCES

Ya ha llegado el mañana;
ya resplandece al sol la medalla de oro,
ya llevamos al gran campeón en el carro triunfal.
Él ha sido el primero en tocar a la cúspide suma
de la santa cucaña
ganándose el premio y la fama inmortal.
¡Viva el héroe, viva hasta más allá!
Él pasó largos años domando su cuerpo,
preparándolo a la última gesta, elevándolo
en músculo y talla a la forma ideal,
hasta que su esfuerzo se vio coronado
por el logro supremo
y el lauro del juicio final.

¡Viva el héroe, viva hasta más allá!
Él ha hecho sonar en trompetas y antenas el nombre
de su patria y su raza en el ámbito
universal.
Él puso su vida y su cuerpo al servicio
del noble ideal,
y gracias a su sacrificio y afanes, el Hombre,
el Hombre, el Hombre será cada día más alto y más fuerte,
cada siglo irá el Hombre subiendo más alto
hasta el cielo y la gloria de luz sideral.
¡Gloria, gloria al que ha dado su vida y su cuerpo
por la fe y el progreso del Ser, del Estado
y del Capital.

 

El caballero principal es un “Padre del pueblo” (Felipe García Vélez) con voz firme, maneras de dictador, maquillaje de payaso, y prendas femeninas. Le entusiasman sus propios discursos, como a sus ministros bailarle el agua, a su vez voceros de la falsa gran fiesta deportiva. (Izquierda, Daniel Moreno. Derecha, José Luis Sendarrubias).
La fulana (Charo Gallego) y Marialba (Rosa Herrera): la deseada y la de todos los días. El aire de lo ridículo y la pena de su trastienda.
Lo blasfemo del esperpento y la simpatía ante el caído, propio del teatro testimonial, en una escena clave en la que se reúnen los seres más cercanos cuando ya todo está perdido.
De izquierda a derecha: Daniel Moreno, Charo Gallego, Rosa Herrera, Asier Tartás Landera, Felipe García Vélez, José Luis Sendarrubias. En el centro, el héroe y su madre, José Troncoso, Lidia Otón. Todos juntos forman un espléndido coro, como perfecto contraste.

 

Texto: Agustín García Calvo

Dirección: Ester Bellver

Ayudante de dirección: Laura Velman

Reparto de estreno (por orden alfabético): Charo Santiago, Felipe García Vélez, Rosa Herrera, Daniel Moreno, Lidia Otón, José Luis Sendarrubias, Asier Tartás Landera, José Troncoso/Juanma Rodríguez

Escenografía y vestuario: Pablo Menor Palomo

Música: Pablo Cediel

Asesor de verso: Roberto García Tomé

Fotografías: marcosGpunto

Diseño de cartel: Javier Jaén

Producción: Centro Dramático Nacional

Un proyecto de investigación del Laboratorio Rivas Cherif

Teatro Valle Inclán. Sala Francisco Nieva. 26 abril-5 de mayo 2019.

Teatro de La Abadía. Sala Juan de La Cruz. Del 26 de septiembre al 13 de octubre 2019.

 

 

 

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