Morboso círculo de sexo, muerte y… mucho dinero en «El perro del teniente»

Horacio Otheguy Riveira.

Una obra de Benet i Jornet insólita en la cartelera madrileña: por su estilo de crónica muy negra con oscuros personajes que van desnudándose entre situaciones límite. En la base está «el hogar» de una extraña maldición: el sexo y el poder de un hombre adinerado, una muy elegante directora de burdel, una ingenua prostituta, y un más ingenuo aún joven cliente son los cuatro personajes sin nombre, solo a cargo de lo que mande uno de ellos, el caballero de traje impecable y prepotencia relativamente controlados. Todos desprovistos de artilugios, embarcados en un juego de memoria en un lecho que espera ardientes sudores mientras el que paga observa, se masturba o logra una exitosa felación, de espaldas, lejos de primeros planos, excepto el liberado cuerpo juvenil apenas cubierto de la chica, que cree estar ante una situación típica de su negocio con un joven que no tiene experiencia en putas.

Las palabras se usan sin ambages, como dardos. La violencia soterrada o evidente crece a medida que se desarrolla una acción muy propia de novela negra, muy bien escrita para el teatro con diálogos breves, tan medidos y sórdidos como las situaciones lo exigen, a cargo de muy buenos actores en personajes nunca antes interpretados.

 

 

 

Así, Beatriz Argüello es una fría jefa de burdel con hermosas piernas y altiva prestancia; cree que podrá dominar con facilidad los caprichos de su nuevo gran cliente, hasta que descubre sus límites, la obligación de complacerle de rodillas…

Roberto Enríquez empieza muy educado. Muy satisfecho como mirón de un encuentro sexual entre jóvenes. Poco a poco su prepotencia se abre camino, entra en una zona peligrosamente confusa, coquetea con la ansiedad y la desesperación; emociones arropadas por una sexualidad que esconde presagios inauditos.

 

 

Los jóvenes son personajes muy distintos, con los que deben lidiar actores que, función a función, van descubriendo nuevos matices y herramientas. No son nada fáciles: María Ramos asume con alegría a la prostituta desinhibida, adecuadamente impúdica. Cree que su profesionalidad en el arte amatorio la protege de todo mal, de todo antojo por perverso que resulte. Y Fernando Delgado-Hierro se ve obligado a trabajar sin red, tan ingenuo en busca desde el principio la reconstrucción de un amor lejano, cuando tocó los primeros pechos a los 12 años, los de una niña de su misma edad.

El cuarteto navega por una trama que avanza sorteando muchos obstáculos. La directora Pilar Valenciano ha sabido acomodarlos en una atmósfera de alta tensión, que avanza hacia un final inesperado. Sutilmente, el espacio sonoro creado por Luis Miguel Cobo presagia los márgenes trágicos por los que se desenvolverá la historia.

Por su parte, Juanjo Llorens aporta una iluminación aparentemente convencional que se rompe cuando interviene otra luz, una especie de farola que atraviesa paredes imaginarias en la turbulenta historia dramatizada por Benet i Jornet, uno de los mayores dramaturgos españoles.

 

 

No me interesa saber de quién eres hija. Me da igual que tu lengua y la mía sean la misma. En serio que no me importan nada ciertas historias cubiertas de polvo. Soy una persona discreta y, eso sí, me gusta organizar las tiernas debilidades humanas. En el barrio me conocen y me respetan. Procuro ser amable. Una mujer sencilla, ya ves. Sólo que aquí dentro mando yo. Y todo va de perlas. Aquí dentro mando yo. (Pausa.) Y… de pronto llega un día en que quien manda, súbitamente, puede ser otra persona. Entonces, ¿qué hago yo? Ni lo esperaba ni lo quería. E incluso traté de impedirlo. De… reconducirlo. A mi manera. Pero las cosas son como son. Así pues, está claro que me tengo que lavar las manos. Yo me lavo las manos. (Pausa.) Espero que me dejarán que me lave las manos. (Fuera, gritos desgarrados, inidentificables, deformados, quizá con resonancias metálicas. Duran largo rato. De pronto, silencio.)

 

Josep Maria Benet i Jornet, Barcelona 1940-2020.

 

 

EL PERRO DEL TENIENTE

De Josep M. Benet i Jornet

Dirección Pilar Valenciano

Con Beatriz Argüello, Fernando Delgado-Hierro, Roberto Enríquez y María Ramos

Diseño de espacio escénico José Luis Raymond

Diseño de espacio sonoro Luis Miguel Cobo

Diseño de iluminación Juanjo Llorens

Diseño de vestuario Tania Tajadura

Videoescena Elvira Ruiz Zurita y Álvaro Luna (AAI)

Residente de ayudantía de dirección Teatro Español Cristina Hermida

Una coproducción de Teatro Español y Entrecajas SL

NAVES DEL ESPAÑOL EN MATADERO. HASTA EL 10 DE MARZO 2024

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