«American Odissey»: Homeland 2.0

Por Octavi Franch

Una vez finalizada ya la primera temporada reglamentaria de 13 episodios de la serie American Odissey, podemos analizarla de una manera más extensa y detallada. Para empezar, dejar muy claro que estamos ante Homeland 2.0; pero no todo son malas noticias.

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En este caso, cambiamos un marine dado por muerto que vuelve a casa como espía islámico por una mujer soldado que tendría que haber muerto, pero que sobrevive gracias a sus habilidades en el campo de batalla. Anna Friel, la actriz protagonista, es todo un hallazgo ya que no la teníamos vista para nada. Evidentemente, su físico menudo y rudo, muy en la línea de la versión americana de The Killing, es idóneo para poder interpretar un papel, a priori, tan masculino. Porque el último recuerdo que me viene ahora mismo a la cabeza de una mujer soldado de parecidas características es Meg Ryan (en versión guapa, claro está) en el papelón de su vida: En Honor a la Verdad; la película que lanzó a la fama a Matt Damon, por cierto. Pero volvamos a American Odissey.

Aunque tanto la trama principal como todas las secundarias son totalmente previsibles y no aportan nada nuevo al panorama audiovisual de los últimos tiempos, esta serie es una obra maestra en cuanto al cásting y, por ende, la dirección de actores. Porque todos, absolutamente, todos los personajes son creíbles y no chirría ninguno. Y no es que sean para nada sencillos, al contrario. Ahí radica la gracia de un buen director de actores: conseguir que un actor normal (por no decir mediocre) realice el papel de su vida.

Aparte del enorme descubrimiento de Anna Friel (a la cual seguro que no le faltará trabajo en cine a partir de ahora en adelante), hay que destacar las brillantísimas interpretaciones de los desconocidos para el gran público Nate Mooney (parece el sobrino de Steve Buscemi; ¿os habéis fijado?), Peter Facinelli (en su línea, siempre soberbio) y los brutales Omar Ghazaoui y Sadie Sink. Ya sabemos todos los espectadores y profesionales audiovisuales que lo más difícil es dirigir a un niño y/o adolescente. Pero cuando un niño y/o adolescente es bueno se ve enseguida y, normalmente, a corto plazo se convierte en una estrella de Hollywood. La verdad es que tengo buen ojo para eso, y mis quinielas al respecto nunca han fallado: Matt Damon, Leonardo di Caprio, Natalie Portman, Dakota Fanning, por citar sólo a algunos fenómenos que han mejorado como adultos lo que ya llevaron a cabo como jóvenes o muy jóvenes. Pues ya os adelanto que estos dos actores, Sadie Sink y Omar Ghazaoui, van a llegar muy pero que muy lejos, sobre todo porque son dos perfiles muy raros en el universo del celuloide y se van a hartar de trabajar hasta que digan basta, si es que algún actor lo ha dicho alguna vez. A modo de curiosidad, comentar que el marido de la protagonista es el amigo de Campbell Scott en la mítica película de culto de Cameron Crowe Singles.

En la última escena del último episodio de American Odissey, nuestra protagonista ya ha vuelto a Estados Unidos, pero tiene que esconderse porque todo el mundo la busca: unos para bien y otros para todo lo contrario. Veremos lo que nos depara la segunda temporada de esta serie, sencilla pero efectiva; todo un plantel de inminentes estrellas cinematográficas.

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