“La camarera de Artaud”, de Verónica Nieto

 

Por Benito Garrido.

 

La camarera de Artaud

Verónica Nieto

I Premio de Novel Villa del Libro 2010

Diputación Provincial de Valladolid

Novela

160 páginas

12,00 €

 

 Embarcado en este libro, el lector consigue trasladarse a un psiquiátrico francés de los años cuarenta durante la ocupación nazi. Y aunque en principio el viaje pueda parecer ciertamente desasosegante, nada más lejos de esa impresión. Verónica Nieto consigue levantar una historia bien andamiada donde la atmósfera es tan envolvente y llamativa, que no tienes por más que seguir leyendo.

Está claro que si Antonin Artaud contrastara de nuevo sus cuadernos, tendría que ratificar la condena innegable que supone la locura. Más aún, en aquella época donde los tratamientos extremos y el electroshock parecían ser la única salida. Sin embargo, la protagonista de este libro es una sobreviviente: al contactar con el arte y la literatura que representa el artista, recuperará la conciencia que supone seguir luchando, seguir viviendo, aunque sea en un mundo que se mueve en el mismo límite de la cordura.

 

Amélie Lévy es una joven de origen judío que durante la ocupación francesa, y debido a ciertos trastornos de personalidad, es ingresada en el hospital psiquiátrico de Rodez. Mientras recibe tratamiento, colabora haciendo trabajos en la cocina y el comedor, actividad que la hace sentir diferente del resto de la mayoría de enfermos. Sin embargo, para ella es muy duro ver como en la biblia que lee, las letras se convierten en hormigas que picotean sus pies. Las cartas de su madre no consiguen ilusionarla, y su vida continua lenta y desanimada hasta que un día aparece un nuevo interno. Se trata del artista y escritor Antonin Artaud. Acaba de llegar de París, y el director del centro quiere que sea ella quien se encargue de atenderle, que sea su camarera. A partir de ese momento la visión del mundo que Amélie mantenía, comienza a cambiar. Los libros que el creador del teatro de la crueldad le presta, son devorados por la joven que aprecia como las dudas que sobre su identidad siempre ha tenido, comienzan a disolverse. Es entonces cuando los momentos de lucidez se entrelazan con recuerdos y visiones delirantes, hasta terminar configurando en ella una identidad propia. 

 

Con esta narración profundamente psicológica la autora consigue, no solo guiarnos por los enrevesados caminos de la mente, sino también reivindicar la figura de uno de los artistas más heterogéneos y complejos del siglo pasado. En un ambiente cerrado donde no todos son tan locos como pueda parecer, conseguimos empatizar con un personaje tremendamente perceptivo, que nos mostrará su vida a través de esas experiencias vitales que son las que finalmente marcan y delimitan la propia personalidad. Los saltos temporales están perfectamente encajados y acompañan si brusquedad el hilo narrativo. El ritmo pausado que Nieto imprime a su escritura es el adecuado para una historia de reencuentro como es esta, donde lo sombrío está tratado con gran sensibilidad y ternura. La camarera de Artaud nos advierte de la especial capacidad literaria de una autora, que con sencillez y buen hacer seguro que volverá a sorprendernos. 

 

Verónica Nieto, nacida en Córdoba, Argentina, pero afincada en Barcelona, es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Málaga en el año 2000, y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en 2003 por la Universidad de Barcelona. Autora de cuentos y relatos, compagina su actividad creativa con su labor editorial habitual. Ha obtenido varios premios en certámenes de relato. Podemos encontrar algunos de sus textos en antologías como: Antología de relatos originales, Cuentos selectos, Antología de cuentos inéditos, Pequeños grandes cuentos, o en la revista internacional de narrativa breve contemporánea Barcelona review.

Con esta su primera novela, obtuvo por mayoría el I Premio de Novela ‘Villa del Libro’ convocado por la Diputación de Valladolid, según decisión del jurado integrado por los académicos, escritores y periodistas Luis Mateo Díez, Carlos Aganzo, Javier Blasco, Oscar Esquivias y Eduardo Fraile.

 

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