Notable Javier Godino como el valiente soñador Saint-Exupery en «Antoine. El musical»

Por Horacio Otheguy Riveira

Un espectáculo que funciona como eficaz acercamiento a la vida y obra del piloto y escritor Antoine Saint-Exupery (1900-1944), desarrollando en doble juego escénico parte de su vida y la existencia independiente de su creación, El Principito (1943), sin duda su obra de mayor éxito internacional, si bien dentro de un pack de obras sumamente interesante.

El lirismo de su obra más famosa, que se difundió “para niños”, si bien el autor ha insistido desde antes de su publicación en que se trata de una obra “para el niño que todos llevamos dentro”: un niño que hunde sus emociones en un mundo paralelo al violento mundo en guerra, universo mágico en el que la naturaleza brilla “para millones… millones de estrellas”, como aquí se canta reiteradamente en el tema más cautivante de la representación.

Antoine. El musical es un espectáculo muy ambicioso de irregular interés, ya que el personaje del aviador-escritor interesa mucho más que el almibarado paisaje de su personaje de ficción, el pequeño príncipe. Algunas canciones resultan atractivas, si bien prevalece un tono repetitivo que daña el esfuerzo final de una producción que también cuenta con elementos creativos, ciertamente originales como la proyección de dibujos junto a noticiarios de la época, y la atmósfera creada por el escenógrafo y el iluminador.

El 30 de diciembre de 1935, el avión pilotado por Antoine de Saint-Exupéry y su amigo André Prévot, que había despegado de Nueva York rumbo a Tierra de Fuego con exceso de combustible, se estrella en el desierto del Sáhara. Tras cinco días de coma y mientras convalece del terrible accidente, Saint-Exupéry escribe Tierra de los hombres con la perspectiva de quien contempla el mundo desde la soledad de una cabina de avión. Escribe con la nostalgia de una infancia feliz y perdida, escribe para evocar el duro aprendizaje del oficio de aviador, mostrar la Tierra a vista de pájaro, revivir el accidente sufrido junto a Prévot o revelar los secretos del desierto. Pero lo que de verdad aspira a decirnos es que vivir es aventurarse a buscar el misterio oculto tras la superficie de las cosas; muchas de las imágenes que arrastraría por las dunas hasta ser rescatado por un beduino, formarían parte de las oníricas escenas de El Principito, un relato con menos de cien páginas que se convirtió en una obra gigante.

Saint-Exupery es un personaje que fascina por sus pasiones bien calibradas en los tiempos muy difíciles de la segunda guerra mundial. Todo el proceso de su vida adulta es recreado con buena síntesis en este musical, mientras que parte del texto original lleva un tratamiento paralelo con más canciones y con un enfoque en exceso infantil. Una apuesta arriesgada al enfocar el paralelo mundo del escritor amante de varias mujeres, dichoso entre los peligros que conlleva pilotar naves muy vulnerables… y a su vez gran defensor de una visión pacifista del planeta. Poeta y aventurero incomparable.

La breve novela comienza de este modo:

CÓMO ME HICE PILOTO

Cuando yo tenía 6 años,
leí un libro sobre los animales de la selva.
Ese libro explicaba
que las boas se tragan
a sus presas sin masticarlas.
Después de comer,
pasan 6 meses sin moverse
para hacer la digestión.
Pensé mucho sobre la selva y las boas
e hice el primer dibujo de mi vida.
Era este, mi dibujo número 1:
Enseñé mi dibujo a las personas grandes
y les pregunté si les asustaba,
pero pensaban que era un sombrero
y no entendían mi pregunta.
Las personas grandes nunca comprenden nada
por sí solas, y es agotador para los niños tener que darles explicaciones siempre.

Javier Godino es el alma del espectáculo, ya que en él radica lo más interesante de la obra, un personaje con el que resulta fácil empatizar. El actor lo enriquece aportando gran temple en sus decisiones y lances amorosos, con una voz muy cálida cuando canta y notable seguridad al ser, simplemente, y nada menos, Antoine Saint-Exupery. Las debilidades del texto y la producción desaparecen cuando Godino está en escena, y lo hace la mayor parte del tiempo.
Antoine y Consuelo, su esposa. Entregados a otros amores temporales, siempre mantendrán buena unión de amigos y amantes. En la foto: Javier Godino, Beatriz Ross y Víctor Arbelo.
Gran encuentro entre el escritor y su personaje con una de las partituras más felices de la función. A la izquierda, Víctor Arbelo. Derecha: Javier Godino.
Parte de la Compañía a cargo de personajes reales e inventados. Escenografía de Alessio Meloni, iluminación de Felipe Ramos: suma de buenos profesionales para rendir homenaje a una de las grandes personalidades del siglo XX.

 

MARTES, MIÉRCOLES, JUEVES Y VIERNES 20:00; SÁBADO 17:00 Y 21:00; DOMINGO 18:00

Intérpretes: Javier Godino, Víctor Arbelo, Beatriz Ros, Javier Arroyo “Jota”, Javier Enguix, Alicia Lobo, Inma Mira, Vicenç Miralles, Paula Moncada, Diego Molero.

Autor y Director: Ignasi Vidal

Autores de la música: ELEFANTES
Escenografía: Alessio Meloni
Ilustrador y Vestuarista: Txiqui López
Diseño de Iluminación: Felipe Ramos
Coreógrafo: Mariano Botindari
Pianista y Director musical: Miguel López
Dirección de Producción: Juan José Afonso

Producción: BEON ENTERTAINMENT

VENTA DE ENTRADAS EN GIRA: MADRID, VALENCIA, SEVILLA, JEREZ DE LA FRONTERA, TERRASSA…

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