Roald Dahl y su cata

Por Carlos Toribio.

La Cata

Título original en inglés: Taste

Roald Dahl

Traducción: Íñigo Jáuregui

Ilustraciones: Iban Barranetxea

Nórdica Libros

2014 (Tercera reimpresión: abril de 2015)

la cata INórdica Libros sigue fiel a su estilo marcado de hace tiempo, y en este caso, La Cata crea a partir de un triángulo genial, transportarnos a una mesa, como un comensal más, con seis personajes, con una puesta en escena muy británica, igual que la iconografía, alrededor de una cata de vinos con sus respectivos platos. Este triángulo no es otro que seguir descubriendo al magnífico Roald Dahl (Cardiff, 1916-Oxford, 1990), que nunca deja indiferente a nadie y nunca decepciona, y sobre todo, sabes que leer cada libro suyo es un nuevo mundo; además encontramos las ilustraciones de Iban Barrenetxea, que inicia su andadura con el libro ilustrado en 2010; y por último el elemento gastronómico que tan de moda está en nuestra sociedad actualmente, con un boom mediático por la alta cocina. Por tanto, velada en Londres, un menú a base de crujientes chanquetes, fritos en mantequilla y de segundo un rosbif espectacular, todo amenizado por un Nosala y un Burdeos.

Antes de adentrarnos en el mundo de Dahl y su cuento, personalmente quiero hacer hincapié en las ilustraciones de Barrenetxea. Un magnífico trabajo gráfico de esta misteriosa velada, donde va dando el protagonismo a los personajes en el momento justo, evolucionando a lo largo de la cena, con un detallismo y una sutileza espectacular que crea un feedback instantáneo con el texto, y hace mejorar el cuento de manera sobrecogedora.

A lo largo de las páginas y del relato nos encontraremos en un salón típico británico, con toques italianos, con una alfombra bordada, poco asiática y de toque oscura, unas sillas poco ostentosas, y sobresaliendo el tono naranja que dan los tres jarrones con flores, justo al lado de un gran reloj en forma piramidal que localizamos encima de la chimenea, recogida entre dos grandes ventanales. Todos estos elementos conjuntados con el gato negro (en cada ilustración se le busca como si fuese aquel personaje de rayas blancas y rojas), la sirvienta, genial, y los seis comensales. La última ilustración, tiene gran parecido a La Farola de Magritte.

Éramos seis cenando esa noche en casa de Mike Schofield en Londres: Mike, su mujer e hija, mi mujer y yo, y un tipo llamado Richard Pratt”, éste último famoso gastrónomo de vinos raros que recuerda al crítico Anton Ego del film Ratatouille. Así da comienzo Taste, título en inglés del cuento de Dahl, a las siete de la tarde, con un anfitrión con cotas de ser un sibarita gourmet y buscando el objetivo de impresionar a Pratt. Con el paso de las páginas e ilustraciones de Barrenetxea, se convierte realmente en un duelo Schofied vs. Pratt, con gran importancia del narrador, de espaldas al lector, testigo director que cuenta en tercera persona los vaivenes de la cena, los cambios la cata IIque se van realizando en la velada, un Pratt que considera los vinos como auténticos seres vivos, y un Mike que no para de hablar, llegando a ser cansino con un toque pedante en momentos concretos.

El cuento que nos trae Nórdica de Dahl, breve, se van sucediendo diálogos de los dos varones, todos vinculados en buscar el que más sabe, hasta llegar al punto de poner sobre la mesa una apuesta que posiblemente no se debía hacer, totalmente inmoral, arriesgada y osada, típico momento de Roald Dahl. El final, es un final diferente al esperado, una antítesis del final que todos habíamos pensado, pero que es característica también del escritor galés.

Un ir y venir de momentos, alrededor de una mesa alargada, nos adentramos en el imaginario de Dahl, uno de los grandes, que no deja de sorprender, y que página a página se va descubriendo un nuevo elemento, todo unido a las ilustraciones de Barrenetxea, que hace imprescindible para cualquier seguidor de Dahl o el ilustrador, pero que puede ser un primer punto para comenzar a seguir a los dos. Nórdica vuelve a deleitarnos con un título conocido, pero dándole un valor nuevo a La Cata.

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