Beroso el Caldeo

por Kika Sureda

Historiador y astrónomo caldeo del siglo III a.C., Beroso fue sacerdote de Belo, en Babilonia, durante el reinado de Antíoco I Soter (281-260); ostentando el rango de šatammu, sacerdote principal del templo. Pasa por la primera autoridad en la historia de Asiria y Caldea, pues su cargo le permitió consultar los archivos de los templos de Babilonia, cuya historia escribió en tres libros, titulada Babilionyaka. Está escrita en griego, que no era su lengua. El primer libro de su Chronika se ocupaba de la cosmogonía y probablemente de la ciencia astronómica de Asiria y Caldea. Relata primero la creación del mundo y la revelación de los principios de la civilización por el mensajero de los dioses,  a través del misterioso personaje Oanes, mitad hombre y mitad pez, que instruyó a los primeros pobladores de Mesopotamia. En  los otros dos describe la historia desde la creación del mundo hasta la época de Alejandro y de sus sucesores, pasando por la lista de los reyes antediluvianos, que fija en diez, los diez patriarcas de la Biblia, y que reinaron durante cuatrocientos treinta y dos mil años, enorme período de tiempo que el Génesis reduce a mil seiscientos cincuenta y seis. La historia entera comprendía dos millones ciento cincuenta mil años, y el tiempo postdiluviano comprendía al principio el periodo mítico, calculado en sars, de tres mil seiscientos años; sers, de seiscientos, y soses, de sesenta; los dos primeros reyes, Evecoc y Comasbelo, reinaron cinco mil cien años. Se considera un relato mitológico. Solamente el tercer libro está considerado por los historiadores contemporáneos como “historia”, cuando relata el final del Imperio. Otro aspecto interesante de esta obra es el cosmográfico, pero  hasta nosotros sólo ha llegado de un modo muy fragmentario, en forma de citas. Únicamente conocemos referencias que de ella hacen Flavio Josefo, Vitrubio, Seneca, Plinio y otros escritores ilustres de la antigüedad. Los atenienses le elevaron una estatua con la lengua de oro, para expresar la admiración que su ciencia les causaba. De los fragmentos que de esta obra se han conservado se han hecho varias ediciones, entre ellas la de Richter, Berosi historiarum quae supersunt (Leipzig, 1825). Según cuenta Vitruvio, Beroso pudo crear una escuela de astrológica en la isla griega de Cos, esta fue la primera escuela en establecerse dentro de las fronteras de la propia Grecia.

 

Para saber más:

HAVET, E. (1873) Date des écrits que portent les noms de Bérose et de Manethon. Librairie Hachette et Cie. París.

JEFFREYS, E., HALDON, J., CORMACK, R. The Oxford Handbook Byzantine Studies. Oxford University Press. Oxford.

 

 

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