«Puños de harina», combate de dos hombres contra la opresión

Por Horacio Otheguy Riveira

Dos hombres jóvenes entrecruzan sus historias por arte de un hombre de teatro que escribe, dirige e interpreta, sumido a su vez en una notable sed de conocimiento, pues para estos Puños de harina se ha empapado de testimonios históricos, propios y ajenos, ya que sobre la base de la tragedia del gitano alemán Rukeli, vibra el drama enérgico y liberador de un gitano gaditano, Saúl, de los 80 como de aquí y ahora, pero todo el conjunto también se alimenta de fabulosas historias que no aparecen en la obra pero que le han servido al dramaturgo para enriquecer su revelador espectáculo, como la experiencia de Thomas Page McBee en su libro Un hombre de verdad: autobiografía de un boxeador que nació con sexo femenino. La identidad sexual, las disciplinas prejuiciosas, la destrucción de los niños luego jóvenes a menudo sin llegar a ser otra cosa que adultos feroces… marcan el ritmo de esta función sobrecogedora con un solo intérprete y muchas luces y sombras que buscan su lugar en el mundo.

Dentro de una puesta en escena muy dinámica donde han participado profesionales en variadas disciplinas, el autor y actor Jesús Torres (Cádiz, 1981) se aboca a situaciones físicamente agotadoras, emocionalmente reveladoras de una fuerza imprescindible para hacer honor al lema de uno de sus personajes: «El ruido déjalo fuera, dentro de la cabeza, silencio», tras la firme convicción de que los puños sabios de un boxeador nada son frente a su capacidad de resistencia, y a ello se entregan, cada uno a su manera, Rukeli y Saúl, dos tipos con los que el espectador fraterniza, sufre y goza en un muy bien logrado devenir donde las dificultades de ser gitano en la Alemania nazi o en la España de hoy alientan la esperanza de solidaridad interétnica porque en ellos se han de identificar todos los hombres y mujeres capaces de tender las manos, pero también con suficiente fuerza para defenderse cuando intentan cortárselas.

Una creación que se desenvuelve con ritmo trepidante, pasando de un tiempo a otro con la vibrante ansiedad confesional de los dos personajes, pero también con personajes ausentes importantes, de los que se habla en un contexto audiovisual absorbente.

«(…) PADRE.- Tu abuelo fue boxeador y yo fui boxeador. Por mis muertos que te convierto en un hombre o te mato.

SÁUL.- Me mete la cabeza en un cubo de agua. No sé si quiere ahogarme, pero el agua me despierta. Me vuelve a meter la cabeza en el agua. Y, de pronto, ocurre. Abro los ojos dentro del agua y me doy cuenta de que nunca he visto el mar. Veo un árbol en medio del mar. No flota, es como si estuviera clavado en medio del océano. Es un árbol grande, fuerte. Es un roble. Junto al tronco hay una mujer que escribe algo como con una piedra. Es… ¡es mi abuela! S. A. U. Saúl. Nunca escribe mi nombre bien , dice que esa ele no sirve para nada.

ABUELA.- Sé un árbol, Saúl.

SAÚL.- No puedo, abuela.

ABUELA.- Sé el árbol que quieras ser.

SAÚL.- No puedo, abuela, no puedo elegir.

ABUELA.- Se puede talar un árbol, pero siempre quedarán sus raíces.

SAÚL.- No tengo raíces, no quiero echar raíces aquí, en ningún sitio.

ABUELA.- Eres un árbol en el mar. Echa tus raíces en el mar, vete de aquí.

SAÚL.- No, tengo que aguantar, tengo que ser un hombre.

ABUELA.- Ya eres más hombre de lo que ha sido tu padre en toda su vida. Corre y no pares de correr hasta que llegues al mar…».

Dos portadas de ediciones auspiciadas por la SGAE (Sociedad General de Autores de España).

Siguiendo la estructura de un combate de boxeo, el monólogo enfrenta en diez asaltos dos historias de forma paralela. Por un lado, descubriremos la historia real de Rukeli, el boxeador alemán y gitano que desafió al mismísimo Hitler en la época de la Alemania nazi. El capítulo más oscuro de la historia de Europa contada desde los ojos de un joven que sólo quiso lo que tantos otros: sobrevivir. Por otro lado, conoceremos a Saúl, un gitano homosexual que, en la España rural de los 80, busca su identidad e intenta sobrevivir en el seno de una familia tradicional.

Esta es la historia de cómo Rukeli, Saúl y otros gitanos, lucharon, resistieron, murieron y sobrevivieron al Holocausto y a la sociedad; pero también es la historia de cómo algunos hombres se esfuerzan por encajar en el concepto ideal de “ser hombres de verdad”, en un contexto que los rechaza por su raza u orientación sexual. También resulta muy valiosa como obra teatral en torno al boxeo como realidad sensible de lucha por la vida y prospección deportiva.

Saúl relata la escena más cruel con la violencia de su padre. El guante de boxeo simboliza un animal indefenso que también habrá de padecer injustamente.
Jesús Torres como Johan Trollmann, Rukeli (1907-1944): «Si me abrieran la cabeza con una piedra, encontrarían dentro un guante de boxeo; es en lo único que pienso. Sé que el boxeo va a salvar a este gitano».

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El estreno mundial de este espectáculo tuvo lugar en el John Lyon´s Theatre de Londres, dentro de la programación del Festival Spanish Theatre in London, el 18 de octubre de 2019.

Premio Autor 2019 TeatroExprés por la Fundación SGAE.

Dramaturgia, dirección e interpretación Jesús Torres

Diseño de iluminación Jesús Díaz Cortés

Espacio sonoro Alberto Granados Reguilón

Escenografía y vestuario Mario Pinilla

Coreografía Mercé Grané

Entrenamiento personal Diana Caro

Entrenador de boxeo Chema Plaza

Técnico Nuria Henríquez

Fotografía Moisés F. Acosta

Diseño Gráfico José Ponce de León

Jefa de prensa y distribución Raquel Berini

Asesoramiento Antonio Villar

Vídeo Ángela Ugalde

Voces en Off Eva Rodríguez, Antonio M. M., David Sánchez Calvo

Una producción de El Aedo Teatro

TEATRO PAVÓN DEL 11 AL 15 DE OCTUBRE 2023

 

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