Mejorando lo presente. Poesía española última: posmodernidad, humanismo y redes

Mejorando lo presente. Poesía española última: posmodernidad, humanismo y redes
Martín Rodríguez-Gaona

Por Carmen N. Torres.

Que la producción y recepción de cualquier obra literaria no puede comprenderse plenamente sin atender a su contexto, sin un acercamiento desde todos los ámbitos posibles, resulta afortunadamente ya una obviedad.

Por eso el presente estudio de Martín Rodríguez-Gaona ofrece una serie de claves fundamentales para observar el hecho literario poético español reciente. Su mayor virtud reside, precisamente, en señalar las implicaciones y las relaciones entre los nuevos paradigmas de creación poética, nuevas tecnologías, lectores e industria editorial; en su búsqueda de causas sociológicas para analizar los cambios estéticos. Así, esta atención a la sociología de la literatura se torna imprescindible para entender el paradigma en el que se mueven los nuevos poetas españoles, basados en novedosas vías de expresión y en la pluralidad.

Del mismo modo, el último tramo del volumen está dedicado al análisis de la posmodernidad cultural, del arte y la sociedad. Se trata de un acercamiento desligado a la intención de hallar claves de esa poesía española última, pero resulta muy útil como eficaz contextualización del asunto (teniendo en cuenta que, para el autor, «lo posmoderno en la poesía española ha conformado una nebulosa», entendiéndolo como «la fase final del proceso de desacralización que, iniciado en la modernidad, sustituyó la relevancia fundamental de la creación (idealismo trascendente) por el énfasis en la productividad (materialismo capitalista)»).

En ese sentido, Rodríguez-Gaona concluye apostando por «contribuir al rescate de un humanismo que, desde el presente, sea fiel a sus raíces y se oponga a todo dogmatismo cultural y político, incluyendo el del discurso económico. Y a partir de esto, asumir la actividad poética como síntesis de este proyecto, propugnando la escritura y difusión de obras que reúnan especialización y sentido común con el propósito de recuperar la dignidad humana y el optimismo».

Parte el ensayo de la existencia de «un grupo numeroso de autores que irrumpe en la escena literaria con obras reveladoras, de inusual energía y calidad, difícilmente imaginables en los años previos», donde «su visibilidad se debe al apoyo que las nuevas tecnologías han brindado a la difusión de sus proyectos».

Apunta, refiriéndose a las tendencias poéticas inmediatamente anteriores, que «tanto los cultores de un realismo urbano de rigurosa tradición castellana, como los idealistas heterodoxos de pretensiones místicas fueron absorbidos por el mercado y la presión de las instituciones culturales», y resuelve que aquella «falsa dicotomía, simplista y maniquea (…) fue muy beneficiosa para los intereses comerciales de los medios periodísticos y las editoriales, por su afinidad con la sociedad del espectáculo. Es decir, en términos publicitarios, aquel enfrentamiento público fue más importante que la obra de los propios poetas».

También crítica la dinámica de los premios promovidos por los organismos públicos, que reflejan la descompensación entre el gran número de títulos publicados por el conjunto de editoriales independientes frente a las grandes editoriales («de los 1.350 títulos de poesía teatro editados en 2006, las editoriales medianas y pequeñas publicaron 1.213»). Sin embargo, el apoyo institucional recae en estas últimas. Además, «la perspectiva de los reducidos (o inexistentes) honorarios por las publicaciones» provoca que «ser parte de los recitales, las actividades conmemorativas y los eventos que, sufragados con dinero público, significan en la actualidad la verdadera retribución económica del autor».

Así, con esos precedentes como aspectos fundamentales para entender la dinámica editorial de la poesía contemporánea, Mejorando lo presente ubica el espacio pujante en el que se mueven estos poetas.

Sin embargo, uno de los errores básicos de la obra es su falta de coherencia en un presupuesto básico: la existencia o no de una promoción específica. Por un lado, habla específicamente de «nueva promoción», aunque reconoce la diversidad y señala reiteradamente la variedad de sus propuestas. Se trata de un problema trascendental, pues el autor establece generalizaciones al hallar sus rasgos para luego contradecirse.

De esta manera, como elemento aglutinador habla de la despolitización (a pesar de que en otras ocasiones menciona a los «poetas de la conciencia», de marcado carácter contestatario, aunque no se detiene en ellos), que lo relaciona con una relación con el lector más horizontal, con una red más abierta de producción y recepción (blogs, medios alternativos, editoriales independientes). Resuelve que «sobre su posicionamiento ideológico, en su mayor parte éste es sentimental, sin militancia, lo que no impide una aproximación más relajada frente a asuntos de la vida privada como el consumo de drogas o las diferentes sexualidades, que a veces se extiende a posiciones integradoras o progresistas respecto a debates como la globalización, el nacionalismo y la inmigración». Sin embargo, seguidamente afirma que «la obra de los poetas emergentes esté marcada por la crítica, la ironía o el culto a lo indeterminado» o que «el posicionamiento civil es también un rasgo característico del posmodernismo, sea desde lo político (como en los Poetas de la conciencia, Jorge Riechmann, Antonio Méndez Rubio y Enrique Falcón) o en la expresión de una identidad que al defender firmemente su individualidad, en no pocas ocasiones, llega a ser estigmatizada socialmente (Alberto Tesán, Juan Antonio González Iglesias, David Mayor, Miriam Reyes)». De hecho, en una primera división general establece divisiones como «poetas neosociales», «poetas del neoclasicismo posmoderno», «poetas de la indeterminación del lenguaje», «poetas neoesencialistas», «poetas del diálogo interdisciplinario» y «poetas perfomativos».

Otro rasgo que descubre Martín Rodríguez-Gaona es el abandono de la métrica a favor del verso libre y «las formas mixtas, que privilegian desde lo fragmentario hasta los poemas en prosa, dando paso a libros difícilmente catalogables dentro de los géneros convencionales»

Con todo, el autor establece una taxonomía, aunque no es presentada como tal, sino como una muestra de poetas relevantes contemporáneos emergentes. Lo lleva a cabo a través de breves pero densos análisis de un par de páginas de 18 poemarios y 4 intervenciones poéticas. De este modo, estudia a Pablo García Casado, David González, Sandra Santana, Miguel Álvarez Fernández, Gregorio García-Karman, Mercedes Díaz Villarías, Patricia Esteban, David Mayor, Vicente Luis Mora, Juan Antonio González Iglesias, Agustín Fernández Mallo, Abraham Gragera, Manuel Vilas, Mercedes Cebrián, Mariano Peyrou, Óscar Curieses, Carlos Pardo, José Daniel Espejo, Javier Moreno, María Salgado y Peru Saizprez.

También explica las tensiones existentes con el grupo hegemónico de la «poesía de la experiencia» y rastrea los antecendentes; autores críticos que por su independencia del sistema institucional apuntaron antes el cambio presente (Riechmann, David González, Tesán, los poetas recogidos en la antología Feroces).

En conclusión, Mejorando lo presente, a pesar de ciertas incoherencias relevantes, aporta numerosos elementos para la reflexión y establece líneas de estudio muy enriquecedoras y fundamentales para acercarse a un momento de inflexión inevitablemente conflictivo y complejo, dada su cercanía temporal.

Mejorando lo presente. Poesía española última: posmodernidad, humanismo y redes
Martín Rodríguez-Gaona

Caballo de Troya, 2010
ISBN: 978-84-96594-40-1

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http://lasafinidadeselectivas.blogspot.com/2007/12/martn-rodrguez-gaona_08.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_Rodr%C3%ADguez-Gaona

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