Cubit, una biblioteca para los jóvenes

La Fundación Bertelsmann  junto el Ayuntamiento de Zaragoza y Caja Inmaculada han puesto en marcha una iniciativa pionera en la ciudad aragonesa la Biblioteca Cubit, la primera biblioteca de España diseñada y pensada para los jóvenes. Un proyecto que combina arquitectura de vanguardia y un espacio social y cultural para los jóvenes en sus modernas instalaciones.

Cubit está destinada especialmente a un público con edades comprendidas entre 13 y 25 años, aunque cualquiera que lo desee puede disfrutar  de las posibilidades del sitio. La biblioteca tiene como vocación convertirse, no sólo en un lugar de lectura, sino en centro para jóvenes, un lugar de encuentro, de creación, innovación y participación activa, donde los usuarios pasan a ser al mismo tiempo protagonistas de las actividades que se realicen.

La información se presenta de manera novedosa combinando los recursos educativos tradicionales, como libros o revistas,  junto a soportes audiovisuales, tecnología multimedia y el uso intensivo de Internet. La colección inicial de la biblioteca cuenta con 15.000 títulos en todos los soportes.

En la nueva biblioteca, cuya sede se encuentra en el edificio conocido como la Antigua Azucarera, en el barrio del Rabal de Zaragoza, los jóvenes encontrarán respuesta a su actividad escolar, sus necesidades de orientación personal y profesional, así como a sus aficiones preferidas, con especial atención a los videojuegos, la música, los cómics o la informática.

El aspecto del edificio, de cuyo interior ha diseñado es responsable es el alemán Christian Schmitz, es inequívocamente el de un cubo futurista, que a su vez se compone de multitud de cubos. Las paredes y los techos de estos cubos están fabricados en su totalidad en vidrio de colores, y los suelos lo están parcialmente. En las partes superior e inferior se unen todos los espacios, que son transparentes y abiertos con lo que el usuario se mueve en un ambiente libre y despejado, donde todo se interconecta. De esta forma, el diseño interior crea resonancias con el ciberespacio y sus múltiples enlaces (links). Toda la estructura se caracteriza por su transparencia y se consigue crear la impresión de que la biblioteca no se levanta dentro de la Antigua Azucarera, sino que flota en ella

La planta calle del cubo acoge los servicios de atención al público, préstamo, los fondos sobre jóvenes, cine, música y libros sobre esos dos temas. La primera planta alberga  los videojuegos y puestos de acceso público a internet. La segunda planta está destinada a hemeroteca digital, comicteca y tiene una zona destinada a proyecciones. La tercera y última planta del cubo es un espacio destinado a consulta que se compartirá con realización de diferentes actividades.

El cubo está unido con una torre, que llamamos «Torre de Libros», mediante puentes y escaleras. Los libros están rodeados por un espacio vacío de tres plantas de altura y se distribuyen por los temas que más demandan los jóvenes -empleo, idiomas, espacio verde, salud, deporte, aficiones, novela…-. A través del fondo transparente de las estanterías son los medios los que abren y cierran el espacio vacío hacia la luz exterior. Si se han prestado muchos libros, el vestíbulo queda inundado de luz. Si las estanterías están llenas, la luz sólo atraviesa los huecos vacíos entre los libros. A mayor uso de los medios, más luz. Una metáfora visual que es al mismo tiempo una medida del propio éxito de la oferta de contenidos de la biblioteca.

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